Tenis
La intrahistoria de la Davis de 2019, la última que ganó España: el tiramisú que Bautista, el héroe, no se pudo comer, las lágrimas de Nadal...
Roberto Bautista enterró a su padre en medio de la competición, regresó al grupo y ganó un punto en la final, con medio equipo lesionado. Nadal se multiplicó cada día para jugar individual y dobles
España busca en Málaga la séptima Ensaladera de su historia. La última la ganó en 2019, con Sergi Bruguera como capitán, Rafa Nadal como líder y Roberto Bautista como héroe, porque en medio de la competición enterró a su padre y regresó con el equipo para lograr un punto en la final. Esa temporada, se jugaban en la misma semana la fase de grupos y los cruces, en la Caja Mágica, en Madrid. Fueron unos días “muy intensos”, como describe el entrenador de Bautista, Pepe Vendrell. España ganó a Rusia el martes y a Croacia el miércoles. El viernes eran los cuartos de final contra Argentina, pero el grupo sufrió un duro golpe el jueves 21 de noviembre. “Llaman a la mujer Rober y le dicen que su padre está en fase terminal, que seguramente queden horas para que se vaya. Rober se va de la concentración, sin la idea de regresar, obviamente. Llegamos a mediodía y el padre fallece a eso de las 4 o 5 de la tarde, en casa, y Rober estuvo un rato con él, se pudo despedir”, recuerda Vendrell.
"Un mazazo para el equipo"
La Davis se empezó a jugar en dos “pistas”: Castellón y Madrid. “Lo de Rober fue un mazazo para el equipo desde el punto de vista de todo, quedamos tocados. Perder un jugador por lesión, pues bueno, pero por una situación tan dura... Estábamos todos pendientes, intentando dedicarle los partidos”, rememora el doctor Ángel Ruiz Cotorro. “El viernes a las 4 de la tarde es la misa y es la hora a la que empieza a jugar España contra Argentina. Se hace la misa en el tanatorio y se prepara todo para el entierro al día siguiente a las 12 de la mañana, en el pueblo natal del padre, en Benlloch. Yo voy a la misa y me voy para casa a eso de las 8. Ya había perdido Carreño contra Pella. En la presentación, habían dejado el espacio libre de la figura de Rober, se me pone todavía hoy la piel de gallina”, afirma Vendrell. Nadal ganó a Schwartzman y por la noche el dobles decisivo junto con Granollers. “Rober estaba viendo el partido y me llama y me dice: 'Pepe, mañana entierro a mi padre a las 12, no digas nada, pero prepara la bolsa que quiero estar con el equipo, si ganamos'. Y Y yo respondí: 'Bien, lo que tú sientas, adelante””. Ganó España y así sucedió.
"No te comas el tiramisú"
Después del entierro, Vendrell y Bautista van en coche a Madrid. “Paramos a comer de camino y en ese momento me llama el médico, Cotorro: '¿Dónde estáis?'. 'Pues estamos de camino', le contesto. 'No me digas -me dice-, te llamaba porque quería explicarte que la situación es jodida: Carreño no puede jugar, tiene una rotura en el cuádriceps. Marcel tiene la espalda tiesa y sólo tenemos dos jugadores, que son Feliciano y Rafa, para jugar las semifinales contra Inglaterra...'”, describe Vendrell. “Me había salido un poco del restaurante, me acerco a la mesa y Rober había pedido un tiramisú y le digo: 'Rober, no te tomes el tiramisú'. '¿Por qué?', me pregunta. 'Vamos para allá y no te digo que vayas a jugar hoy, pero como ganemos hay que estar preparado', continuó el técnico, y le expliqué la situación. Ni probó el tiramisú y le cambio un el foco: de me voy a animar a mis compañeros y a estar con ellos a estar preparado para cualquier cosa. “Fuimos quedándonos sin balas. Yo en mi fuero interno sabía que Rober, al que conozco desde que tiene 12 años, podía venir, aunque no fuera a jugar”, asegura el médico.
El día que enterró a su padre...
Bautista llegó a tiempo para ver las semifinales. Empezó Feliciano López contra Edmund. “Cuando acabó el primer set fuimos a tocarla un poco, 45 minutos, le vino hasta bien para quitarse el sufrimiento, la tristeza... Todo lo que habían sido las 48 horas anteriores. Ojo lo que te estoy diciendo, fue el día que enterró a su padre”, explica Vendrell. Después, Rafa ganó a Evans y ya en el dobles decisivo, sin que acabara, Bautista se fue al hotel a descansar, por si ganaban, para estar preparado. Consiguieron el triunfo, Canadá esperaba en la final.
“A Sergi le dije que yo a Rober le veía para jugar en el tema persona, después ya técnicamente tenía que decidir él, lógicamente. Jugó y mira lo que salió. Rafa apoyando a muerte... Éramos un equipo, y encima unidos por algo que nadie esperaba, aunque el padre estaba fastidiado desde hacía tiempo”, desgrana Cotorro. Bautista, en un emotivo partido, logró la victoria ante Félix Auger-Aliassime.
“A continuación vi el grado de sensibilidad y emotivo de Rafa. Recuerdo que después de ganar Rober, con la explosión de alegría, estoy entrando al vestuario, y me veo a Rafa saliendo cómo te diría... Recién llorado. Esa capacidad de emocionar a la gente y de conectar, y de decir: estoy llorando de alegría y de emoción, y a los 10 minutos estar jugando el punto decisivo y ganándolo. Me crucé con él en el vestuario en la Caja Mágica, me dio un abrazo diciendo, puf no puedo estar más emocionado, pero al mismo tiempo lo que ha hecho él siempre, manejar las emociones. Recuerdo la figura de Rafa como líder. En esa eliminatoria asumió el rol de líder y te sientes seguro con alguien como él”, finaliza Vendrell. “Era su último tiro, el individual, porque para el doble iba muy justo, mentalmente al límite [las tres últimas jornadas había doblado]. Pero al ver lo que hizo Rober, él pensó: por Rober este partido no lo pierdo. La situación era arropar a Bautista, pero fue Bautista el que arropó a todo el equipo y ganó su punto. Después yo sabía que Rafa no iba a fallar”, concluye Cotorro.
Nadal ganó a Shapovalov y la séptima Ensaladera ya era una realidad.
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