El derbi

El Real Madrid pierde la cabeza

El Atlético le marca tres goles por arriba y el equipo de Ancelotti deja el liderato. Morata acertó en el comienzo de cada parte y Griezmann completó la victoria rojiblanca

MADRID, 24/09/2023.- El delantero francés del Atlético de Madrid Antoine Griezmann (i) celebra la victoria de su equipo junto a su compañero el defensa Jose María Giménez al término del partido de la sexta jornada de LaLiga que disputan ambos clubes este domingo en el estadio Cívitas Metropolitano. EFE/ Rodrigo Jimenez
Griezmann celebra la victoria del AtléticoRodrigo JimenezAgencia EFE

Estaba el Atlético necesitado de una victoria así, de las que refuerzan el ánimo y despejan el ambiente. Una victoria de las que permiten cambiar una trayectoria oscilante como la de los rojiblancos. Por eso entraron en el césped como si se jugaran la vida y el Real Madrid como si solo se tratara de un partido y en esa diferencia de mentalidad encontró el equipo de Simeone el camino para llevarse un triunfo que le devuelve el aire que le había quitado la derrota en Valencia de la semana pasada.

Al Madrid le cuesta entrar en los partidos. Es costumbre que ceda en el comienzo como si quisiera dar ventaja al rival en una carrera en la que sabe que va a terminar más fuerte. Pero eso no le sirvió con el Atlético, que puso más intensidad en el arranque y aprovechó esos minutos iniciales para abrir distancias. Estaba el Real Madrid todavía tratando de encontrar su sitio en el campo cuando Morata ya había marcado el primero. Cuatro minutos tardó el capitán de la selección en acertar con la portería de Kepa. Samuel Lino centró desde la izquierda con el pie derecho y Morata remató de cabeza el primero. La escena se repitió en el comienzo de la segunda mitad. Pero esta vez tardó menos tiempo Morata en acertar. No se había cumplido el primer minuto y Morata ya había marcado el tercero de su equipo. El que despejaba las dudas que habían llegado con el gol de Kroos. Alaba echaba la bronca a Fran García por un despiste que había cometido él en la vigilancia de Morata.

Esos dos goles de Morata eran méritos suficientes para que fuera despedido con el alma por su afición cuando fue sustituido por Memphis. Quedaban menos de diez minutos y se marchaba con el trabajo hecho, con el Real Madrid atacando, pero sin mucho acierto. El exmadridista ha encontrado esta temporada el acierto que se le negaba en cursos anteriores.

Griezmann había marcado el segundo cuando el Real Madrid estaba todavía tratando de digerir el primero. Los tres goles habían llegado de cabeza y con centros desde el costado que defendía Lucas Vázquez. Algo más que casualidades que Ancelotti trató de corregir cambiando a los laterales para que entraran Nacho y Mendy en la segunda parte.

No tenía mucho en el banquillo para reactivar el ataque. Joselu había entrado en el descanso y Brahim apareció después para intentar cambiar un partido que Ancelotti había imaginado de otra manera muy diferente. Dio la titularidad a Kroos y a Modric pensando que el Atlético esperaría atrás y le dejaría jugar, pero se encontró un rival que presionaba y que no le dejaba jugar la pelota. Y un partido con una exigencia física que desbordaba a los dos veteranos centrocampistas. Con Koke, Saúl y Llorente, el Atlético tenía suficiente para contener en defensa y para comenzar a jugar. Y Molina y Lino aprovechaban los costados para hacer daño. Especialmente en esa media hora en la que todo le salía bien a los rojiblancos.

Sólo pudo imponerse el Real Madrid en el juego después del gol de Kroos. Un espejismo que duró apenas un cuarto de hora y que se perdió tras el descanso. Antes y después, el partido fue del Atlético. Ni siquiera en los últimos minutos cuando el equipo de Carlo Ancelotti estaba volcado hacia el área de Oblak, el Madrid dominaba. Era el Atlético el que le dejaba hacer a la espera de un zarpazo definitivo que no llegó. Tampoco lo necesitaba.

Aunque el partido podía haber sido otro si el árbitro hubiera dado validez al gol de Camavinga que anuló por fuera de juego previo de Rüdiger. Alberola Rojas estimó que influía en la jugada porque intentó rematar un balón que llegó a Rodrygo. Un fuera de juego de esos que se han pitado toda la vida, pero que ahora vaya usted a saber. Pero el Madrid se quedó con las ganas de marcharse al descanso con un empate y el Atlético remató el partido en el regreso.

La tensión estuvo cerca de explotar por una entrada de Bellingham a Correa que provocó un amago de tangana cuando al partido ya solo le quedaba la agonía final. El Atlético ya se sabía ganador y el Metropolitano sonaba como nunca.