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Fútbol

Atlético de Madrid-Celta (4-1): El Atlético se encuentra

El gol de Correa al principio del encuentro desequilibró el partido. Los de Simeone aprovecharon su eficacia y los espacios

El centrocampista belga del Atlético de Madrid Yannick Carrasco celebra su gol, tercero del equipo ante el Celta, durante el partido de la quinta jornada de Liga en Primera División que Atlético de Madrid y Celta de Vigo juegan hoy sábado en el Civitas Metropolitano. EFE/Juanjo Martín
El centrocampista belga del Atlético de Madrid Yannick Carrasco celebra su gol, tercero del equipo ante el Celta, durante el partido de la quinta jornada de Liga en Primera División que Atlético de Madrid y Celta de Vigo juegan hoy sábado en el Civitas Metropolitano. EFE/Juanjo MartínJUANJO MARTINAgencia EFE

Puede que Coudet y sus hombres den muchas vueltas al principio del encuentro en el campo del Atlético. Salió el Celta más optimista que el rival y tuvo un par de ocasiones para ponerse por delante. No lo hizo y después fue recibiendo guantazos, uno detrás de otro, sin saber muy bien cómo reaccionar a los golpes que iban cayendo. El primero, de Correa, la primera vez que apareció por el área rival. El delantero busca un sitio en la delantera rojiblanca y sabe que no hay más atajo que demostrarle a Simeone que le va a seguir dando mucho.

El Celta intentó no irse al suelo con ese golpe que no esperaba y Aspas tuvo un trallazo al palo, pero después de eso, ya no supo encender la luz como al principio del choque. Todo fue más difícil, porque el Atlético no ha dejado de ser rocoso y con el marcador a favor es un equipo que exige al rival mucha imaginación y paciencia. El Celta lo intentaba con Aspas o con balones largos a Larsen. ¿Fue mejor el Celta en esa primera mitad? Probablemente sí. ¿Estuvo más cerca de marcar? Probablemente no.

El problema principal fue que cuando en la segunda parte el conjunto de Coudet quiso ponerse en el mismo modo de ir por el partido, se encontró con el tanto de De Paul y no supo que por mucho que lo intentase, no tenía nada que hacer. El Atlético no había llegado mucho más, pero su efectividad y su seguridad fueron demasiado por el rival.

Tras la victoria agónica contra el Oporto en la Champions y el irregular camino en LaLiga, los de Simeone necesitaban una victoria contundente para el segundo choque de la Champions y para recibir al Madrid el domingo.

Pudo correr con más libertad y con Koke tuvieron más sentido las contras. El Atlético, ya con Griezmann y Joao Felix en el campo se sentía mucho más fuerte, frente a un rival sin respuestas, aunque con ánimo para seguir buscando la portería contrario pese a recibir también otro tanto de Carrasco.

El Atlético era feliz con los espacios, tanto como para que Cunha marcase el cuarto en un fabuloso esprint.