Contratar una tarjeta de crédito podría considerarse una tarea sencilla siempre y cuando no se abuse al utilizarla, ya que puede comprometer nuestra situación financiera. De hecho, y según un análisis realizado por Agencia Negociadora, ocho de cada diez personas sobreendeudadas tienen en su poder al menos tres tarjetas de crédito para financiar gastos corrientes.

Además, gracias a que la entidad bancaria no interviene en la autorización a la hora de conseguirlas, prácticamente la totalidad de la población tiene al menos una, aunque la cifra realmente alarmante es que el 7% es capaz de llegar a tener cinco o más tarjetas de crédito a su nombre.

El razonamiento al que llegan las personas que solicitan una tarjeta de crédito es que así podrán agrupar todas sus deudas y reducir la cantidad total a pagar de forma considerable, algo que, en cierta medida, es real. De esta forma, los deudores pasan de pagar 1.900 euros a 600 euros mensuales, una cantidad mucho más asequible pero que puede convertirse en un arma de doble filo si no siguen una organización, pues así pueden empezar a endeudarse sin siquiera pensarlo.

Entre los productos y artículos que más se financian con tarjetas de crédito se pueden encontrar desde bienes de consumo duraderos (televisores, coches, etc.), hasta gastos del día a día, como la alimentación o el combustible. Además, muchos también optan por refinanciar otras tarjetas previas que se han quedado sin saldo o las letras de la hipoteca.

La cantidad de créditos bancarios, abrumadora

El estudio también pone el foco en la cantidad de créditos bancariosque poseen los solicitantes de agrupación de créditos: más de la mitad tiene activos y contratados al menos tres créditos personales diferentes, engrosando aún más la cantidad a deber.

Asimismo, la cantidad de financiaciones provenientes de Establecimientos Financieros de Crédito (EFC) o microcréditos alcanza los tres créditos hasta para una de cada tres personas sobreendeudadas. De este modo, el volumen total medio de deudas financiadas por las agrupaciones de crédito asciende a 51.000 euros, siendo el perfil del suscriptor el de una persona de 53 años, con unos ingresos mensuales de 2.500 euros, un contrato indefinido (en el 83% de los casos) y con una antigüedad de 15 años en su puesto de trabajo.

Cuidado con las tarjetas revolving

Desde Agencia Negociadora avisan del peligro que suponen las denominadas tarjetas revolving, que pueden convertir una simple deuda en un proceso eterno e impagable. Con esta herramienta el solicitante puede acotar la cuota mensual para pagar el total adeudado, aunque en ocasiones se elige una cuota tan baja que no permite pagar la cantidad total nunca, por lo que solo genera intereses y hace que la deuda sea cada vez más grande.

Sin embargo, parece que este riesgo no frena a los que la aprovechan, pues la utilización de esta herramienta entre los solicitantes de crédito ha pasado del 20% en el total de las financiaciones hace un año hasta el 31% actualmente.