Albacete
Sin brillo, pero a un punto del Mundial
Valdés y Michu fueron titulares, Bielorrusia se encerró y España ganó 2-1, consuelo suficiente
Enfrascada en un juego gris, perdida en ese fútbol opaco que amenaza con agotar la paciencia de Job, España no superó el laberinto bielorruso hasta el minuto 61, cuando marcó Xavi, garantía en el manejo del balón y ocasionalmente, como ayer, desatascador. Luego hizo el 2-0 Negredo, que relevó al inadvertido y laborioso Michu, y la Selección puso pie y tres cuartos del otro en Brasil, a pesar del tanto de Kornilenko. Si el martes en Albacete empata con Georgia, la huella será completa.
Valdés titular y Casillas, al banquillo, lo que confirma que José Mourinho acabó con esa aureola de indiscutible que durante años ha coronado la testa del portero madridista. Iker no falla en la Selección, tampoco en el Madrid encaja goles; pero Víctor merecía darse un baño de reconocimiento, su excepcional momento es una evidencia. En punta, Michu. Remató poco, y mal, porque apenas «rascó bola».
Flojito, flojito primer tiempo, como casi todo el partido. Diez de blanco más el guardameta en su área –los bielorrusos– y diez de rojo –los españoles– bordeándola. Gutor sólo tuvo que hacer una parada, que fue un despeje a tiro de Silva, el más incisivo de España, el que más se movió, el que más buscó pases, centros y desmarques. Y nada.
Sin manjar que llevarse a la boca, sin una combinación atractiva, sin más armas que la horizontalidad y el sobeteo del balón frente al frontón, llegó el descanso. España se retiró frustrada, no supo qué hacer para derribar el muro; Bielorrusia, contrariada, porque el árbitro no señaló un clarísimo penalti de Piqué, que despejó con la mano a córner en el minuto 44. Hubiese supuesto la expulsión del central, que ya estaba amonestado, y un susto monumental, o un disgusto, como aquellos pasajes del miedo contra Estados Unidos, Suiza o Finlandia. Ocurre cuando el dominado pilla desguarnecido al dominador y le basta un aventurero en el otro campo para complicar una clasificación.
Frente al delantero ocasional y exclusivo, Del Bosque dejó a Monreal en el vestuario, tres defensas delante de Valdés y un medio ofensivo más, Iniesta. Gutor empezó a sufrir, aunque España con el tridente defensivo se descolocó, mas sin perder autoridad. La nueva situación desembocó en gol, como era de esperar, cuando Michu había dejado su lugar a Negredo. Sin embargo, fue Xavi quien abrió el melón, con un tiro raso, fuerte y colocado desde la frontal que sorprendió al meta, tapado por un bosque de piernas. Perdidos como estaban, los bielorrusos adelantaron posiciones y empezaron a repartir estopa, para que el partido fuera algo más feo.
Valdés era testigo presencial, no le llegaban balones ni de su defensa. El partido giraba a tedioso, sin más alegría que el gol que acercaba aún más a España al Mundial de Brasil. Saltó la alarma, no obstante, cuando Piqué se llevó la mano a la ingle, Íñigo Martínez empezó a calentar. Jugaban siete del Barça y se notaba el estilo... La novedad fue ver a Sergio Ramos de «carrilero» por la derecha. Sube como en sus tiempos de lateral y, tras un sutil taconazo de Pedro, centró para que Negredo, en plancha, cabeceara el 2-0. Brindó el gol a María de Villota. Fin de las angustias, de la ansiedad, de la precipitación, y prolongación del tuya-mía, del tiqui-taca habitual.
Cuando el encuentro enfilaba la recta final, el aludido delantero solitario apareció en las inmediaciones de Valdés, que vio cómo Kornilenko dejaba atrás a Busquets y le batía con un tiro cruzado. Era el segundo disparo bielorruso. Su titularidad no merecía ese gol. Que sirva de lección ante ese futuro plagado de rivales dispuestos a embotellarse.
Negredo, un gol para María
El ariete de Vallecas, que se tapó el ojo, como si llevase un parche, señaló al cielo y se acordó de María de Villota al marcar. «Fue un día muy duro y triste. No la conocía personalmente, pero quería dedicárselo a ella y a toda su familia porque fue un ejemplo de superación», indicó Álvaro Negredo.
Georgia, último obstáculo
Un punto le falta a la Selección para poder defender su título en Brasil y deberá ganárselo el próximo martes en Albacete ante Georgia, penúltimo de grupo, que planteará un encuentro ultradefensivo, posiblemente más que Bielorrusa ayer. Y España lo sabe, porque en el partido de ida sólo pudo ganar por 0-1, gracias a un tanto de Soldado cuando el duelo estaba a punto de terminar, en el minuto 86. Otro de los resultados meritorios del equipo georgiano en esta fase de clasificación fue el empate sin goles ante Francia. Los galos se medirán a Finlandia a la espera de un tropiezo de «La Roja».
Ficha técnica:
2 - España: Víctor Valdés; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Monreal (Iniesta, m.46); Busquets, Xavi, Cesc (Koke, m.83); Silva, Pedro y Michu (Negredo, m.57).
1 - Bielorrusia: Gutor; Balanovich, Martynovich (Kisliak, m.80), Filipenka, Verkhautsou, Bardachou; Kalachev, Tigorev, Dragun, Putsila (Kornilenko, m.76); y Radzionau (Krivets, m.55).
Goles: 1-0, m.61: Xavi. 2-0, m.78: Negredo. 2-1, m.89: Kornilenko.
Árbitro: Sebastian Nijhuis (HOL). Amonestó a Piqué (33) por España; y a Martynovich (11), Bardachou (54), Kalachev (66) y Verkhautsou (92) por Bielorrusia.
Incidencias: penúltimo encuentro de clasificación al Mundial 2014, disputado en el estadio Son Moix ante 23.200 espectadores.
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