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Prisión incondicional para Rosell por blanquear comisiones del fútbol brasileño

El ex presidente del Barça, investigado por el supuesto blanqueo de 6,5 millones, había hecho del delito «su modo de vida» con un «desapego por las reglas esenciales de la convivencia», según la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela.

Furgón de la Guardia Civil que ha trasladado al expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell a la Audiencia
Furgón de la Guardia Civil que ha trasladado al expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell a la Audiencialarazon

El ex presidente del Barça, investigado por el supuesto blanqueo de 6,5 millones, había hecho del delito «su modo de vida» con un «desapego por las reglas esenciales de la convivencia», según la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela.

El ex presidente del Barcelona Sandro Rosell ingresó ayer en la prisión de Soto del Real (Madrid), por orden de la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, por formar parte supuestamente de una organización criminal de ámbito transnacional a través de la que habría blanqueado 6,5 millones de euros en 2010 y 2011 procedentes de la venta, por parte del ex presidente de la Federación Brasileña de Fútbol Ricardo Teixeira, de los derechos audiovisuales de 24 partidos amistosos de la selección brasileña a una sociedad mercantil árabe con sede en las islas Caimán, International Sports Events (ISE), sirviéndose de un entramado de sociedades y cuentas, sobre todo en Andorra. Tal y como le pidió la Fiscalía, Lamela acordó también la prisión provisional sin fianza de Joan Besolí, presunto testaferro de Sandro Rosell. A ambos les imputa un delito de integración en organización criminal y otro de blanqueo de capitales, por los que se pueden enfrentar a penas que suman un máximo de 17 años de prisión.

Tras tomarles declaración, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 del citado tribunal dejó en libertad a los otros tres detenidos en la «operación Rimet»: la esposa de Rosell, Marta Pineda, el empresario libanés Shane Ohanessian y Pedro Andrés Ramos, cuñado de Besolí, por su menor participación en la trama y ante la posibilidad más remota de que sigan delinquiendo.

La jueza sí apreció motivos suficientes para privar de libertad a Rosell y Besolí, entre otras cosas por el riesgo de reiteración delictiva ante los indicios de que han hecho «del delito su modo de vida o fuente principal de ingresos, presentando un total desapego por las reglas esenciales de convivencia».

Lamela también ha tenido en cuenta la gravedad de las penas a las que se enfrentan, el riesgo de fuga y de destrucción de pruebas, dado que la investigación aún no está concluida y Rosell, recuerda, «ha creado un entramado de compañías off shore», ocultando «un importante patrimonio a través de cuentas fuera de España».

Para la instructora de la causa, no consta que el ex presidente culé esté especialmente arraigado en nuestro país, pues se ha puesto de manifiesto «su facilidad para viajar y vivir temporalmente en distintos lugares del mundo, poseyendo una gran fortuna» y, recalca, cuentas, bienes y negocios lejos de nuestras fronteras (tiene un hotel en Senegal, un hotel y un restaurante), lo «que lógicamente le facilitaría la salida del territorio español».

La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía y la Guardia Civil de Cataluña ponen el foco en el contrato firmado en noviembre de 2006 entre Teixeira e International Sports Events por los derechos audiovisuales de 24 partidos amistosos de la selección brasileña, en los que supuestamente Rosell (6.580.000 euros) y Teixeira (8.393.328 euros) se repartieron casi 15 millones en comisiones «en perjuicio de la Confederación Brasileña» y a sus espaldas.

Para dar apariencia de legalidad al cobro de esas comisiones, un día antes la empresa de Rosell Uptrend (constituida en 2006 en New Jersey y participada por una fundación panameña, Fundación Regata, controlada por el futuro mandatario blaugrana) firmó otro contrato con ISE por el cual la primera actuaría «como intermediario en la negociación» a cambio de 8,3 millones de euros.

Tanto Uptrend como la Fundación Regata, hace hincapié Lamela, «carecían de infraestructura» para llevar a cabo esa labor de intermediación. La primera, recuerda, cobró su comisión a través de varias transferencias a cuentas en Andorra en las que figuraban como autorizados tanto Rosell como Besolí. Unas cuentas en las que se produjeron «movimientos de flujo de dinero con destino al propio Teixeira» y sus supuestos testaferros. El ex mandatario brasileño y su mujer, de hecho, llegaron a disponer de dos tarjetas VISA Platinum con cargo a una cuenta «alimentada con dinero de Uptrend».

Respecto a Rosell y su esposa, entre noviembre de 2010 y enero de 2011 recibieron en sus cuentas en España cinco transferencias que suman 6,5 millones, un ingreso que –según declaró a Hacienda el ex presidente del Barça– procedían de la venta del 50 por ciento de su empresa Bonus Sport Marketing a la sociedad libanesa Sports Investments Offshore en mayo de 2011. Pero Lamela sostiene que en realidad formaban parte «de pagos/comisiones pendientes de ISE a Uptrend» por los derechos audiovisuales de diez partidos de Brasil «que todavía no se habían jugado».