Jenni Hermoso se convirtió en la protagonista absoluta del mundial femenino, más por lo que ocurrió fuera del terreno de juego que por su calidad sobre el césped. El beso en la boca que dio el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, a la jugadora Jenni Hermoso en la ceremonia de entrega de las medallas de la Copa del Mundo a la selección española se viralizó en las redes sociales de inmediato, dio la vuelta al mundo y todos los medios extranjeros se hicieron eco de ello. Un gesto que provocó un tsunami político sin precedentes y dinamitó la Real Federación Española de Fútbol.

Mucho se ha hablado desde entonces de la futbolista del Pachuca. Su contundente declaración negando el consentimiento del beso, las coacciones y presiones denunciadas por su entorno o su vuelta a La Roja. Sin embargo pocos conocían cómo la futbolista fue controlada desde España durante toda la cita mundialista.

Una exigencia de las "15 rebeldes"

Una de las exigencias de las "15 rebeldes" era poder contar con un servicio de nutrición profesional como ya tenían en el fútbol femenino. Y lo lograron. El pasado mundial femenino fue el primero en el que España contaba con un nutricionista deportivo acreditado en su equipo de trabajo. Así las jugadoras siguieron las dietas y suplementos alimenticios que el cántabro Gonzalo Garea establecía cada día para ellas. Un plan en el que eran claves alimentos como tofu, el atún rojo marinado, el jamón, el pollo, el salmón, vegetales como el brócoli o hummus, muy rico en vitaminas y potasio. Un trabajo muy planificado del que también formaba parte Javier Fernández Ligero, farmacéutico y nutricionista.

Pero además de la alimentación se recurrieron a métodos más novedosos para controlar su rendimiento incluso desde España y ese fue el caso de Jenni Hermoso. Fernández Ligero fue el encargado de llevar cabo una innovadora práctica con la futbolista durante el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

Controlada desde España

Tal y como adelantó Relevo, Jenni llevó pegado a su piel un parche para diabéticos y no sólo sobre el terreno de juego; sino también fuera. Jenni Hermoso no es diabética, pero este tipo de parches tiene una importantísima utilidad a la hora del análisis físico de deportistas. Se trata de un pequeño y discreto sensor que, en el contacto con la piel, mide de manera automática la concentración de glucosa en el líquido intersticial del organismo. Cada uno de estos parches tiene una vida útil de 14 días y es resistente al agua, por lo que sigue funcionando mientras los pacientes se duchan, nadan o hacen ejercicio. Jenni lo llevaba las 24 horas del día y era controlada desde España mediante una app.

Sin embargo este método no es algo nuevo y ya los usaron el maratoniano Eliud Kipchoge, el campeón olímpico de triatlón Kristian Blummenfelt o el ex seleccionador Luis Enrique. El pequeño biosensor se coloca en la parte posterior de la parte superior del brazo e incluye un filamento delgado insertado debajo de la piel. Este filamento monitorea el líquido intersticial, que rodea las células de los tejidos justo debajo de la piel, para rastrear los niveles de glucosa del cuerpo. Luego, el biosensor envía estos datos a una aplicación en el teléfono móvil del usuario.

Luis Enrique, un adepto

Durante el mundial de Qatar, Luis Enrique desvelaba en uno de sus streams el motivo por el que lleva un parche en la parte posterior del brazo, un adhesivo que había levantado mucha expectación. Como indicó Luis Enrique, es una especie de GPS metabólico digital llamado GlucoVibes. Muy similar al utilizado por Jenni. Este pequeño aparatito sirve para "establecer una estrategia de nutrición para la actividad deportiva" para poder rendir al máximo. Luis Enrique tiene claro a quién se lo recomienda: "Es muy interesante para todos aquellos que hagáis deportes de resistencia, ya que durante la carrera puedes ir viendo tus picos de glucosa, sobre todo para poder suplementarte durante la carrera".

Este sensor también mide las ingestas realizadas, la actividad, la calidad del sueño y el estrés. Básicamente, pretende interpretar los parámetros metabólicos del usuario para que los pueda entender y sacarles partido. De esta manera, es más sencillo lograr las metas marcadas y optimizar el rendimiento físico e intelectual.

¿Detectaría el sensor como afectó a Jenni Hermoso el "pico no consentido" de Rubiales?