Fútbol
La significativa respuesta de Gerard Piqué a Quique Setién cuando éste quiso reprocharle ir en bici a los partidos
El ex entrenador azulgrana ha revelado qué le dijo al central el día que llegó a un partido en bicicleta y la respuesta de éste
Quiqué Setién no fue lo feliz que había pensado en el Barcelona. Se encontró a un equipo en descomposición, con Messi enfadado y con futbolistas que hacían más o menos lo que quería. El entrenador llegó al que parecía su banquillo natural porque su filosofía de juego coincidía con lo que llaman Adn del club catalán y lo que pasó fue nunca supo conducir a ese vestuario hacia el sitio que quería.
En un reportaje de Movistar Setién recuerda sin mucha alegría su paso por ese banquillo, que era dinamita pura, y hace memoria de algunas anécdotas que sintetizan perfectamente cómo eran esos jugadores y lo difícil que se lo ponían al entrenador.
Una de las imágenes de ese Barcelona en decandencia es Piqué llegando a un partido en bicicleta, muy deprisa y sin pensar que podía sufrir algún percance.
“Te acuerdas de un partido que Gerard Piqué bajó en bicicleta al vestuario ¿no? Me pasan el vídeo antes de empezar el partido y ese día teníamos dos centrales, él y no se si era Lenglet”, empieza a contar Quique Setién, ya lejos de los banquillos, como si sus meses en el Barcelona le hubiesen convencido de que lo mejor era marcharse.
“Cuando me enseñan al vídeo, me acerqué a él y le dije: “Oye, Gerard, ¿y esto?”
“Va, míster, no pasa nada”, cuenta Setién que contestó Piqué.
“Escúchame, cuando termine el partido y tenga que ir yo a la rueda de prensa a dar las explicaciones que tenga que dar y me pregunten por esto, ¿qué digo’”, sigue contando Setién acerca de esa conversación en el vestuario.
“Me dice: “Ya...pero bueno, no pasa nada míster, tranquilo”, contesta Piqué.
Setién reflexiona entonces acerca de lo que hizo después de esa charla tan poco productiva con el central. “Tú puedes tomar la decisión de que no juega, dices no le pongo, pero tenía dos centrales y encima aquel partido fue el mejor”, dice.
“Entonces”, acaba el entrenador, “tú que haces si estas en esa situación, qué haces, explícamelo tú”, le dice al periodista que le graba.
El problema de ese Barcelona es que los entrenadores que llegaban se enfrentaban a un vestuario indomable y las ideas que tenían enseguida se diluían ante la poca conciencia de los futbolistas, que habían ganado mucho y que tenían contratos largos y altos. Setién lo pasó muy mal y en vez de cumplir su sueño profesional tuvo que aguantar las malas caras o los silencios o el pasotismo de unos jugadores en su ocaso.
Aún jugaron más tiempo, pero ahora con Xavi Hernández parece que sí ha llegado la revolución definitiva. Messi se fue y Jordi Alba y Piquen viven en el banquillo la mayoría de los partidos porque su ex compañero ha decicido que el relevo generacional ha llegado y busca otro tipo de futbolistas. Jordi Alba rechazó marcharse a Italia en el último día de mercado y no esconde que no le gustó lo que pasó mientras Piqué se mantiene en el banquillo y en el silencio.
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