Juegos Olímpicos París 2024

Támara Echegoyen: "Es un honor ser abanderada y espero que todo el equipo se sienta representado"

Junto con Marcus Cooper liderará la delegación española en la ceremonia de apertura de los Juegos de París. Del momento de recibir la noticia, la relación con su pareja en 49er Paula Barceló, doce años menor, y las particularidades del campo de regatas de Marsella, habla en esta entrevista

Támara Echegoyen, abanderada española en los Juegos Olímpicos de París 2024
Támara Echegoyen, abanderada española en los Juegos Olímpicos de París 2024COE

Támara Echegoyen (Orense, 1984) será la abanderada española en la ceremonia inaugural de los Juegos de París 2024, junto con Marcus Cooper. Disputará su cuarta cita olímpica, la segunda con Paula Barceló en 49er. Fueron cuartas en Tokio. Támara logró el oro en Londres 2012 en la clase Elliott, junto a Sofía Toro y Ángela Pumariega. Durante la conversación, siempre deja un hueco para la broma y el buen humor.

Recibe una llamada de Alejandro Blanco. ¿Sabía para qué era?

La verdad es que me lo podía imaginar, porque normalmente no es alguien que te suele llamar. Lo que más me sorprendió, porque estaba entrenando, es que tenía muchas llamadas y entonces ya pensé: “Aquí se debe estar cociendo algo”.

¿Y le da un pequeño vuelco el corazón?

Bueno, un poco nerviosa sí, pero tampoco... Al final, para ser sinceros, yo no conocía los criterios de selección, luego en la prensa puedes leer cosas, pero yo sabía que la abanderada era Maialen, que tiene tres pedazo de medallas olímpicas, pero que tenía un problema por calendario para poder asistir y que cabía la posibilidad de que entrasen en juego las campeonas olímpicas que estaban también clasificadas para París. Pero en este tipo de situaciones en las que no controlas, en la que imagínate llevarte un varapalo, puede ser un golpe emocional muy grande. Yo preferí ser perfil bajo y decir: “Oye Támara, si tiene que llegar, llegará y si no, sigue trabajando porque esto no depende de ti y al final si no te vuelves loca”. Pero cuando llamó fue como una sensación, no sé... Yo no me creía que me lo estuviese proponiendo.

Aparte del honor de la bandera, es como emblemático ir delante de tantos deportistas.

En las ceremonias de apertura veías a los abanderados, todos ellos merecidísimos, como grandes referentes, y simplemente los sigues. Y ahora uno de esos voy a ser yo. Es un regalo, es un honor tener esa posibilidad y creo que cualquiera de los dos, Marcus y yo, lo tomamos como tal y espero que todo el equipo se sienta representado por nosotros.

"Paula me miró a los ojos y me dijo: 'Vamos, eh'"

Estaba con Paula al recibir la llamada. ¿Qué le dijo?

Es que Paula y yo estamos todo el día juntas. Primero se me debió quedar la cara como un poco desencajada, se lo comenté y me dijo: “Qué honor”. Es una sensación de orgullo, de estar orgullosa una de la otra, hay veces que siempre vamos juntas, pero también hacemos cosas separadas y sentirse orgullosa una de la otra aunque no sea navegando es una sensación muy bonita. Paula fue la primera, me miró a los ojos y me dijo: “Vamos, eh”.

¿Cuántos días al año pasan juntas?

La realidad es que pasamos mucho y cada vez más, sobre todo en la recta final, que quieres estar todo el día en el agua. Normalmente siempre decimos 24/7. Al final nuestro deporte nos exige movernos mucho a distintos lugares para entrenar, estamos viviendo juntas casi todo el año. Cuando tenemos descansos nos lo pasamos muy bien también haciendo cosas juntas. Hay veces que el entrenador dice: “Podéis hacer algo separadas”, ja, ja. Disfrutamos mucho de los tiempos de trabajo juntas y también del ocio, y eso es un plus cuando parte de tu tiempo lo tienes que pasar con una persona. Muchas veces sorprende porque hay una gran diferencia de edad, pero somos capaces de darnos cuenta de esa diferencia y de cuándo es tiempo para hacer algo separadas o juntas.

¿Se conocían de antes?

Toda mi vida deportiva yo fui montando los equipos, llamaba, se lo proponía, con las chicas que hacía Match Race, Ángela y Sofía, [oro en Londres 2012] yo las llamaba y empezamos a entrenar juntas; con Berta [Betanzos, cuartas en 49er en Río 2016], siempre quisimos navegar juntas pero no había barco y de repente apareció uno y la escribí. En este caso con Paula fue porque Berta decidió no seguir compitiendo.

Después de Río 2016

Sí, pero yo tenía unas ganas de seguir compitiendo que me quemaba la sangre, y estaba en medio de la vuelta al mundo y le dije a la Federación que me tenían que ayudar a buscar una tripulante. Fueron seleccionándolas y en mitad de la vuelta al mundo hicimos pruebas, Paula estaba entre ellas, y después de las pruebas y de hablar con el equipo ya decidimos. El primer Mundial que hicimos sólo nos conocíamos de diez días juntas y allí fuimos a navegar.

A veces habla de subidas y bajas en el deporte. Este ciclo olímpico ha sido corto, ¿con más subidas o bajadas?

Hemos tenido varias lesiones, y la última la mía, que fue justamente antes de Palma de Mallorca, cerca de los Juegos: tuve una microfractura en el pie, me quedé enganchada en una de las asas que hay donde nos agarramos y al final es como que tienes planificado todo para unos Juegos, todo milimetrado, y viene una lesión y tienes que coger el plan B, el C, retomar... Es parte del deporte y hay veces que te dejan como fuera de juego en muchas competiciones. Yo siempre fui natural con las lesiones, es parte de los deportistas y sólo depende de nosotros salir de esta situación.

¿Tienen distinto el roles en el barco?

Sí. Hay muchas cosas que se solapan, pero son distintos, aunque no podrían existir uno sin el otro. Podríamos decir, haciendo similitudes con la conducción, que yo estaría en el volante, pero Paula estaría gestionando las marchas y el acelerador. Yo decidiría qué camino seguir, pero Paula pondría el coche en las condiciones perfectas para hacerlo de la mejor manera. Ella hace mucho lo que llamamos trimado, que es el ajuste de las velas, y yo normalmente lo que hago es conducir. A nivel de decisiones yo tengo más peso sobre la táctica, pero normalmente las tomo con la ayuda de la información que recibo de Paula.

Parte del trabajo es la formación meteorológica...

Tenemos que ser expertos en muchos departamentos porque una vez que empieza la regata estás ahí tú y tu tripulante solos. Hay un componente meteorológico que afecta muchísimo que es el viento, que es con lo que jugamos, y normalmente lo que tenemos son los partes para saber a gran escala, en función de qué tipo de viento, los patrones de movimiento que te puedes encontrar, y luego in situ hay referentes que se utilizan para saber lo que puede llegar a hacer el viento o no. Hay muchas cosas que son innatas, otras que buscas referencias y otras como que te preparas con un parte antes de salir. Pero con los partes de viento nunca se sabe, porque hay veces que se cumplen y otras no, no es muy predecible, entonces nos obliga a ser como un poco expertas en pequeñas cosas que ayudan, lo mismo que para preparar el barco, arreglarlo, trimarlo...

En el campo de regatas de Marsella las condiciones son impredecibles.

Está muy bien tener conocimiento, por eso venimos cada año, pero en este campo de regatas el primer día si ves algo que te dice otra cosa, vete a por ello, porque puede pasar. Normalmente tenemos ciertos indicios en función del viento o de lo otro, y llegas un día con las mismas características y de repente el viento hace otra cosas. Entonces, es un campo de regatas que va a exigir ser muy resolutivo y tener como la cabeza alta y confiar en lo que ves, porque puede ser que aunque vaya en contra de lo que piensas puede funcionar, entonces yo creo que ahí está el desafío para nosotras, si tirar de la experiencia o tirar de lo que estás viendo.

"Mi madre me puso Támara, con tilde, porque tiene como un toque más gallego... Pero obligó a su hija a explicarlo en el cole desde primero"

¿Cómo hará el viaje entre Marsella y París para la ceremonia?

El COE ha procurado que no me interfiera en la preparación, ponían todas las facilidades. Hay un tren de tres horas, que con un buen libro o una buena charla con Paula, desconectas un poco de Marsella, y está bien. No requiere de muchas horas y es como una motivación extra de lo que es la competición. Y luego también nosotros a veces empezamos un poco apartados de lo que es el núcleo general porque no todas las sedes tienen agua en la ciudad, por eso moverte a París te permite ver otros deportistas, estar como en la villa grande... Ese tipo de vivencias que son tan especiales en los Juegos Olímpicos y que la gente a veces no se da cuenta de que nosotros no tenemos porque la vela está a veces muy satélite, un poco más lejos.

Por último, ¿por qué Támara, con tilde?

La verdad es que voy a contratar a mi madre para las entrevistas y os lo va a explicar ella, ja,ja,ja. Mi nombre es Támara, con tilde, aunque como es más popular Tamara la gente cree que es Tamara. Ella me dijo que el nombre viene de la evolución del Río Tambre, antes era Támara; también había una familia, los Trastámara en Galicia, y de ahí viene. Lo puso porque para ella tiene como un toque un poco más gallego. Desde que me puso Támara, obligó a su hija a explicar su nombre en el cole desde primero.

El río, siempre el agua presente en su vida...

Sí, siempre presente. Me gusta mucho mi nombre, pero respondo por los dos, aunque luego siempre me ponen un mote y no respondo a ninguno.