Popular: desbandada de inversores en pleno crash bursátil del banco

La acción cae 18,16% y la entidad vale en bolsa la mitad que hace una semana: 1.420 millones.

Los inversores han puesto prácticamente punto final a la histórica aventura en solitario y quién sabe si, incluso, a la propia subsistencia del Banco Popular. Si antes de la sesión de ayer la ampliación de capital dibujada como medida urgente de salvación por su presidente, Emilio Saracho, parecía un reto prácticamente inalcanzable, ahora se ha convertido en algo casi imposible; más bien, una utopía. Después de una semana «negra» en la que la entidad se hundió un 38,7% en bolsa, ayer estrenó otra perdiendo un 18,16% adicional –en una jornada en la que, eso sí, la acción sufrió menos vaivenes que en sesiones anteriores–, lo que, salvo sorpresa, redude a tres las posibilidades futuras de Popular: o la resolución, o la absorción por otro banco a un precio de auténtico saldo o un rescate que podría ser «sui generis» para que no lo paguen los contribuyentes.

De la magnitud del descalabro dan cuenta los datos: en marzo de 2007 cada acción llegó a alcanzar un valor de 41,3606 euros. Desde entonces, ha caído en picado hasta situarse en los 0,338 euros de ayer. En apenas seis jornadas de bolsa, la capitalización bursátil de la entidad se ha reducido a la mitad y ahora vale 1.420 millones. 280 millones menos que el pasado viernes.¿Qué gran novedad se produjo en la sesión de ayer con respecto a otras anteriores? Pues que Banque Féderative du Crédit Mutuel, con una participación cercana al 4% en Banco Popular, comunicó la renuncia a su puesto de vocal en el consejo de administración de este último, después de que Popular le vendiera el pasado viernes el 48,98% de lo que tenía en Targobank. Esta salida se suma a la que protagonizó también el pasado viernes Black Rock, que redujo su participación en Popular del 4% al 1,77%.

En medio de esta desbandada inversora, Saracho y su consejero delegado, Ignacio Sánchez-Asiaín, se reunirán hoy con autoridades del Banco Central Europeo (BCE). En el encuentro, que estaba previsto que se celebrara antes del crash bursátil sufrido por la entidad, ambos abordarán la delicada situación por la que atraviesa la misma y tratarán de convencer a los reguladores de un dato que se daba como cierto en la última presentación de resultados: la solvencia de capital cumple los requisitos mínimos exigidos para que el banco no sea liquidado. De hecho, a 31 de marzo los recursos propios de Popular se elevaban a 10.777 millones de euros, mientras que la ratio de capital total se situaba en el 11,91%.

La cita se produce precisamente en un momento en el que la institución presidida por Mario Draghi está llevando a cabo una inspección a Popular como parte de su programa ordinario de supervisión, y en el que el Fondo Monetario Internacional realiza un análisis sobre el sistema financiero español cuyos resultados dará a conocer a mediados de julio. En el encuentro, los dos directivos podrían solicitar al BCE un refuerzo de su posición de liquidez si se viera debilitada por las posibles retiradas de depósitos que pueden estar produciéndose estos días.

El éxito o fracaso de las gestiones de Saracho y Sánchez Asiaín decidirá el futuro del banco. El rescate y la resolución penalizarían especialmente a accionistas, tenedores de deuda, bonistas y depositantes de cantidades superiores a los 100.000 euros, que podrían perder todo lo que supere esa cantidad. La venta a otro banco es otra opción factible por la caída del precio de la acción.