Inmobiliario
El precio de la vivienda nueva no dará respiro este año y estos son los motivos
El alza de sus costes, unida a la escasa oferta y la solvente demanda mantendrán las subidas de 2022
Si está pensando en adquirir una vivienda nueva, no espere que sus precios vayan a bajar este año. Podrán estabilizarse pero, según advierten los expertos, en ningún caso bajar. A pesar de que hay consenso en que el sector inmobiliario echará el freno este año con menos ventas y quizá rebajas en los precios de la vivienda de segunda mano, la nueva seguirá subiendo. «El alza de los costes de construcción y las materias primas, unido a la evidente falta de oferta y la todavía existencia de demanda solvente mantendrán crecimientos en precios sostenidos, en línea con lo que hemos visto en los últimos meses», advierte Juan Fernández- Aceytuno, consejero delegado de Sociedad de Tasación, que ha constatado un aumento de precios de esta tipología de viviendas del 7,1% en 2022, hasta los 2.732 euros el metro cuadrado.
Los costes de producción de vivienda llevan al alza varios meses. Si en el cuarto trimestre de 2019 eran de 948 euros el metro cuadrado, tres años después han escalado ya a 1.182 euros empujados por la guerra de Ucrania o los cuellos de botella en la cadena de suministros lo que no sólo está impactando en el precio final del producto sino que han provocado incluso la paralización de obras y el aplazamiento de otras, según puso de relieve Ferran Font, jefe de Estudios de pisos.com, durante la presentación de sus previsiones para 2023.
A los problemas de costes y retrasos en la entrega de materiales, Ernesto Ferrer-Bonsoms, director de negocio de Solvia, añade en el Market View 2022 de la inmobiliaria dos más que dificultan la promoción de vivienda nueva: la falta de mano de obra cualificada y la complejidad regulatoria de las diferentes comunidades autónomas en la generación de suelo para la promoción. Del problema con la mano de obra viene dando cuenta desde hace años la patronal de la construcción (CNC), que lamenta la «mala prensa» que tiene el sector cuando, según defiende, la realidad es que ofrece trabajos cualificados y, en determinados casos, más que bien remunerados.
Trabas burocráticas
En cuanto a las trabas con el suelo, aunque hay determinados puntos, como Madrid y Barcelona, donde es cierto que hay escasez física de suelo para construir; desde el sector denuncian que los farragosos trámites administrativos -que implican a diferentes administraciones y requieren de la obtención de múltiples informes sectoriales- hacen que el proceso necesario para convertir un suelo urbanizable en finalista y poder empezar a construir una nueva promoción se pueda llegar a dilatarse varias décadas.
Este cúmulo de factores han provocado que la oferta escasee y los precios estén en tensión. Tanto Solvia como pisos.com estiman que, en un escenario optimista, 2022 podría haber cerrado con 100.000 viviendas visadas, un ritmo de producción insuficiente para satisfacer la demanda, especialmente en las grandes ciudades donde esta tipología de vivienda sigue generando gran interés, como recuerda Ferrer-Bonsoms. La ralentización en la construcción también la recoge la compañía de consultoría y valoración inmobiliaria Gesvalt en su informe del cuatro trimestre de 2022. El análisis asegura que la cifra de certificados finales de obra ha caído un 3,7% a cierre del tercer trimestre del año 2022.