Tu economía
La curva de tipos invertida, el oráculo que predice las recesiones
Se produce cuando la rentabilidad del bono a corto es mayor que la que ofrecen los de más largo plazo. Ha adelantado las últimas siete crisis en Estados Unidos
La Curva Yield, también conocida como curva de rendimientos, se ha invertido, lo que no deja de ser una anomalía económica. Esta alteración se produce cuando hay una mayor rentabilidad de los bonos a corto plazo que a largo. La lógica de la inversión dicta que cuanto mayor es el plazo al que se suscribe un bono, más alto es el tipo de interés que se le aplica al mismo, puesto que las posibilidades de que se produzcan acontecimientos que dañen una inversión aumentan considerablemente a medida que esta se extiende en el tiempo. De ahí que, siguiendo este comportamiento, el rendimiento de, por ejemplo, un bono a 10 años sea mayor que el de otro a un plazo menor. Hasta ahí, todo controlado. Sin embargo, si en estos días echamos un ojo a las rentabilidades de los bonos, hay algo que chirría. Así, por ejemplo, la rentabilidad del bono americano a 10 se sitúa en el 3,5%, mientras que la otros a más corto plazo, como a un año, ya roza el 4,8%.
Pero ¿por qué es importante esta curva? Sencillamente, porque se podría decir que funciona como un oráculo económico, ya que se trata de un indicador que mide la confianza de los inversores, y el hecho de que se haya invertido significa que no tienen demasiada fe en futuro. Por ese motivo, se refugian en deuda a largo plazo, sacrificando rentabilidad por seguridad. Desde luego, no es un buen síntoma, ya que suele ser una señal de pesimismo, sino que también anticipa una recesión. Y es que desde 1969, cada vez que la curva se ha invertido en el caso de los bonos americanos (y han sido siete veces), Estados Unidos ha ido de cabeza a una recesión. El cambio de tendencia comenzó el pasado mes de marzo, así que teniendo en cuenta que, desde que se invierte la curva hasta que llegan los dos preceptivos trimestres de decrecimiento consecutivo para que la desaceleración suba de categoría y se convierta en recesión, pasan entre seis y 18 meses, Estados Unidos ya se encontraría en periodo crítico.
Al otro lado del Atlántico, si se toma como referencia el bono alemán también se observa esta inversión, con un rendimiento del 1,91% a 10 años y del 2,33% a un año, nos encontramos con idéntica situación, solo que las incertidumbres que acechan a la economía europea son incluso mayores, con una guerra en su propio territorio, una acuciante crisis energética y una política monetaria menos contundente para atajar la inflación que la de la FED.
Entonces, ¿habrá o no recesión? Esa, sin duda, parece la pregunta del millón, en lo que cada vez se parece más al cuento de «Pedro y el lobo». De tanto advertirla, muchos la han subestimado, por lo que es probable que, cuando llegue, nos coja por sorpresa, haciendo que nuestro margen de maniobra sea tan escaso como el del desdichado pastorcillo de la fábula. Jeremy Lawson, economista jefe de abrdn considera que la economía, efectivamente, está al borde de la recesión. La combinación de un endurecimiento monetario agresivo, liderado por la Reserva Federal, los elevados precios de la energía y las crisis comercial e Reino Unido y Europa, el lastre de medidas de Covid Cero, junto con la debilidad del sector inmobiliario en China, probablemente empujen a la economía mundial al precipicio. De hecho, el economista advierte de que las recesiones ya han comenzad en algunas economías. Los indicadores adelantados de la zona euro están en clara contracción, por lo que espera que el PIB se contraiga a partir de este cuarto trimestre de 2022.
Eoin Walsh, socio y gestor de carteras en TwentyFour Asset Management, también es de los que se inclina por que la eurozona entre en recesión el próximo año, aunque pronostica que esta será relativamente leve, gracias a la reciente mejora de las perspectivas energéticas. Otra historia es Reino Unido, donde el impacto de la crisis, a su juicio, podría ser mucho más duradero.
En cualquier caso, los muchos y muy cambiante factores, algunos incluso desconocidos, hacen muy complicado realizar una previsión fidedigna del devenir económico de los próximos meses. No obstante, la curva Yield ya se ha invertido, por lo que si tenemos su infalibilidad al predecir crisis anteriores, la economía mundial puede entrar en un periodo ciertamente complicado.