En un emocionante y dramático derbi de Manchester, el Manchester United se llevó la victoria ante su eterno rival, el Manchester City, en los instantes finales del partido. Un gol de Amad Diallo, quien también provocó el penalti transformado por Bruno Fernandes, selló la remontada de los 'red devils', que terminaron imponiéndose 1-2 en el Etihad Stadium. Sin embargo, detrás de la alegría por la victoria, ha surgido una polémica interna que está poniendo a prueba la estabilidad del vestuario del United: la posible existencia de un 'topo' dentro del equipo.

La controversia comenzó cuando, horas antes de que el Manchester United hiciera oficial su convocatoria para el partido, varios medios de comunicación ingleses ya sabían que dos de los jugadores más importantes del club, Marcus Rashford y Alejandro Garnacho, no estarían en la lista de convocados. Este hecho levantó sospechas de que alguien dentro del club había filtrado la información antes de su publicación oficial, lo que ha generado un clima de desconfianza.

La filtración de estos detalles internos ha llevado a los directivos del Manchester United a iniciar una investigación interna para descubrir al responsable. Los rumores han comenzado a circular, y algunos medios como The Sun han apuntado a jugadores específicos, sugiriendo que Amad Diallo y Garnacho podrían estar involucrados en la filtración.

Rúben Amorim, el técnico portugués del Manchester United, ha sido cuestionado acerca de la filtración y las ausencias de Rashford y Garnacho. Aunque el estratega luso ha dejado en claro que ambos jugadores fueron excluidos por decisión técnica y no por razones disciplinarias, también ha reconocido la dificultad de controlar las filtraciones dentro de un club tan grande. "Hay mucha gente en el club, los jugadores hablan con los agentes, con sus amigos", comentó Amorim. "No es algo bueno, pero sigamos adelante y vayamos al siguiente partido", agregó, insistiendo en que, a pesar de las complicaciones, el equipo debe seguir adelante.

Amorim también subrayó la importancia de cumplir con las normas internas del club, y fue rotundo al asegurar que cualquier infracción a las reglas será sancionada con dureza. "El rendimiento en los entrenamientos, la actitud en los partidos, la forma de vestir, de comer, de relacionarse con los compañeros, y la manera en que presionan a los compañeros son aspectos esenciales para mí", explicó el entrenador, quien parece estar estableciendo un enfoque integral para evaluar a sus jugadores.

Mientras tanto, Rúben Amorim sigue al mando, tratando de mantener la calma dentro del vestuario y estableciendo reglas claras para sus jugadores. El Manchester United necesita centrarse en su rendimiento dentro del campo, pero las tensiones fuera de él podrían ser un obstáculo a superar. En cualquier caso, la situación está lejos de resolverse, y el club deberá afrontar este reto tanto dentro como fuera del terreno de juego.