«Papá, ¿has ganado?», preguntaba el hijo pequeño de Luis Ángel Maté después de cruzar la meta de la primera etapa de la Skoda Titan Desert Almería. Y sí, su papá había ganado y allí le esperaba la familia, su mujer y sus hijos para darle el primer abrazo y una botella de agua. Para el «Lince» era su primera victoria en una edición de la Titan y una manera de lanzar un aviso a Luis León Sánchez, el ganador de las últimas Titans en Arabia y en Marruecos y que busca el triplete en Almería.

Es el primer triunfo de Maté desde que inició su nueva vida al finalizar la Vuelta el pasado 8 de septiembre. Hace menos de un mes se despedía del ciclismo profesional en carretera, pero no de la bicicleta. Lo primero que hizo al acabar la Vuelta es regresar a casa en bici. Madrid-Marbella, como si fuera una manera de alargar su relación con este deporte al que nunca va a renunciar.

En la etapa de la Vuelta que acababa en Maeztu anunció oficialmente su retirada. Junto a él estaban representantes de su equipo, el Euskaltel, agradecidos porque posiblemente ningún ciclista haya dado más visibilidad a su equipo en esta segunda vida. A Maté le gusta la bicicleta todavía más que el ciclismo y le deja más de lo que se lleva aunque su palmarés no sea demasiado extenso. Pero su legado va más allá de los triunfos. En Almería disfruta y reparte sonrisas mientras atraviesa los complicados caminos que le llevaron a la victoria. Una etapa de 101 kilómetros con salida y llegada en El Toyo y que atravesaba zonas de rambla donde las ruedas se hundían y costaba avanzar. Eso fue lo más duro para Maté, que reconoce que lo más difícil para él es dominar la técnica de la bicicleta de montaña, tan diferente a la de carretera.

Maté sonreía y Sagan sufría. El eslovaco ya admitía en la previa que no ha venido hasta aquí para ganar. Lo suyo es divertir y divertirse y no faltó un caballito para alegría del público en la subida al Cerro de Vela Blanca.

La carrera parece cosa de Maté y de Luisle, que llegó a nueve segundos del marbellí. Pero no muy lejos anduvieron el italiano Chiarini y Nicolás Mercader, legionario en activo, que acabó cuarto a sólo 24 segundos del ganador.

Para Maté es la tercera participación en Almería, pero esta es su primera victoria. «La primera de muchas», le dicen. Pero él mantiene la prudencia. «Venir más veces voy a venir, ganar ya es otra cosa», responde con la sonrisa de siempre mientras explica a su hijo que sí, que papá ha ganado.