Ahorro
¿Tienes problemas para entender la factura de la luz? Aquí tienes una guía con los conceptos clave
Los precios de la electricidad seguirán creciendo durante el año 2022. Por ese motivo, es más importante que nunca saber interpretar la factura de la luz. Aquí encontrarás un pequeño glosario con los conceptos más importantes:
El precio de la electricidad no ha dejado de crecer durante todo el año 2021. Y es una tendencia que se mantendrá además durante este 2022. De hecho, es posible que -incluso- vaya a peor. Porque la situación en Ucrania y la amenaza de una posible invasión por parte de Rusia, podría agravar enormemente los problemas de suministro para nuestro país. La situación es tan grave, que el precio de la factura de la luz se ha colocado como uno de los asuntos más preocupantes para las familias españolas.
En esta situación, parece más importante que nunca que entendamos a la perfección algunos conceptos clave para que podamos comprender la factura de la luz. Solo entonces sabremos si estamos pagando de más y si podemos recortar algunos gastos optando por otra tarifa o por otra compañía eléctrica.
A continuación, puedes encontrar un pequeño glosario con los conceptos más importantes:
1. Costes de la energía
Lo primero que debemos tener claro, antes de empezar a explicar otros conceptos, es que -independientemente de la tarifa que tengamos contratada- la factura de la luz se divide en dos partes: el importe fijo y el importe variable. El fijo se refiere a la disponibilidad de potencia que tenemos contratada y el importe variable se refiere a la electricidad que consumen nuestros electrodomésticos, que fluctúa de mes a mes en función de nuestro consumo.
La potencia contratada (kW) es la parte de la factura que corresponde al importe fijo. Es decir, que se paga la misma cantidad independientemente de si se consume más o menos energía. La potencia contratada marca la cantidad de aparatos eléctricos que puedes tener encendidos al mismo tiempo. En caso de que se supere el límite de potencia contratada, lo que sucederá es que saltarán los plomos, por lo que necesitarías contratar más potencia. Y si en tu casa nunca se va la luz, es posible que puedas ahorrar un poco de dinero contratando menos potencia.
En la factura de la luz, la energía consumida (kWh) viene detallada en el apartado “término de energía”. Y corresponde al gasto de energía que hacemos en el periodo que se factura. Es un concepto variable, y fluctúa en función del uso que hagamos de los electrodomésticos de nuestro hogar. Para ahorrar en esta partida, debemos consultar la evolución del consumo durante varios meses. De esta forma, podremos localizar dónde están los picos de energía consumida y qué es lo que hizo que el importe se elevase en ese periodo concreto. Así, si hay algún hábito que debamos modificar o eliminar, podremos identificarlo con facilidad.
2. Mercado libre o mercado regulado
Cuando nos vemos ante la tesitura de elegir un tipo de contrato con una compañía eléctrica, se nos presentan dos opciones: que el precio de la luz dependa del mercado libre o que dependa del mercado regulado.
En la primera modalidad de contrato, en el mercado libre, es la comercializadora la que ofrece sus propios precios y planes. Se suele poder optar, por ejemplo, por una tarifa plana o por una tarifa por horas. La diferencia entre estas dos modalidades sería la discriminación horaria. Es decir, la variación del precio en función de la hora del día en la que se utilicen los electrodomésticos. Así, una tarifa plana será especialmente útil para aquellos que no quieren preocuparse por poner la lavadora de madrugada.
Si elegimos un contrato del mercado regulado, estaremos sujetos al precio de la energía marcado por el mercado mayorista, que varía constantemente. El nombre de este importe es “Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor” o PVPC. Para poder acceder a este tipo de contrato, el consumidor debe cumplir una serie de requisitos: una potencia contratada igual o inferior a 10 kW, disponer de una instalación eléctrica de baja tensión y poder acceder a un contador digital.
En una situación como la actual, en la que los precios de la electricidad están creciendo como la espuma, la modalidad de contrato más rentable es la del mercado libre. Porque el precio está garantizado por el contrato firmado con la compañía eléctrica. Sin embargo, este tipo de contrato no será tan rentable en aquellos momentos en los que el precio de mercado de la electricidad esté a la baja.
Hay un caso en el que la tarifa PVPC del mercado regulado sí que resultará más barato en la gran mayoría de los casos, que es si el cliente puede beneficiarse del bono social eléctrico. Que es una ayuda del Estado para aquellas personas en situación de vulnerabilidad económica. Y es una opción a la que los usuarios del mercado libre no pueden optar.
3. Peajes y cargos
Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, el 41,14% del total de la factura corresponde a los peajes (o también llamadas tarifas de acceso) y a los cargos. La suma de los peajes está destinada a cubrir los gastos de transporte y distribución y los cargos sirven para cubrir otros gastos relacionados indirectamente con el consumo eléctrico, como la financiación de las renovables, el sobrecoste de producción de energía en los territorios no peninsulares o las anualidades del déficit. Los peajes y los cargos no se detallan en un apartado diferente de la factura, sino que están incluidos tanto en la partida de potencia contratada, como en la de energía consumida.
La cantidad que debemos abonar en estos conceptos no depende de la compañía eléctrica, sino que es un coste fijado por la CNMC en el caso de los peajes, y por el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el caso de los cargos. Es decir, que da igual con qué compañía tengas contratado el suministro de electricidad, porque tienes que pagarlos de todas maneras.
Eso sí, en función de las particularidades de tu contrato, tendrás que abonar unas tarifas de acceso y unos cargos u otros. Por ejemplo, si en tu hogar tienes una potencia contratada menor a los 15 kW, la tarifa de acceso que te corresponde es la 2.0TD (es la más común para uso doméstico); y si necesitas contratar una potencia superior, los peajes que te corresponden será la 3.0TD.
Y si en tu hogar, los electrodomésticos suelen utilizarse en los horarios de valle, la cantidad que deberás abonar por estos conceptos será inferior a la cantidad que deban pagar aquellos que los utilizan en periodos de punta. Es decir, que no hay mucho que pueda hacer el consumidor más allá de adaptar sus potencias contratadas y sus pautas de consumo, para aprovechar las ventajas de la estructura de peajes y cargos.
4. Otros importes
Aquí se incluyen aquellos cargos que el consumidor deberá abonar además del importe del término fijo y del término de consumo. Es decir, aquí se incluyen los impuestos y el alquiler de los contadores.
Como ocurre con casi cualquier otro producto del mercado, la compra de electricidad también va acompañada de una buena dosis de impuestos: por un lado está el IVA, que supone el 21% del total de la factura de manera general; y por otro lado está el impuesto eléctrico, que es del 5,1127% y se aplica sobre la suma de las partidas de potencia contratada y de energía consumida.
Para que las familias españolas puedan lidiar con una situación tan crítica como la actual, el Gobierno ha bajado el IVA hasta el 10% y el impuesto eléctrico hasta el 0,5%. Eso sí, esta medida solo aplicará hasta el 30 de abril del año 2022 y en el caso de que se cumplan unos criterios específicos.
Otro importe que también se incluye en cada factura es el alquiler de los contadores eléctricos, que son propiedad de la empresa distribuidora. Es una partida que se incluye indistintamente tanto en el mercado libre como en el mercado regulado. Aunque el precio no lo marca la distribuidora, sino que también está regulado por la Administración.
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