Opinión
¿Está Corruptebas tras lo de Geri y Rubi?
Ni confirmo ni desmiento, sólo pregunto: querido Javier, ¿estáis tú y tu íntimo Jaume Roures detrás de todo esto?
Entiendo el morbo que suscita escuchar los audios de whatsapp de cualquier persona, máxime si resulta que es uno de los futbolistas más conocidos del planeta (Gerard Piqué), amén de pareja de la cantante más importante en habla hispana (Shakira), que a su vez es el tercer ser humano con más seguidores en redes sociales. Pero resulta tan evidente que es un éxito para el periodista que legítimamente lo publicó, José María Olmo, como que la información procede de un robo. Constituye un perogrullo supino el hecho de que no la ha filtrado deliberadamente el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. Nadie entrega a un periódico sus conversaciones más íntimas, sean profesionales, personales, amorosas o simplemente chistosas o, como acontece en este caso, las cuatro cosas a la vez.
Aquí se está hablando mucho de lo que comentan entre ellos Piqué y Rubiales y poco, por no decir nada, del delito del que ha sido víctima el presidente de la Federación: interceptación ilegal de las comunicaciones, castigado en el Código Penal con hasta cinco años de prisión. Lo más hilarante de todo es cómo hablan y hablan sin parar del asunto gente que no tiene pajolera idea de fútbol ni del mundo de la empresa en general. Que si le han pagado una comisión a Piqué, menudo escándalo abonar un peaje a alguien que te trae negocio. Hay que recordar que el central del Fútbol Club Barcelona ha conseguido a la Federación un pastizal en tierras saudíes: 400 millones durante una década, 333 veces más de lo que ingresaba por la Supercopa cuando se disputaba en territorio nacional: 120.000 euros.
Cosa bien distinta es el debate acerca de la moralidad de llevar una competición a un país que no respeta los derechos humanos, en el que la igualdad hombre-mujer es una entelequia, en el que se decapita a los homosexuales y en el que se descuartiza a periodistas críticos como Jamal Khashoggi por orden del príncipe heredero Mohamed Bin Salman. Claro que por esa regla de tres no había que ir a jugar el Mundial a Catar en noviembre, Occidente tendría que haber dado la espalda al de Putin en 2018 y, desde luego, no había que haber puesto un pie en los Juegos Olímpicos de Invierno recientemente celebrados en Pekín.
A mí me parece bien el boicot a las dictaduras de todo signo y condición pero siempre y cuando sea algo generalizado y no una medida antiRubiales. A Rubiales se le ha pegado a modo y manera por que Piqué le pide que ordene a los árbitros que traten bien al Barça. La impecable respuesta en privado del presidente -“estando yo de por medio no hay ganas de perjudicar ni beneficiar a nadie”- no ha impedido que le pongan a caer de un burro por tratar esos temas con un futbolista en activo. Lo escandaloso sería que hubiera comentado: “No te preocupes, Geri, que hablo para que te compensen en el próximo partido lo que te quitaron en el anterior por un error arbitral”. ¡Ah! Otra cosa: el presidente recibe todos los fines de semana decenas de mensajes de barandas de Primera, Segunda o Tercera ciscándose en los muertos del trencilla de turno.
También le han montado un pollo de padre y muy señor mío porque el 3 del Barça le ruega que interceda por él para ir a los Juegos Olímpicos del verano pasado en Japón. Y resulta que Piqué ¡¡¡no fue convocado!!!, básicamente, porque su estado de forma no era el mejor y porque había sufrido varias lesiones. De locos. Entiendo que algunos se llevasen las manos a la cabeza si finalmente hubiera estado en la lista olímpica, pero hacerlo sabiendo que finalmente no fue indica que esto es lo que es, una cacería.
Lo que estéticamente no es demasiado presentable es que un pelotero en activo se dedique a hacer business con una competición en la que participa. Es un conflicto de intereses cósmico. Termino por donde empecé: cuando hay un delito y se quiere conocer la autoría lo primero que hay que hacer es preguntarse a quién beneficia, ese quid prodest latino que ha sido históricamente la base de cualquier investigación criminal. El gran enemigo de Rubiales es el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, que lleva años intentando asaltar la Federación para resucitar ese monopolio que fue el balompié español hasta mediados de los 80. Yo ni confirmo, ni desmiento, sólo pregunto: querido Javier, ¿estáis tú y tu íntimo Jaume Roures detrás de todo esto?