Cada golpe de Rafa Nadal es analizado para ver si significa que está en plena forma o si aún necesita más tiempo para recuperarse. Estos días ha estado de gira por el continente americano jugando partidos de exhibición con Rudd. El objetivo es llegar en perfecto estado al comienzo de la temporada y defender en Australia, esta vez con Djokovic entre los participantes, el título ganado el año pasado. La temporada anterior Rafa Nadal comenzó en perfecto estado físico, pero después tuvo muchos problemas que le afectaron y apenas pudo competir en condiciones durante los últimos torneos. Por eso estos partidos de exhibición le han venido bien para ir encontrándose: “Para mí lo principal ahora mismo es poder llegar en plenas condiciones físicas a los torneos importantes. Sigo disfrutando del día a día y continúo teniendo metas que me ilusionan a nivel profesional. Voy a intentar alcanzarlas hasta que el cuerpo o la mente digan basta. Por el momento, eso no ha pasado así que tengo ganas de seguir”, decía el tenista.

Los partidos de exhibición se juegan a otro ritmo, los tenistas no se hacen daño, aunque si está Rafa Nadal por medio es complicado que no sea un encuentro competitivo. De ahí el sensacional golpe que dejo alucinado a todo el mundo y sin respuesta a Ruud.

El tenista esperaba, después de devolver una bola alta, el mate de Nadal e intuyendo hacia donde iba a ir la pelota, pues ve el gesto de Rafa y cómo sitúa la raqueta, corre hacia la esquina donde piensa que va a mandar un golpe fuerte. Quizá con suerte podría llegar.

Pero resulta que cuando va a dar a la bola, Rafa la deja pasar y en vez de un mate, la da por abajo, suave, y la deja botando al lado de la red ante la sorpresa y rechifla general.

Ruud intenta llega, porque tiene físico para ello, pero al final su esfuerzo es en vano. Como el resto del público, no esperaba que Nadal hiciese ese truco de magia. Los comentaristas también muestran su sorpresa ante el golpe que el tenista español se saca de la chistera.

En total, en su gira, Rafa Nadal y Ruud han disputado cinco partidos de los que el español ha ganado tres, mientras que su rival ha vencido en los otros dos. Han llenado en todos los lugares donde han jugado y a ambos les ha servido para no perder la forma mientras empieza el nuevo y apasionante curso.