Copa
El Barcelona sale vivo de milagro ante el Intercity en la Copa (3-4)
Un fantástico Intercity, equipo de Primera División RFEF (antigua Segunda B), lleva el partido a la prórroga y contesta con un espectacular Soldevila a cada golpe de los azulgrana, menos al último de Ansu Fati
El Barcelona no cometió el pecado de la relajación y pese a ello pasó un sofocón importante ante el Intercity y ante la gran noche de Oriol Soldevila, que firmó ante su ex equipo el partido de su vida y logró un triplete que hizo soñar a los suyos con la sorpresa. Fue un equipo descompensado el de Xavi en la segunda parte y no le sirvió ni ponerse tres veces por delante para tener un día tranquilo. Porque sí contestaba rápido a cada tanto del empate de Solde, pero también se encontró con un rival que no dejó de creer y que dejó una de esas noches mágicas de la Copa del Rey en una hora final frenética de ida y vuelta. Es un escenario que en teoría favorece al que tiene más calidad, pero los alicantinos lograban igualar fuerzas.
Antes de la tempestad, un primer tiempo de bastante control del Barça con la buena noticia de la reaparición de Araujo, que a los cuatro minutos además marcó en un córner y unos pocos después evitó el empate de Aarón Piñán, que se fue al espacio entre los centrales, encaró a Iñaki Peña, lo regateó y le faltó un poco de tiempo para poder rematar más firme. Fue la única ocasión del Intercity en una primera mitad en la que jugó con cinco defensas y fue sometido por el Barcelona y por las carreras de Dembélé, que era imparable y al que sólo le faltó precisión en el remate. Aparte del gol, tuvo un larguero y alguna ocasión más el Barça. Nada hacía prever lo que estaba a punto de suceder.
Porque la locura llegó al Rico Pérez, el escenario del partido para tener más aforo y darle más enjundia al duelo. La que se merecía. Cambió el sistema el Intercity para jugar a lo que suele con cuatro atrás y siguió Dembélé siendo un peligro sin finura en el remate. Tampoco la tenía Ferran Torres, de nuevo perdido en el partido. Pero sí cambió la intención en los alicantinos, más atrevidos, dispuestos a morir matando. En un córner llegó el primer empate de Solde y la respuesta de Dembélé fue rápida en una contra que resolvió con una vaselina perfecta. Xavi no quería más sustos y en el campo estaban ya jugadores como Gavi o Raphinha y no cambió a Busquets.
El golpe lo encajó bien el Intercity, de nuevo a la carrera, arriba y abajo, dejando espacios atrás, con ese riesgo, pero siendo peligroso. El segundo empate de Solde fue en un cabezazo impecable después de un despiste de la defensa catalana en un saque de banda. Algo imperdonable: se aprende en parvulitos de fútbol. Se puso el Barça de nuevo manos a la obra y el partido ya era pura diversión para todos menos para los jugadores azulgrana. Jordi Alba demostró que mantiene su magia en ataque pese a la marcha de Messi y encontró un pase con envoltorio para que Raphinha lo convirtiera en el tercero y parecía que definitivo... Pero no. Era el día del Intercity y después de que Gaizka hiciera un paradón tremendo a Raphinha, Marcos Alonso cometió un error en la salida, Herrera se llevó la pelota, asistió a Solde y ahí estaba de nuevo el empate.
Era ya una heroicidad, con futbolistas como Álvaro que no podían más, con calambres, estirando cada vez que el juego se detenía un poco. El Intercity llevó el partido a la prórroga y ahí las fuerzas no le dieron para más. En una buena jugada antes del descanso de ese tiempo extra, Ansu Fati volvió a mostrar su buena relación con el gol. A la cuarta vez que se puso por delante sí fue la vencida para el Barça. Entonces, respiró.
El sorteo de los octavos de final es el sábado a las 13:00.
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