París 2024

Balance de la actuación en los Juegos de París 2024: España compite, pero no remata

La delegación española que, alentada por CSD y COE, aspiraba a superar las 22 medallas de Barcelona, repite un número de podios parecido a las últimas citas, 18 (5 oros, 4 platas y 9 bronces) aunque aumenta los diplomas (51)

Barcelona 92 marca un antes y un después en el deporte olímpico español. Las 22 medallas logradas multiplicaron casi por cuatro la mejor cosecha anterior (seis en Moscú 80; después fueron cinco en Los Ángeles 84 y cuatro en Seúl 88). Desde ese momento, la cantidad de podios se ha estabilizado en torno a 20, con la excepción de Sídney 2000, donde fueron once. Para París 2024 había optimismo y quizá demasiada obsesión en superar el récord de los Juegos patrios. Desde el Comité Olímpico Español (COE) y desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) se habló de ello sin tapujos. Incluso, en la creación del nuevo "Team España Élite" se especificaba que era un programa que "apoya a los deportistas con más opciones de medalla en los Juegos Paralímpicos o de medalla y diploma en los Juegos Olímpicos. Con estas ayudas se pretende superar las 22 medallas logradas en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, que siguen siendo el techo del olimpismo español, y seguir siendo una potencia mundial de primer orden en los Juegos Paralímpicos". La famosa "medallitis" llegaba desde las propias instituciones. Teniendo en cuenta los resultados del último ciclo, que ha sido más corto, de tres años, la realidad es que había motivos para ser optimista. No era una cuestión de chovinismo, porque medios internacionales como L’Équipe colocaban a España con 32 medallas, y Sports Illustrated, con 28; pero la realidad ha sido que se ha repetido más o menos lo que se viene haciendo desde Barcelona: 18 medallas, mientras que en Tokio y Río fueron 17; en Londres, 20; en Pekín, 19; en Atenas, 20; la excepción de las 11 de Sídney; y en Atlanta, 17. Eso deja cierta sensación de estancamiento.

Medallero español
Medallero españolA. CruzLa Razón

A veces es una trampa basarse en los resultados logrados en Europeos y Mundiales porque, sobre todo si coinciden en año olímpico, no acuden todos los candidatos o no lo hacen al cien por cien, porque se centran en los Juegos, la cita importante. Además, cuando los aros están por medio, aunque los psicólogos deportivos se encargan en intentar hacer ver a los deportistas que son los mismos rivales que en otras competiciones, que la piscina o la pista miden igual, hay una presión extra. "Los Juegos son especiales, van con una tensión que te mueres, y puede pasar cualquier cosa", explicaba Quino, el entrenador de Fran Garrigós, que logró el primer metal español y que rompió la sequía del judo desde Sídney 2000. Después, otros cuatro judocas se quedaron a un combate del premio.

Más finalistas

Estar en unos Juegos Olímpicos ya es motivo de mucho mérito y más en gran cantidad de deportes que de nuevo pasarán al anonimato hasta dentro de cuatro años, en los que los deportistas apenas pueden ser profesionales de lo suyo y donde no se les hace demasiado caso durante el ciclo. La clasificación es terriblemente dura. Y España ha llevado una delegación amplia de 383 deportistas (también porque se clasificaron muchos equipos). A las medallas suma 51 finalistas (en Tokio fueron 42), entre ellos nueve cuartos puestos y 20 quintos. El 57 por ciento de los participantes han acabado entre los 8 mejores. Eso significa estar en la pelea, estar en la élite, pero falta un paso más para llegar a la excelencia. Aunque no es matemático (el ejemplo podría ser la selección femenina de fútbol, que aspiraba a lo máximo), si se opta al oro, como puede ser Alcaraz o María Pérez, es más fácil llegar a ganarlo, o si no la plata o el bronce. Si se está en el segundo grupo, sólo en un buen día se llega a las medallas. La injusticia de los Juegos es que la diferencia entre el tercero y el cuarto puede ser de un milímetro o una décima, pero es abismal en cuanto a la sensación y el reconocimiento que deja. En todos estos puestos de finalista es en los que hay que centrarse para que den el salto.

El dinero

Se suele decir que el dinero no da la felicidad, pero ayuda. Algo parecido podría aplicarse aquí. Con el programa "Team España Élite" se invirtieron 48 millones en tres años, como refuerzo al plan ADO, la idea público-privada de Barcelona 92. El problema es que cada vez es más público que privada y hay que intentar recuperar el interés de esas empresas que, a cambio, obtenían beneficios fiscales.

Boxeo, atletismo...

Han funcionado muy bien deportes como el boxeo, con una plata y un bronce y con casi todos los participantes dejando buenas sensaciones. El atletismo, rey de los Juegos, ha igualado las medallas de Barcelona, repitiendo además "colores" (dos oros, una plata y un bronce), agarrado a la marcha, disciplina, por otro lado, que está en el punto de mira e incluso peligró que para los siguientes Juegos desapareciera del programa olímpico. "Hay que pelear por la marcha porque se pueden perder muchas medallas", avisaba la doble medallista, María Pérez. El piragüismo se ha convertido ya en el deporte que más podios ha dado a España, con 23, superando los 22 de la tradicional vela, que, eso sí, en París (o en Marsella), aportó el oro de Diego Botín y Florian Trittel. Es verdad que medallas como la de Carolina Marín (su lesión, lo más cruel de los Juegos), especialmente, o Rahm o Xammar y Brugman se escaparon cuando estaban en la mano, pero también subieron su nivel en el gran momento el piragüista Pau Echániz o las chicas del 3x3 de baloncesto.

En deportes de equipo España clasificó a once, que han dado cuatro medallas: dos oros, del fútbol masculino y waterpolo femenino; la plata del 3x3 y el bronce de los Hispanos en balonmano.