Empresas
Oleada de despidos en las subcontratas de Uber Eats tras recuperar el modelo autónomo
Los afectados denuncian que este trasvase de “riders” hacia el modelo autónomo está siendo impulsado por el incremento de las sanciones injustificadas para que los trabajadores abandonen las flotas de forma voluntaria
El tsunami que desató Uber Eats al anunciar que volvía a repartir con “riders” autónomos ha desencadenado una oleada de despidos en las subcontratas que gestionan las flotas de repartidores asalariados que trabajan para la plataforma. Como ahora una parte (indeterminada) de los pedidos los entregan autónomos, las subcontratas que colaboran con Uber Eats están despidiendo a decenas de “riders” de flota, pero muchos de ellos denuncian que este trasvase hacia el modelo autónomo está siendo impulsado además por el incremento de las sanciones injustificadas para que los trabajadores abandonen las flotas de forma voluntaria. A esto se suman los expedientes de regulación de empleo(ERE) que ya han llevado a subcontratas que prestan sus servicios a Uber Eats como Shargo o Closer Logistics -filial del Grupo Auro- en las Islas Canarias y los despidos de Grupo Atajos.
Los “riders” de Closer Logistics en Tenerife, Las Palmas y Lanzarote han recibido este semana un correo anunciándoles un expediente de regulación de empleo (ERE) que según confirmó a LA RAZÓN Domingo Hernández, presidente del comité de empresa de Closer Logistics en Tenerife, afectará a cerca de 120 trabajadores. Los “riders” de la empresa que suministra servicios de reparto a Uber Eats anunciaron hace una semana su intención de ir a la huelga en pleno puente de diciembre (los días 5 y 7) ante las presiones que venían sufriendo durante los últimos meses con sanciones abusivas e injustificadas y un acusado descenso en la asignación de pedidos para llevar a cabo un ERE encubierto, argumentan desde UGT Canarias. En las mismas fechas del año pasado había más de 100 repartidores en Tenerife, mientras que en la actualidad esta cifra se había reducido a la mitad. Según Hernández, los despidos en las flotas de repartidores asalariados tienen un claro objetivo: hacer un trasvase de “riders” al modelo autónomo para dilapidar las flotas, más costosas para Uber Eats.
Este ERE se suma al de Shargo, que despedirá a 103 trabajadores que hacían entregas para la firma de las mochilas verdes, tal y como adelantó El Periódico. Según publica Metrópoli, a la vez que negocia el despido de buena parte de su plantilla, la startup barcelonesa está lanzando ofertas de empleo para repartir como autónomo. Por su parte, Grupo Atajos, otra empresa que suministra servicios de reparto a Uber Eats, también ha realizado varios despidos durante los últimos meses y buena parte de ellos fechados para este 22 de noviembre.
Los “riders” que se posicionan a favor del reparto autónomo también denuncian las prácticas abusivas de las subcontratas. Pro-asalariados y pro-autónomos aseguran a LA RAZÓN que las escasez de medios y recursos, las exigencias en los tiempos de entrega y las sanciones por cancelación se han ido recrudeciendo con el paso de los meses hasta niveles irracionales para forzar el cambio voluntario de esos trabajadores al modelo autónomo sin tener que asumir el coste de las indemnizaciones por despido. “Riders” de ciudades como Córdoba o Jaén afirman que todos los repartidores de estas zonas ya operan como autónomos, mientras que en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona la asignación de pedidos a las flotas se ha reducido drásticamente. Fuentes del sector consultadas por este periódico confirman que la erradicación de las flotas de Uber Eats en las pequeñas ciudades es una realidad, ya que la gestión de su operativa es compleja y muchos repartidores han optando por pasarse al modelo autónomo porque así lo prefieren.
En la otra cara de la moneda están los repartidores que quieren trabajar como asalariados y que están siendo despedidos o empujados abandonar las flotas mediante un uso “excesivo” del poder disciplinario en las subcontratas, critica Rubén Ranz, coordinador de Turespuestasindical.es de UGT. Ranz asegura que esta está siendo una tendencia generalizada en todas las subcontratas de Uber Eats desde que en septiembre volvió a operar con autónomos. “Hemos detectado más sanciones de lo normal que están derivando en despidos disciplinarios”, explica, haciendo que el volumen de despidos sea cuanto menos sospechoso al coincidir con el regreso de los autónomos en la plataforma. Desde UGT no descartan movilizaciones en toda España y plantearán la correspondiente demanda ante la Inspección de Trabajo.
Deelivers, otra de las compañías que ofrece servicios de reparto a Uber Eats, no descarta reducir la plantilla dedica a esta plataforma. Adrián Pena, CEO de Deelivers, asegura a LA RAZÓN que se está cumplimiento su acuerdo de colaboración con Uber Eats y que no harán un despido masivo de los trabajadores, “aunque seguramente haya una reducción de las flotas” que trabajan para Uber Eats, reconoce. No obstante, insiste en que las flotas “aportan cosas que no aportan los autónomos” y cree que “Uber va a mantener un porcentaje de reparto con flotas”. Actualmente, Deelivers tiene una plantilla de 1.000 repartidores, aunque el CEO de la compañía no especifica cuántos están destinados a cada negocio. Además, aunque volumen de trabajo con Uber Eats pueda llegar a reducirse, Adrián Pena explica que Deelivers tiene más opciones comerciales que generan necesidades de plantilla y que durante los próximos meses espera que la empresa crezca.
La opinión de las asociaciones de “riders”
Fernando García, portavoz de la asociación defensora del modelo asalariado RidersXDerechos y “rider” contratado actualmente por Glovo en su división de supermercados, ya advirtió sobre la reducción de las flotas a principios de septiembre: “¿Dónde van a quedar las subcontratas si Uber Eats recupera a los autónomos? Aunque digan que van a mantener un modelo híbrido de flotas de ‘riders subcontratados y autónomos, ¿quién determina el porcentaje de autónomos que se van a mantener y el porcentaje de asalariados? La propia empresa, que evaluará lo que le sale más rentable. Y por lo tanto un modelo mixto puede ser un 90% autónomos y un 10% flotas. De esta manera, por cada pedido que haga un trabajador en modelo de fraude, será un pedido menos que haga un ‘rider’ subcontratado”, declaró a LA RAZÓN.
Gustavo Gaviria, “rider” y portavoz de la asociación defensora del modelo autónomo Repartidores Unidos, afirma que “esta situación se veía venir de cara a la demostrada inviabilidad de sustentar el reparto de comida en plataformas digitales exclusivamente en flota asalariada: más de 11.000 despidos y la salida de Deliveroo tras la ley “Rider” nos dejan constancia de ello”. “Este contexto, sumado a las muy cuestionables condiciones en las que algunas flotas tenían a los Riders, no era más que la fórmula perfecta para desencadenar este escenario”, añade. Gaviria defiende que “si bien es cierto la vuelta a autónomos de Uber Eats permitió que miles de ‘riders’ mejoremos nuestras condiciones al momento de romperse el monopolio de Glovo, consideramos el modelo asalariado y autónomo pueden y deben coexistir en nuestro sector, por lo que lo mínimo es hacer un llamamiento a las empresas a tratar este tema con la máxima responsabilidad y valorar todas las posibilidades para evitar despidos. En toda esta situación, y en cuanto a los autónomos, nuestra principal reivindicación está más vigente que nunca: reforzar nuestros derechos con negociación colectiva que nos proporcione seguridades y certezas en un contexto de viabilidad”.
Para Fernando Roan Gómez, presidente de la Asociación Unificada de Riders (AUR),”ha quedado demostrado que Uber Eats sigue en situación de falsa autonomía y en una posible cesión ilegal de trabajadores, dado que siguen interfiriendo notoriamente en el mercado, mediante la acciones de regulación al acceso a la plataforma”. Roan reclama que opten por la autonomía plena, “si no es casi inviable que sigan defendiendo este modelo más tiempo, ya que solo acarrea multas millonarias por parte de la Inspección de Trabajo”. El presidente de AUR pide que Glovo y Uber Eats trabajen plenamente como autónomos y ve poco factible la autonomía reforzada porque “generaría una situación de discriminación ante otros sectores de autónomos”.
Contexto
La compañía estadounidense de las mochilas verdes desconectó a todos sus repartidores autónomos tras la entrada en vigor de la “Ley Rider”, motivo por el cual ahora el Tribunal Supremo ha reabierto el caso del supuesto ERE encubierto y que si se declara nulo conllevará la readmisión de 4.000 repartidores como asalariados. Del total de “riders” desconectados, solo el 26% aplicó y fue contratado por las flotas de subcontratas, entre ellas Closer Logistics, Deelivers, Drivoo, DriverJobs!, Gliders Force, Grupo Atajos o Shargo, para trabajar en las flotas de Uber Eats. Esta alternativa fue mucho menos beneficiosa que la receta utilizada por Glovo, que mantuvo a la mayoría de sus “riders” como autónomos. La respuesta de Uber Eats a la competencia de Glovo y la inacción del ministerio de Trabajo fue recuperar a los “riders” autónomos.
El 29 de agosto la plataforma puso en marcha la fase de prueba de su nuevo modelo de reparto autónomo “ajustado al marco regulatorio actual” y el 7 de septiembre lo implantó de manera generalizada y oficial en toda España. Desde entonces, cualquier “rider” que lo desee puede trabajar como autónomo para Uber Eats. No obstante, la plataforma aseguró que el nuevo modelo autónomo se combinaría con las flotas de repartidores subcontratados, dando lugar a un modelo híbrido, pero nunca dijo en qué porcentaje. La directora general de Uber Eats en España, Courtney Tims, explicó durante la presentación del servicio de suscripción Uber One que no pueden compartir cuántos trabajadores operan actualmente como autónomos y cuántos como asalariados, aunque reconoció que está habiendo un trasvase al modelo autónomo ya que es el “preferido” por los “riders”.
La “Ley Rider” consigue el efecto contrario
El comportamiento de las plataformas de reparto en el último año evidencia que la falta de concreción en la “Ley Rider” está consiguiendo el efecto contrario para el que fue formulada. La presunción de laboralidad de la norma no obliga directamente a contratar, ya que precisamente deja espacio para que los autónomos reales puedan existir. El problema llega cuando, tras la entrada en vigor de la ley, el 12 de agosto de 2021, las plataformas se adaptan a ella cambiando la operativa de sus aplicaciones para, bajo su criterio, esquivar la presunción de laboralidad. Así, empresas como Glovo o Uber Eats están usando la propia “Ley Rider” para blindarse ante la ausencia de unos criterios concretos con los que determinar en qué casos el repartidor es autónomo o asalariado. Esta es una de las principales carencias que vendrá a suplir la directiva europea del trabajo en plataformas digitales. No obstante, hasta que esta se apruebe y hasta que la Inspección de Trabajo analice el nuevo modelo de Uber Eats, puede pasar más de un año. Solo hay que tomar como referencia la multa a Glovo por 79 millones de euros, publicada este mes de septiembre, pero cuyo periodo de análisis va desde el año 2018 hasta el 11 de agosto de 2021, antes de la entrada en vigor de la “Ley Rider”. En este periodo de tiempo, muy probablemente el trabajo autónomo ganará terreno al asalariado.
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