Investigación
El hijo de Negreira se reunía con árbitros horas antes de pitar al Barça para "analizar" el partido
Álvarez Izquierdo explicó a la Guardia Civil que Javier Enríquez se veía algunas veces con el equipo arbitral "para tomar café, charlar o realizar labores de coaching"
El exárbitro de Primera División Alfonso Javier Álvarez Izquierdo reveló el pasado julio a la Guardia Civil que, aunque no le consta que el hijo de José María Enríquez Negreira -a quien el FC Barcelona pagó más de siete millones de euros durante 18 años cuando era vicepresidente del Comité Técnico de Arbitros (CTA)- acompañara al equipo arbitral al estadio el día del encuentro, "alguna vez" las mañanas de partidos en Barcelona, "por amistad cortesía o por análisis del partido", se reunía con el equipo arbitral "para tomar café, charlar o realizar labores de coaching", aunque matizó que no le vio nunca acompañarlos hasta el estadio.
Álvarez Izquierdo explicó en su declaración, incorporada al sumario del "caso Negreira", al que ha tenido acceso LA RAZÓN, que su relación con el entonces número dos del colectivo arbitral fue "puntual y escasa", limitada a haber coincidido en las concentraciones y "en alguna comida". Según relató, comió con sus asistentes en dos ocasiones con Negreira en la marisquería Esthvan de la ciudad condal, pero dijo no saber "quién pagaba esas comidas".
Respecto a Javier Enríquez, contó que a él nunca le acompañó al estadio en partidos oficiales, "salvo a un partido del torneo Joan Gamper", aunque iba en otro vehículo. "Estuvo en el túnel de vestuarios, ya que allí ejercía su trabajo". Pero añadió que no tenía la percepción de que Javier Enríquez "trabajara para el FC Barcelona" ni le consta que el colectivo arbitral supiera que el club azulgrana hubiese contratado a Negreira o a su hijo. En todo caso, matizó que esas contrataciones no habrían podido influir en la competición. "Cero", contestó rotundo.
El "liderazgo" y "ascendencia" de Negreira
Frente a las versiones de colegiados que tratan de minimizar el peso que Negreira tenía en el CTA, el interrogado aseguró que se encargaba de "llamar a los árbitros que descendían o ascendían de categoría" y que, aunque las valoraciones individuales de los árbitros tras las cuatro concentraciones anuales del colectivo arbitral se las solían entregar a los tres vicepresidentes, era Enríquez Negreira "quien llevaba la iniciativa" de esas reuniones "por liderazgo y ascendiente sobre los demás".
Contrató a su hijo, recordó, tras coincidir con él en una concentración, para diez o doce partidos con el objetivo de "mejorar sus capacidades como árbitro", pagándole unos 200 euros por sesión "en metálico", aunque afirmó desconocer cómo le pagaban sus compañeros.
Javier Enríquez, añadió, también daba ponencias en las concentraciones arbitrales sobre "la cohesión grupal, el gestionar el miedo y la capacidad de crecimiento personal". "Gozaba de muy buena valoración" entre el colectivo, rememoró, aunque al exárbitro internacional Manuel Díaz Vega "no le gustaba porque no apreciaba sus métodos".
"El apellido pesa", reconoció respecto a si su contratación se justificaba por ser el hijo del número dos de los árbitros, aunque remarcó que considera que Javier Enríquez "aportó más al CTA de lo que recibió" del comité arbitral.