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Tenis

Alcaraz se gana un merecido descanso: derrota a Kwon y España está en cuartos de la Copa Davis

El murciano ganó con sufrimiento (6-4 y 7-6 [7/1]) y culmina el trabajo que había empezado Bautista. Pone un final feliz a tres semanas de locura que le han llevado al número uno del mundo

Carlos Alcaraz en uno de sus últimos partidos AFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Ésta es sin duda la eliminatoria de Copa Davis de Carlos Alcaraz, porque estrenaba el número uno del mundo y llegaba directamente de Nueva York de conquistar el US Open. Por la expectación generada, por los aplausos, que se multiplicaban en la grada del Pabellón Fuente de San Luis de Valencia cuando decían su nombre. Es el deportista del momento. Pero también merece su espacio Roberto Bautista, el hombre silencioso que siempre está ahí. El castellonense ha ganado los tres partidos individuales que ha disputado en esta fase de grupos, tanto cuando actuó de número uno contra Serbia como cuando lo ha hecho de número dos, contra Canadá y contra Corea en la eliminatoria definitiva. En realidad, su última labor para el grupo era la más sencilla porque rápidamente se vio que Seong Chan Hong, su rival, era muy inferior. Siendo sólido, y Roberto lo es, los puntos no iban más allá de cinco o seis intercambios, porque el asiático terminaba desbordado o fallando. Sólo le entraron un poco de dudas al español para cerrar el encuentro, pero nada grave: 6-1 y 6-3. Dejaba a España a un paso de la clasificación, para que Carlos Alcaraz tuviera su momento.

El partido entre números uno era diferente. Tenía algo de trampa porque Soonwoo Kwon sí es un habitual del circuito. Número 74 del mundo, tiene un título en su palmarés, el ATP 250 de Nur Sultán, en Kazajistán, en 2021 (desde 2022 es ya un ATP 500) y en el enfrentamiento contra Canadá esta misma semana superó a Félix Auger Aliassime. Venció el español por 6-4 y 7-6 (7/1), con sufrimiento y oficio. No podía salir confiado y pronto notó que su oponente, aunque Corea ya no se jugaba nada, es un tenista con mucho ritmo de bola y una gran movilidad. Y estaba ante la oportunidad de ser noticia venciendo al líder de la clasificación ATP. Pese a estar más descansado, no se vio la mejor versión de Carlos, a quien, eso sí, nunca le falta fe, y con ella encarriló el duelo. Porque su primera rotura de servicio se produjo de la manera más inesperada, en un juego que parecía perdido y que el murciano remontó ganando incluso los puntos que parecían perdidos, porque con 30-40 tuvo la humildad de correr hacia delante y hacia atrás con el jugueteo que le estaba proponiendo su rival de dejadas y globos, hasta que la última la dejó en la red. Cometió Kwon el error de no rematar a Alcaraz y lo pagó. Todas las buenas sensaciones con las que había comenzado el duelo no se reflejaron en el marcador, y el español empezó a maltratar más a la pelota, a tirar más fuerte y a meter más primeros servicios, ya que al estar jugando con segundos sufría con los restos del coreano.

Ese error de Kwon le hizo ir a remolque durante el primer set, pero lo siguió peleando hasta el punto de lograr igualar la rotura, y además en blanco, cuando Alcaraz servía para llevárselo. Pero la reacción del español fue inmediata y volvió a demostrar que en los momentos delicados suele dar lo mejor de sí, que es el rasgo que distingue a los muy buenos de los elegidos. Al resto sí consiguió cerrar ese parcial inicial. Todavía tendría que remar mucho Alcaraz, que rápidamente se vio break abajo en el segundo set y sólo con puntos de fantasía, con más piernas y resistencia que potencia de brazos, se llevó el triunfo. Apuró hasta un tie break en el que no cometió ni un fallo. Ganó y encendió al público, como hace en todas las pistas del mundo que pisa. El punto daba la clasificación a España para la última fase, que se juega en Málaga del 22 al 27 de noviembre y con la que acabará la temporada. El rival en cuartos es Croacia, con Cilic, Coric y el espectacular dobles que forman Mektic y Pavic. Esa eliminatoria es ya a vida o muerte.

Alcaraz termina así con final feliz tres semanas de locura que le han llevado a conquistar su primer Grand Slam y a llegar a la cima del tenis con sólo 19 años, más joven que nadie en la historia. El lunes todavía tiene un compromiso publicitario. Después, a descansar.