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Fútbol

Iñaki Peña triunfa en el Clásico: de sus mano a mano con Mbappé a hacer de defensa y contribuir al tercer gol

El portero, por el que Flick sigue apostando pese a la llegada de Szczesny, hizo de defensa en los balones largos, paró los mano a mano cuando falló el fuera de juego y contribuyó al tercer gol

Iñaki Peña celebra uno de los goles del Barcelona en el Clásico ASSOCIATED PRESSAP

«Es verdad que coges riesgos, pero vemos también que nos da mucho. Contra el Madrid si uno mete el culo ahí atrás sufres el doble», explicaba Iñigo Martínez después del Clásico. Hacía referencia al dato más llamativo del partido: el Barcelona dejó al Real Madrid en fuera de juego en doce ocasiones. Ocho de ellas fue Mbappé el que estaba adelantado. Cada balón largo del equipo de Ancelotti a la espalda de la defensa azulgrana se convirtió en un murmullo en el fantástico Bernabéu. Se escuchaba en la grada con resignación: «Va a ser fuera de juego». Algunos eran claros, como en el segundo gol de Mbappé: Balde ya le intentó quitar la pelota destensionado. Otros eran más ajustados, como en el primer gol del francés.

Flick alaba a Iñaki Peña

El triunfo del Barça fue la victoria de la temeraria idea de Flick, el gran triunfador de la noche con su línea defensiva tan adelantada. El entrenador mostró orgullo por la actuación de sus jugadores y entre los nombres destacados citó a Iñaki Peña. «Lo ha hecho muy bien y dejamos la portería a cero. Eso fue muy importante», afirmó el técnico alemán. En la primera parte, sólo una vez se coló Vinicius en posición correcta, pero acabó estrellando el disparo en el lateral de la red. Hubo otra acción, la más espectacular de la noche en la portería, en la que el meta azulgrana sacó una mano justo encima de la línea tras el remate de Bellingham, pero no valía por fuera de juego en el arranque. Ya con el 0-2 sí consiguió Mbappé plantarse solo delante del portero, tres veces, y en todas se encontró con un muro: el guardameta alicantino se hizo grandísimo para ocupar el mayor espacio posible primero y después metió dos buenas manos. Ese cero en contra se lo pide Flick a sus jugadores. Es la quinta vez que sucede, la cuarta en los siete partidos y medio en los que Iñaki Peña ha jugado (las otras, el 5-0 al Young Boys, el 1-0 al Getafe y el 0-3 al Alavés).

La labor de Iñaki no se quedó en sus mano a mano con Mbappé. También atrapó algún tiro más manso desde fuera del área y especialmente estuvo atento en un par de acciones en las que tuvo que salir mucho del área para actuar más como un defensa que como un portero ante esos balones largos. Incluso contribuyó al tercer gol, que arrancó en un pase largo suyo al que dieron continuidad Lewandowski y Raphinha para que finalizara Lamine Yamal.

Habitual suplente los últimos años, Peña jugó un par de meses el pasado curso por la lesión de Ter Stegen y fue de más a menos, como el equipo, que se cayó entre diciembre y enero. Esta vez la baja de Ter Stegen es para todo el curso e Iñaki era un jugador sospechoso para muchos, no para Flick, que ha seguido apostando por él pese a la llegada del veterano Szczesny. El polaco antes del Clásico reconoció: «Le dije al entrenador que incluso si estuviera al cien por cien, no me pondría si fuera él. Cuando el equipo funciona, hacer cambios innecesarios sólo puede arruinarlo. Me guardé el ego en el bolsillo».