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El Barça, un chollo atrás, firma otro drama y sólo empata ante el Granada (3-3)
El equipo de Xavi, en el que sólo Lamine Yamal marca la diferencia, empata agonizando contra el Granada y dice adiós definitivamente a pelear por la Liga
Por si quedaba alguna duda, ya está resuelta: el Barcelona no es que no vaya a ganar está Liga, es que tampoco va a pelearla después de otra demostración de impotencia contra el Granada, el equipo al que Xavi nunca ha podido derrotar. Empató agonizando, agarrado a un chico de 16 años, Lamine Yamal, en un partido en el que repitió las carencias defensivas. Es un chollo atrás el Barça, a años luz de la solidez que el año pasado le hizo campeón.
Sin cuajo
Empezó el Granada con la mala suerte de la lesión de Neva en el calentamiento, y entró en su lugar Maouassa, y además a los doce minutos encajó el gol de Lamine Yamal, que completó un pase de Cancelo. Podría parecer que la suerte estaba echada para el conjunto andaluz en Montjuïc, pero el Barcelona volvió a demostrar que no es un equipo que vaya sobrado esta temporada, con menos cuajo del que debiera por mucho que en cada alineación tenga dos o tres adolescentes. Le cuesta imponerse al conjunto de Xavi y casi nunca tuvo el partido bajo control. No manda, no se impone.
La presión adelantada de su rival le molestó de una manera extraordinaria y le costó encontrar soluciones. Reapareció Ter Stegen, pero con problemas en la salida de balón, mitad por el tiempo que lleva de baja, mitad por el planteamiento del Granada, que recuperó tres o cuatro pelotas en zona delicada y se acercó al premio del gol, especialmente en una llegada de Pellistri que Uzuni no llegó a rematar. El Barcelona vivía de momentos de inspiración de sus futbolistas y las pocas veces que consiguió salir de esa primera presión sí encontró camino porque había muchos espacios. La ocasión en la mejor combinaron fue milimétrica y hermosa, con el pase largo de Lamine que controló Pedri, para dejar de tacón a Gündogan. El alemán pudo rematar, pero prefirió dársela a Lewandowski, que cuando ya cantaba el gol vio como Hongla lo evitaba justo en la línea. Xavi se pilló tal cabreo que dio un puñetazo al banquillo, pero lo peor para su equipo estaba por llegar, porque justo después Pellistri se volvió a colar y esta vez su centro lo remató Ricard a la red de forma violenta.
El Barcelona se obligaba a una segunda parte en la que tenía que volver a empezar, pero la locura no había hecho más que arrancar porque fue el Granada quien volvió a dar en una acción mal defendida. Primero Cubarsí despejó hacia atrás, sin contundencia, y después nadie se ocupó de Pellistri, que sólo tuvo que empujar el centro de Uzuni. No tardó en empatar Lewandowski tras una buena dejada de Gündogan, pero al momento ya estaba otra vez por delante el equipo andaluz gracias al cabezazo de Ignasi Miquel. El partido tomaba el mismo camino que el del Villarreal, en el que Xavi anunció que se iba. Fue casi un calco en muchos sentidos: el Barça juega a la ruleta rusa y muchas veces se acaba disparando a sí mismo. El Granada nunca le perdió la cara al encuentro, se vino arriba y ni los golpes que recibió sirvieron para hundirlo. No impone respeto ya el conjunto azulgrana, contra el que todos se atreven.
Xavi sacó al final un equipo muy ofensivo, pero todos los caminos llevaban a Lamine, el único con desborde. Encontró el empate el chaval en un tiro lejano y fue el que recibió todos los balones, pero el Barça no llegó ni a meter en su área al equipo de Medina. Acabó con un par de centros inocentes en otro día desesperante..
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