Florentino Pérez, Ramos y Benítez presidieron la comida de Navidad del Real Madrid. Fue un día para dar un mensaje de unidad y recuperar el optimismo para lo que queda de temporada

El Rayo Vallecano y el Santiago Bernabéu esperan mañana al Real Madrid para medir el humor de la afición tras la derrota en Villarreal y tras una semana con muchos rumores acerca de Rafa Benítez, pero sólo una realidad: que el club le apoya y confía en su capacidad para sacar adelante esta temporada. No está siendo un principio de temporada sencillo en el club blanco, que ha tenido que hacer frente a muchas batallas en el campo y fuera de él. Por eso se espera que haya llegado ya el punto de inflexión en el que todo empieza a cambiar y se puede mantener el optimismo durante varias semanas seguidas, que por ahora está siendo complicado. Siempre ha ocurrido algo que rompía la buena dinámica.

Para eso, todos los estamentos del club se han puesto manos a la obra: desde la primera plantilla, que cenó esta semana en soledad, hasta el presidente, que ha defendido públicamente al entrenador y al proyecto que está llevando a cabo. Frente a las turbulencias por las que se ha pasado, calma y firmeza. Ése es el mensaje del club y el que se quiso transmitir ayer desde el palco del Santiago Bernabéu, donde se celebró la comida de Navidad.

Todos se vieron ayer las caras: el equipo de fútbol y el de baloncesto, además de los veteranos y los directivos. Los empleados celebran su comida otro día y la Prensa lo hace el lunes. Ayer fue un día para reencontrarse en un ambiente sereno y de buenas intenciones, con los que limar las diferencias que pueda haber o, por lo menos, para dejarlas al margen y empezar de nuevo la pelea por los objetivos del club. Fue una comida agradable, que sirvió para encauzar la situación y tomar ánimo. Son conscientes de que en un ambiente de unidad y con todos remando en la misma dirección la vida será más fácil y los objetivos, más cercanos. Ha sido una semana de redención y se tiene que demostrar que ha servido para algo en el choque de mañana contra el conjunto de Paco Jémez. Ya no se piensa en catástrofes o en resultados negativos, sólo que el Rayo sirva de despegue para el Real Madrid.

En la mesa presidencial se sentaron el presidente Florentino Pérez, con los vicepresidentes Fernando Fernández Tapias, Eduardo Fernández de Blas y Pedro López; el secretario de la Junta Directiva, Enrique Sánchez; los veteranos Emiliano Rodríguez y Amancio; los entrenadores Rafa Benítez y Pablo Laso; y los capitanes Sergio Ramos y Felipe Reyes. Son los principales responsables de la estabilidad de la entidad y charlaron en un ambiente distendido. Los presentes tenían muy claro qué es lo que tienen que hacer a partir de ahora.

Luego, los futbolistas y los jugadores de baloncesto se fueron sentando por afinidades. Bale, cerca de Modric y Kovavic, los dos croatas de la plantilla, con Kroos en la misma mesa. Varane y Benzema, los dos franceses inseparables, no se separaron en la comida. Los brasileños: Danilo, Marcelo y Casemiro también comieron al lado, en la misma mesa que Cristiano Ronaldo, uno de los más elegantes. Mientras, James y Keylor Navas, muy amigos, también comieron juntos. A todos saludó y animó Florentino Pérez, muy sonriente.

El TAD, el 28 de diciembre

El TAD se reunió ayer y decidió que resolvería el asunto de Cheryshev el lunes 28 de diciembre. «No se ha tratado ya que el Cádiz Club de Fútbol no ha presentado las alegaciones a este respecto, teniendo de plazo hasta el día 23 de diciembre para hacerlas llegar», decía el comunicado.