Celebración
Marruecos, la madre de todas las victorias
Mohamed VI, silente hasta ahora en el torneo, rompió su silencio para felicitar a la selección de Walid Regragui. El país entero se echó a la calle para celebrar el triunfo ante España
Una euforia infinita. Fue contra España, así son los caprichos de los sorteos y la historia, el admirado vecino del norte cuya alineación, la de Sudáfrica 2010, las de las dos Eurocopas triunfantes, las de los mejores Real Madrid y Barcelona, la del “tikitaka” glorioso, los futboleros marroquíes se aprendieron de memoria durante años.
Pero habría sido la misma alegría con cualquier otro rival. No hubo rastro de revancha, ni histórica ni coyuntural. La política para los políticos y la historia para los historiadores. Esto es fútbol y aquí hemos venido a pasarlo bien. El “fair play” y la elegancia dominaron la fiesta marroquí. Lo de la noche del 6 de diciembre ya ha entrado en los anales de la historia del vecino del sur con una sana y digna celebración.
Es la primera vez en que los “Leones del Atlas” alcanzan los cuartos de final de la Copa del Mundo. Ha sido contra España, lo que, sin duda, da un empaque único al resultado al joven combinado norteafricano. La alegría del pueblo marroquí es sana y envidiable. Tiene la frescura de la novedad. “Lo siento por los españoles, pero estamos muy felices; yo habría estado contento si España, por todos mis amigos allí, hubiera ganado: espero que vosotros estéis también felices por nosotros, os queremos y queremos que nos queráis”, me confesaba Safa, una joven rabatí, en un abarrotado bar del barrio de Hassan del centro de la capital de Marruecos.
Como ella, decenas de jóvenes marroquíes celebraban con desenfreno la victoria de la selección marroquí con música, también española. Es martes, pero la fiesta duró muchas horas. La alegría, a pesar de tanto temor, dominó las concentraciones en Rabat, Marrakech, Tánger, Fez, Dajla o Uchda. Cada uno a su manera, pero todos, en un país diverso, complejo y no siempre bien avenido, con los colores rojo y verde de la enseña nacional.
Por fin el rey de Marruecos, Mohamed VI, silente hasta ahora en el campeonato, rompió su silencio para felicitar a la selección de Walid Regragui por su éxito contra la Roja. Varios jefes de Estado, el de Gabón, el palestino, felicitaron al soberano alauita por el triunfo, que es también del fútbol árabe y africano. El país magrebí es, por mérito propio, el único representante de esta amplia comunidad de naciones ávida de alegrías en el controvertido Mundial de Qatar. El sueño magrebí, Marruecos, que llevaba 24 años sin ganar un partido de la Copa del Mundo, está en los cuartos de final y no ha acabado.