Vuelta a España
La Vuelta del Ineos se va por los suelos
Geraint Thomas se cayó y Arensman tuvo que retirarse por otra caída. Ganna no pudo arreglar el día en el esprint en el que se impuso Soupe
Hay etapas que parecen carne de rutina. Una llana que acaba en esprint pide que gane Kaden Groves, como estaba siendo costumbre, y que los favoritos lleguen con comodidad a la meta. Pero a veces esas etapas se atraviesan, el velocista queda atrapado en el pelotón y algunos de los favoritos acaban por los suelos.
De repente se oye un ruido ensordecedor y todo cambia a diez kilómetros de meta. Una caída multitudinaria y Thymen Arensman, uno de los líderes del Ineos, se queda tendido en el suelo debajo de un montón de ciclistas y de bicicletas. No se levanta y las asistencias corren a ponerle un collarín para inmovilizarlo mientras algunos de sus compañeros, ajenos a la catástrofe, intentaban situarse para ganar la etapa.
Es lo que le sucedió a Omar Fraile. Él trataba de llevar a Filippo Ganna a la pelea por el esprint y la caída sucedió a su espalda. «Ibamos en plena colocación. Yo iba con Pippo y he escuchado un golpe exagerado. Ha tenido que ser una caída brutal», explicaba el ciclista español del Ineos, que se enteraba por la prensa de que su compañero era uno de los implicados.
No fue un buen día para el Ineos, que vio cómo los dos corredores que tiene dedicados a la general se iban al suelo. Arensman, el sexto clasificado de la Vuelta el año pasado, además de ganar una etapa, tuvo que abandonar. Algo más de suerte tuvo Geraint Thomas, que se cayó cuando quedaban más de 100 kilómetros para el final de la etapa y la carrera iba más despacio. «Íbamos tranquilos, pero se le ha ido la bici de delante», confiesa Omar Fraile. «Ha tenido un fuerte golpe, porque ha roto el cuadro con la rodilla. Ha sido capaz de meterse en el grupo y ha terminado», añadía.
El británico, ganador del Tour de 2018, no está teniendo suerte en esta Vuelta. Ya en Andorra, en el primer final en alto, fue el único de los favoritos que se quedó descolgado a pesar de que su equipo hizo que Egan Bernal lo esperara para ayudarle a pasar el trago de la subida a Arinsal. Y tampoco estuvo con los mejores en la subida al observatorio de Javalambre, donde perdió casi minuto y medio con Primoz Roglic. El galés pierde ahora 2:34 en la general con Evenepoel, el mejor de los favoritos.
La suerte que le faltó a los corredores del Ineos la tuvo Sepp Kuss, que se vio implicado en una caída anterior a la de Arensman, pero se reincorporó a la carrera sin dificultades. Para el estadounidense sigue pie la posibilidad de vestirse de rojo en el Xorret del Catí. Ocho segundos le siguen separando del rojo que viste Lenny Martínez. También Vingegaard alegró el día del Jumbo con los dos segundos de bonificación que arañó en un esprint.
Ajenos a todas esas desgracias, los esprinters se preparaban para su pelea. Y con Kaden Groves mal colocado después de la última curva había terreno para la sorpresa. Amenazó el venezolano Orluis Aular, que entró bien colocado después del último giro. Pero no lo suficiente para recortar la ventaja que le llevaba el francés Geoffrey Soupe, que acabó luciendo su barba en el podio. Filippo Ganna quedó atrapado en el tráfico y no pudo compensar el mal día del Ineos. Hay momentos en que se agradece la rutina.
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