Tenis
Alcaraz apenas estuvo una hora en pista ante Koepfer en su estreno en el US Open
El número uno del mundo comenzó la defensa del título con un triunfo por 6-2, 3-2 y retirada ante un rival mermado desde el primer juego por una torcedura de tobillo
Se podría decir que la primera victoria de Carlos Alcaraz en el US Open 2023 fue un partido en el que no tuvo que sudar ante Koepfer (6-2, 3-2 y retirada), pero sería más metafórico que literal. Porque sudar, sudó, imposible no hacerlo con la humedad que hay en Nueva York, un enemigo más con el que hay que tener cuidado para no deshidratarse. Para combatirlo, el murciano ha optado por un modelo nuevo de ropa, sin mangas, como se le ha visto otras veces, blanco y con colores muy llamativos.
El encuentro contra Koepfer era histórico porque Carlos se convertía en el jugador más joven de la historia en ser el primer cabeza de serie del US Open. Justo allí, el año pasado, cuando se llevó el triunfo ya se convirtió en el número uno más joven de la historia y la pelea con Djokovic ha sido continua desde ahí: se lo han ido arrebatando y al acabar este Grand Slam volverá a haber cambio pase lo que pase, ya que el serbio sólo necesitaba un triunfo para recuperar la corona, y lo consiguió ante Muller. Pero la lucha va a continuar en lo que queda de curso.
Esa será otra historia. La del US Open comenzó sin sobresaltos para Alcaraz en un partido que no fue tal. El alemán Dominik Koepfer se torció el tobillo en el primer juego, cuando iban 40-40, y a partir de ahí ya estuvo enfadado con el mundo y más preocupado del dolor que de otra cosa.
Fue de una manera un tanto extraña, incluso absurda, porque Carlos había tirado una bola fuera, Koepfer se relajó y plantó el pie izquierdo directamente torcido. Pidió la presencia del fisio, que le trató y le vendó, mientras Carlos jugueteaba con la raqueta, daba saltitos para no quedarse frío y preguntaba a su rival con el pulgar arriba si estaba todo OK. Fue un parón de unos diez minutos, volvieron a la pista y el número uno del mundo logró un break que ya le puso en ventaja en el primer set.
Koepfer intentó jugar ya a tiros, muy directo, lo que hacía que combinara ganadores con errores por tres o cuatro metros. Le pegaba durísimo y a veces sorprendía a Alcaraz. El alemán discutía con su palco, les explicaba que tenía el tobillo hinchado y todo apuntaba al final que se termino produciendo. Tampoco era fácil la situación para el español. Suele pasar que los tenistas también bajan el nivel o se despistan cuando ven a un rival, mermado, pero él siguió a lo suyo, mostró unos cuantos buenos restos, recurrió mucho a las dejadas, corrió a por todas las bolas hasta en esa situación y fue sumando juegos sin tener el más mínimo contratiempo.
Mediado el segundo set, Koepfer dijo basta y Carlos se ahorra unos minutos en pista, pues apenas llevaban una hora sobre la Arthur Ashe. Puede guardar fuerzas. En segunda ronda le espera el surafricano Lloyd Harris, con el que nunca se ha enfrentado.
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