Energía
Un gas hasta cuatro veces más caro si Argelia cierra el grifo
España tendría que sustituir el 26% que llega de este país por GNL con contratos a corto plazo, lo que dispararía su coste. La reducida oferta de metaneros también complicaría el proceso
De aquellos barros, estos lodos. La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de variar la histórica postura de España en lo que al Sáhara Occidental se refiere dando soporte a la propuesta de autonomía marroquí en detrimento del referéndum postulado por la ONU y apoyado por Argelia ha tensado las relaciones con este país norteafricano, enemigo histórico de Marruecos. Y Argel ha encontrado en la energía uno de los puntos débiles de España con los que presionarla y “castigarla” por su cambio de postura. El país magrebí es uno de los principales proveedores de gas natural de España. Pero este suministro no está ahora garantizado.
Esta semana, Argelia ha advertido de que cortará el suministro si detecta que el gas que envía a España es reenviado después a Marruecos a través del Gaseoducto Magreb Europa (GME) en sentido inverso una vez que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha comunicado a Argel la reactivación inmediata del tubo. Argelia considera que esta operación constituiría una violación de los contratos vigentes. Y si lo interpreta así y cierra el grifo, España tendría “gravísimos problemas de suministro”, como advierte el economista Daniel Lacalle. El año pasado, Argelia le suministró a España el 42% de su consumo de esta materia energética, si bien ese porcentaje se ha reducido hasta el 26% en el primer trimestre del año con el vertiginoso aumento de las importaciones de gas natural licuado (GNL) desde Estados Unidos, según los datos aportados por el operador del sector Enagás. Con todo, ese 26% representa una cantidad de gas “muy importante” para España, añade Pedro Mielgo, presidente de NGC y uno de los mayores expertos en energía del país. En los últimos años, la cantidad suministra por Argelia a España ha oscilado entre los 160 y los 200 teravatios/hora, según Mielgo.
Más caro y difícil de conseguir
¿Sería posible reemplazar ese suministro? Lacalle, gran conocedor del sector energético tras su paso por compañías como Repsol, y Mielgo creen que, sobre el papel, sí. Otra cosa es cuánto tardaría España y a qué coste. Y su respuesta a esto es que no sería ni inmediato ni barato.
Para sustituir a Argelia, España debería mirar al resto de países que le suministran gas natural como Estados Unidos, Nigeria, Egipto o Qatar. Lo que sucede es que, en todos los casos, debería reemplazar el gas que llega por tubo desde Argelia por GNL. Y “buscar eso de un día para otro es muy difícil”, advierte Mielgo. En primer lugar, explica, porque este mercado está “tenso por lo que ha ocurrido en Rusia”. Muchos países europeos están tratando de reducir su dependencia gasística de este país a través del GNL, lo que está tensionando los precios del mercado. Además, advierten ambos, en caso de una interrupción súbita, España tendría que recurrir al mercado spot, es decir, de corto plazo, donde los precios sería “mucho más altos” que los que ahora se pagan por los contratos a largo plazo que hay firmados con Argelia, avisa Mielgo. Tanto, que Lacalle calcula que el gas que se comprase para reemplazar al argelino podría llegar a costarle a España tres o cuatro veces más.
Pero España podría tener no sólo problemas con el precio sino también con la propia llegada del producto. Aunque el país está bien provisto con seis plantas regasificadoras para tratar el GNL, el problema es que ha de ser transportado por buques metaneros hasta la Península. Y la disponibilidad mundial de estos barcos es ahora mismo más bien limitada. Existen 610 en todo el mundo, según la sociedad de clasificación Lloyd’s Register. (LR). Y, según Lacalle, “casi todos están contratados casi al 100% como mínimo hasta septiembre”. Y las expectativas de que se floten nuevos en el corto plazo son más bien escasas porque, como explica Mielgo, “se tardan unos dos años en construir un buque de este tipo”. El sector, de hecho, trabaja a marchas forzadas y a plena capacidad para satisfacer la creciente demanda de metaneros. Ningún astillero tiene capacidad para construir nuevos metaneros al menos hasta 2025, según las estimaciones de LR.
Así, de producirse una ruptura de los contratos con Argelia, “no sólo estaríamos ante un encarecimiento de la energía, sino ante la posibilidad de que se produzcan desabastecimientos que podrían tensionar aun más los precios, provocando que estos se encarezcan aun más. Una situación muy complicada, y más en un momento como el actual”, advierte Francisco Coll Morales, coordinador del servicio de Estudios de la Fundación Civismo.
De momento, el Gobierno ha tratado de aplacar a Argelia asegurando que el gas que se va a mandar a Marruecos después de tratarlo en las regasificadoras no tiene origen argelino. Ahora está por ver cómo reaccionan las autoridades de Argel, que ya habían tensado la cuerda al advertir semanas atrás de que es muy probable que incrementen el precio del gas que suministran a España. Una posibilidad que el Ejecutivo da casi como segura, si bien la justifica en que tocaba revisión de precios para desligarla de cualquier reacción por lo ocurrido con el Sáhara.
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