Gonzalo Higuaín
La maldición de Higuaín
Hay jugadores que cuando tienen las cámaras y el mundo encima, aplacan los nervios y el miedo y se sienten más cómodos que nunca, como si la responsabilidad no les pesase. Hay otros, en cambio, que, llegado ese momento inevitable cuando estás en la élite, pierden el criterio o se aceleran o tienen mala suerte y quedan marcados. Poco importa lo que hagan después o hayan hecho antes. Serán recordados por sus peores momentos. La memoria es siempre selectiva y eso la puede hacer cruel.
La final en sus pies
Falló el penalti Higuaín y Twitter, el lugar donde los aficionados sueltan su odio y su sarcasmo, se llenó de bromas acerca del delantero del Nápoles. Luego también erró Banega, pero casi nadie hizo una broma de eso. Como si el penalti del centrocampista argentino fuera menos importante que el del delantero. Banega tiró mal, flojo y paró Claudio Bravo. Higuaín le pegó con el alma, sin medir que la pasión era excesiva y el balón se marchó por encima del larguero, muy lejos. Si lo de Banega se olvidará, lo de Higuaín será recordado hasta que se retire. Nada más fallar se arrodilló en el suelo, golpeó la hierba y quizá maldijo su suerte, una vez más. Se pasó la tanda de penaltis de cuclillas, enfrentándose con su destino. Iba a ser el señalado, se iban a escribir artículos como éste.
Como en el Nápoles
Enestos últimos meses, Higuaín ha tirado dos penaltis trascendentales. El primero fue en el último encuentro de Benítez en Nápoles. Se jugaba clasificarse para la «Champions» contra el Lazio. Necesitaba ganar y se puso con 2-0 en contra. Higuaín marcó los dos goles que empataban y se preparó para disparar el penalti que podía ser el tercero, una remontada histórica. Pero...
Y ahora, su penalti es recordado por todos y sus dos goles por nadie.
O como en el Mundial
La final del Mundial del año pasado no fue un partido con muchas ocasiones. Pero en un error de la defensa alemana, Higuaín se vio con la pelota en carreras, sin más obstáculos enfrente que Neuer. Argentina le miró entonces como un salvador. Pero después, un segundo después, cuando lanzó fuera, sumó el primer motivo para desconfiar de él. El segundo fue el encuentro del sábado.
En el Madrid empezó todo
Higuaín tuvo un paso irregular en el Madrid, donde se le discutía a veces y se le necesitaba en otras. Al final, la calidad de Benzema le dejó sin sitio. Tuvo partidos buenos en el Bernabéu, participó en remontadas y casi siempre se dejó el sudor y el esfuerzo en lo que hacía. Y sin embargo, en la memoria quedará ese disparo a puerta vacía en octavos de la «Champions» contra el Lyon, que valía una clasificación.
Se ceban con «igualín»
Higuaín ha vuelto a darle munición a sus detractores, es un buen delantero pero marcado por errores en momentos decisivos. Sus fallos en la final han provocado también memes críticos, bromistas, en su contra. «Gonzalo Igualín», le llaman los más fuertes con evidente carga irónica. Alguno le retrata como mejor jugador de Chile.
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