Semana Santa
El Cristo que procesiona este Viernes Santo a 10.000 kilómetros de España y lleva escondidos los escudos de dos equipos de LaLiga
El Cristo del Gran Amor, conocido en Argentina como el “Cristo de lo futbolistas” y al que reza el Papa Francisco, tiene un origen muy español
El fútbol es mucho más que un deporte, es un estilo de vida, una pasión y , para muchos, incluso, una religión. Por ello, no es extraño que las máximas estrellas del balompié mundial se encomienden a sus dioses, decidan incluirlos entre sus tatuajes y tengan su propio Cristo que procesiona este Viernes Santos. La fe forma parte de nuestra sociedad, de nuestra cultura y también del Deporte. El Fútbol guarda un sinfín de historias que han marcado la sociedad y la política española pero también anécdotas que vinculan al deporte rey con la religión y de manera especial con la Semana Santa. Muchos futbolistas son cofrades y son varias las hermandades sevillanas que guardan una estrecha relación con los equipos de la ciudad. Pero si hay una historia que merece la pena ser recordada en Semana Santa es la del “Cristo de futbolistas” que se encuentra en la Catedral de Buenos Aires y que tiene en el Papa Francisco a uno de sus más fervientes devotos, como también lo fue Diego Armando Maradona.
Y es que este Cristo tiene unas raíces muy españolas, concretamente sevillana y de ahí su singular secreto. El Cristo del Amor, que se encuentra en la Iglesia de El Salvador, procesiona el Domingo de Ramos en Sevilla pero su hermano argentino lo hace cada Viernes Santo por las calles de Buenos Aires.
Sus orígenes
Los futbolistas Scotta y Bertoni, tras ganar el Mundial de Argentina de 1978, jugaban en el Sevilla y también uno de los íntimos amigos de la infancia y del Colegio de los Salesianos de ‘Luisito’ Álvarez Duarte, el centrocampista Pablo Blanco.
Fue por mediación de este último, como Scotta y Bertoni, que venían de marcar 16 goles cada uno en la Liga, encargaron al escultor e imaginero Álvarez Duarte una talla de un Cristo Cautivo a imagen del Cristo del Gran Amor para que un trozo de Sevilla estuviera en Buenos Aires.
Bertoni se marchó a la Fiorentina y el cañonero Scotta al Ferrocarril de su país, pero su encargo se hizo y en 10 meses de estar en el taller del escultor, ya lo tenía. Era una impresionante talla de un Cautivo de una altura de 1,87 metros tallada en cedro libanés. Ambos futbolistas nunca quisieron desvelar lo que les costó el encargo porque lo importante para ellos es su valor devocional.
En esta iniciativa colaboraron también otros campeones del mundo argentinos como el portero Ubaldo Matildo ‘El Pato’ Fillol, Olvaldo Ardiles, Alberto Tarantini o ‘El Matador’ Mario Alberto Kempes por lo que sobran razones para ser conocido como “El Cristo de los Futbolistas”.
Un trozo de Sevilla en el Viernes Santo bonaerense
La imagen fue trasladada desde el Aeropuerto de San Pablo de Sevilla al de Buenos Aires por un avión de la Fuerza Aérea argentina y, desde 1981, se venera en la catedral bonaerense y procesiona los Viernes Santos por la capital de Argentina entre la devoción de fieles e hinchas del fútbol.
Una vez en el templo de la capital argentina, el Cristo fue bendecido por Monseñor Keegan -que quedó maravillado del Cristo del Gran Amor durante una visita a Sevilla- y, desde entonces, se le reza allí y en las calles. Ante el se postran no solo el pueblo sino también el que fuera en aquellos años cardenal de Buenos Aires y hoy Papa Francisco, Jorge Bergoglio, quien compartía además con Scotta la pasión por el San Lorenzo de Almagro.
Pese al relativamente breve periodo que ambos estuvieron en Sevilla, Scotta (1976-1980) y Bertoni (1978-1980) quedaron marcados por la ciudad y esta talla es prueba de ello.
Pero este Cristo guarda en su interior otro secreto: el escultor Luis Álvarez Duarte, fallecido en 2019, grabó en en el interior de la escultura un escudo del Sevilla FC por encargo de Scotta y Bertoni -que entonces eran futbolistas del conjunto nervionense- pero el artista que era bético, no pudo reprimirse y grabó también el del equipo de sus amores.
Fútbol y Semana Santa unidos por la pasión a unos colores.