Despedida
La retirada de Megan Rapinoe: la Balón de Oro que desafió a Donald Trump y fue ignorada por Cristiano, Messi y Mbappé
La futbolista estadounidense anuncia que se marchará después de disputar el Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda
Megan Rapinoe, reconocida por su valentía y su constante defensa de la justicia social en el fútbol femenino, especialmente tras el Mundial de 2019, dice adiós. A los 38 años, ha anunciado su decisión de retirarse del fútbol profesional al concluir la temporada de la National Women's Soccer League (NWSL), en lo que será su último Mundial.
En el campo, siempre ha destacado como una de las diez mejores futbolistas de su equipo, habiendo anotado 46 goles y entregado ocho asistencias en 91 partidos hasta la fecha. Además, en la temporada pasada, se unió a un selecto grupo de seis jugadoras de la liga estadounidense que han jugado más de diez temporadas en un mismo equipo.
Sin embargo, más allá de su talento deportivo, "la del pelo rosa" (ahora teñido de azul para el Mundial) será siempre recordada por su impacto social fuera del campo. Fue la clara portavoz del equipo nacional de Estados Unidos en la lucha por la igualdad salarial en el fútbol femenino. También mostró su apoyo a 'Las 15' jugadoras de España y ha instado en repetidas ocasiones a la FIFA a hacer más por el desarrollo del fútbol femenino. Su legado trasciende el terreno de juego y deja una huella significativa en la lucha por la equidad en el deporte.
Con valentía y principios sólidos, uno de los momentos más críticos de Rapinoe se produjo cuando se arrodilló durante el himno nacional en muestra de solidaridad con el futbolista Colin Kaepernick, quien había iniciado la protesta contra la injusticia racial y la brutalidad policial en Estados Unidos con el mismo gesto. Al hacerlo, se convirtió en la primera atleta blanca y la primera mujer en llevar a cabo esta forma de protesta durante el himno del país.
Esta acción no estuvo exenta de consecuencias, ya que recibió críticas, cartas amenazadoras y se enfrentó al odio por parte de ciertos sectores. Aunque previamente había protagonizado una protesta más discreta al quedarse sentada mientras sonaba el himno durante un partido de Seattle Storm, el equipo de su pareja, la exjugadora de la WNBA, Sue Bird. Sin embargo, esto no la detuvo en su determinación por expresar su apoyo a la lucha contra la injusticia y la desigualdad en la sociedad.
La voz de la lucha LGTBIQ +
Su fama comenzó a crecer cuando en 2012 hizo pública su orientación sexual y, con el paso del tiempo, se convirtió en una de las referentes en la lucha por los derechos LGTBIQ+. En 2019, durante el Mundial femenino de Francia, confesó que no iría a la "puta Casa Blanca" si ganaban el torneo y que no lo haría mientras Donald Trump estuviera en el poder debido a los principios del expresidente. Este acto desembocó en un continuo cruce de acusaciones entre ambos en el que Trump retó a la jugadora a ganar el Mundial primero, para después poder hablar. Cuando volvieron con la Copa del Mundo, Rapinoe se acordó de él en una entrevista con Sports Illustrated: "Ya he cumplido mi parte".
Durante ese mismo año, la delantera estadounidense ganó el Balón de Oro que la acreditó como la mejor jugadora del mundo.
Contra estrellas mundiales masculinas
Cuando recibió el Balón de Oro, también aprovechó el momento para mandar un mensaje a algunos compañeros de profesión, a los que animó para que lucharan por las injusticias del fútbol masculino: "Quiero gritar 'Cristiano, Messi, Ibrahimovic, ¡ayudadme!'. Estas grandes estrellas no participan en nada cuando hay tantos problemas en el fútbol masculino. ¿Tienen miedo de perderlo todo? ¿Quién sacaría a Cristiano o Messi del mundo del fútbol por una declaración contra el racismo o el sexismo?".
Además, en su discurso, Rapinoe también señaló hacia Mbappé, animándolo a comprender el impacto visual y la formidable influencia que puede tener como una figura destacada del fútbol mundial. Hizo hincapié en que a veces recae en varios jugadores la responsabilidad de cambiar el mundo y expresó su deseo de que Mbappé comprendiera esta perspectiva pronto. Sus palabras reflejaron su firme creencia en el poder y la responsabilidad que tienen los deportistas influyentes para generar un cambio positivo en la sociedad.