Fórmula 1
Hamilton llega «vivo» al final
El inglés ganó bajo la lluvia y mantiene sus opciones al título a falta de una carrera. Rosberg fue segundo por delante de Verstappen. Sainz acabó sexto y Fernando Alonso, décimo.
El inglés ganó bajo la lluvia y mantiene sus opciones al título a falta de una carrera. Rosberg fue segundo por delante de Verstappen. Sainz acabó sexto y Fernando Alonso, décimo.
El Gran Premio de Brasil de 2016 pasará a la historia por ser una de las carreras más caóticas y tensas de esta temporada, y con muchas dosis de emoción. Como era de esperar, las condiciones meteorológicas no pusieron las cosas fáciles a los pilotos ni tampoco a los estrategas. La lluvia fue muy intensa durante buena parte de la carrera, lo que obligó a tomar muchas precauciones. Y como suele ocurrir, sólo los más valientes brillaron entre la oscuridad. Valientes como Hamilton, Rosberg (con susto incluido), Verstappen, Pérez y Sainz. El madrileño se marcó una prueba espectacular, una de esas carreras que los jefes de equipo apuntan como definitoria para ir a por él, para ficharle, porque demostró que su nivel de conducción y capacidad técnica son muy elevadas.
La competición arrancó con todas las prevenciones que suele tener la dirección de carrera cuando la lluvia aparece. El coche de seguridad lanzó a los pilotos después de permanecer varios giros en pista y ahí empezó el «show». Verstappen tuvo un gran susto, Rosberg pasó por la misma situación y se marcó un semitrompo que a punto estuvo de terminar con sus opciones al título... y mientras tanto, Hamilton lideró la clasificación con autoridad. No dudó. Gestionó a la perfección toda la incertidumbre que generaron las neutralizaciones e incluso las dos interrupciones que tuvo el Gran Premio. La primera se produjo por un accidente de Raikkonen. Dejó la pista llena de restos de fibra y eso provocó que los pilotos tuvieran que bajarse de los coches durante un buen rato.
En la reanudación la pista estaba casi impracticable en algunas zonas y el director de carrera volvió a suspenderla temporalmente. Dos pausas que acabarían con cualquiera, pero no con Hamilton. Cuando llegó la hora de la verdad el británico no permitió que nadie le inquietara. Su objetivo, lo único que podía hacer para mantenerse en la lucha por el título, era ganar. Y así lo hizo.
Por detrás, Rosberg se mantuvo en la estrategia conservadora que se esperaba por su pequeña ventaja en la general. Nunca tuvo la intención de atacar a su compañero (con un triunfo hubiera logrado el campeonato), y un error táctico de Red Bull le permitió cruzar la meta en segunda plaza, porque Verstappen y Ricciardo podrían haberle superado.
Por arriba, estaba claro quienes protagonizarían la prueba. Pero se sumó a la fiesta el madrileño Carlos Sainz, que llevó a cabo una de sus mejores carreras en la F-1 bajo unas condiciones infernales. Uno de esos días en los que hay que demostrar todo lo que se lleva dentro. Y el de Toro Rosso lo hizo con un coche netamente inferior a muchos de los que acabaron por detrás. Terminó sexto.
Por su parte, Fernando Alonso acabó en la décima posición después de sufrir diversos incidentes en forma de salidas de pista y un trompo. Aún así, logró entrar en la zona de puntos.
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