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Entrevista

Felipe del Campo: «A Marhuenda no le veo debatiendo una jugada en El Chiringuito»

Ha pasado por muchos medios, por prensa, radio y televisión, aunque fue la radio la que marcó su vocación desde pequeño

Felipe del Campo, periodista deportivo. David Jar David JarPHOTOGRAPHERS

Felipe del Campo (Madrid, 1976) llega a la redacción de La Razón, que fue su casa, con la sonrisa puesta y cargado de cromos. Unas tablas con los dibujos de Osoman que han ilustrado su libro «Buenas noches y buenos goles». Un libro nacido de la memoria de un niño que disfrutaba más narrando los partidos de chapas que jugándolos.

¿De dónde sale escribir este libro?

Es una reivindicación de la profesión, es una profesión mirada con desdén, que siempre se mira como con aire de superioridad por otros gremios de la profesión, el periodista político, el periodista económico, parece que el deportivo está en un segundo plano. Y yo lo que reivindico es que el periodista deportivo es capaz de hacer todo tipo de periodismo. Y al revés, no. Y creo que hay un desconocimiento por parte de la gente y el periodista deportivo está a un nivel cultural más alto de lo que la gente cree. Hay un episodio que se llama personajes ilustrados, en el que hablo de Juanma Rodríguez, de Tomás Roncero, de Alfredo Duro, que desde fuera parecen personajes iletrados por la forma de hablar y, por ejemplo, el Látigo Serrano tiene 23 matrículas de 27 en la Facultad. Aparte, desde pequeño cuando para mis amigos el ídolo era Schuster o era Hugo Sánchez o era Rincón o era Pintinho, a mí me gustaba cómo contaba José Ángel de la Casa el gol de Hugo Sánchez, cómo contaban en Estudio Estadio el gol de Schuster o cómo en la radio estaban narrando los goles. Tengo la sensación de que yo era más de los periodistas deportivos que de los futbolistas.

Era de la gente guapa, simpática, de este país deportivo.

Entre otras cosas porque [el programa de Parrado] era más pronto. Fui tardío con García y De la Morena, con esa batalla, fue más en la adolescencia, en la época de Clemente, Pero de pequeño me gustaban más la retransmisiones locales, me parecían más costumbristas. Esa mezcla de narración de Héctor del Mar con el restaurante La Hoja y todo eso. Además, como los partidos no se veían, la única manera de visualizarlo y de imaginarlo, que es un ejercicio de imaginación portentoso y creo que se ha perdido, era visualizar el partido que te está contando el narrador. Yo prefería escuchar las retransmisiones íntegras de los equipos madrileños antes que los carruseles.

Usted hizo también información política.

Claro, yo soy estudiante de Políticas, diplomado en Políticas y luego me pasé a Periodismo con un curso puente de la Carlos III. Yo siempre digo que un periodista que se dedica a la política es difícil que haga luego periodismo deportivo. Yo estuve en la agencia Efe en la etapa que en ese momento era la más convulsa de la historia de España. Yo llegué a la agencia Efe en enero de 2004: atentados del 11-.M, cambio de gobierno, boda del príncipe y todos los cambios de ministerios con el cambio del Gobierno del PP al PSOE. Brutal. Seis meses. Y cuando yo pasaba por la redacción de la agencia Efe y oía la música de la Champions me provocaba un cosquilleo que no me provocaba el debate sobre el estado de la nación. La política me gusta, pero el periodismo deportivo me apasiona. Esa es la diferencia. Y creo que el periodista deportivo es de otra pasta. Por ejemplo, a Marhuenda, que le veo en Espejo Público, no le veo debatiendo en El Chiringuito sobre una jugada, pero sí me imagino a Pedrerol debatiendo en Espejo Público sobre procés o sobre el nuevo gobierno de Pedro Sánchez.

¿Hay un momento clave en que decide que quiere ser periodista deportivo?

La Rana Gustavo. Cuando mi madre me daba la cena con tres años o cuatro y salía la Rana Gustavo me quedaba petrificado. Me encantaba y yo imitaba a la Rana Gustavo de pequeño. A raíz de ahí, cuando jugaba a las chapas o al Subbuteo yo narraba el partido. A mí me gustaba más narrar el partido que jugarlo. Disfrutaba más narrando que el juego en sí. Y creo que la Rana Gustavo me marcó. A mí siempre me ha generado un respeto reverencial tener un micrófono y cuando me iba a la ducha cogía la alcachofa y me sentía superimportante. Y a partir de ahí lo tuve clarísimo de pequeño. Para mí pisar por ejemplo durante 2003 la redacción de La Razón era Disneylandia, pisar una redaccióin de Deportes, daba igual el medio que fuera. Yo me dejé un para de asignaturas para prolongar la beca porque si no era becario no me podían hacer un contrato en La Razón y yo me dejé un par de asignaturas conscientemente para prolongar la beca porque yo creo que se aprendía más en la redacción de La Razón que en la facultad.

¿Qué cara le ponen cuando dice que es la mejor profesión del mundo?

Tiene una explicación. Uno siempre sueña de pequeño con jugar la final de un Mundial y lo más cercano a jugar una final de un Mundial es vivirla y lo más cercano es contarla. Yo tuve la suerte por azar de la vida cuando llego a LaSexta de que todo el mundo quiere hacer el Madrid y el Barça. Y yo cuando pasé por aquí ya había hecho mis contactos con la Federación, un tema que a nadie le gustaba, las sanciones, las territoriales, los procesos electorales que ahora están tan de moda. Eso nadie quería hacerlo en televisión, «menudo ladrillo», y me dijeron «haz el Minuto y Resultado, vas a tener el palco con los presidentes y te vas a ocupar de un marrón, la Federación. Eso sí, vas a ir a la selección, pero da igual porque vas a ir a los Mundiales y a las Eurocopas y a la semana te vas a volver». Era la época en la que no pasábamos de octavos, nos acababa de eliminar Francia del Mundial y mira, me tocó estar en las tres finales, la Eurocopa de 2008, el Mundial de 2010 y la de 2012. Por eso creo que es la mejor profesión del mundo. Porque el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes, a la gente le encanta el fútbol, le encantaría jugar un Mundial y lo más cercano es estar y esta profesión te invita a eso, a estar lo más cercano posible. Y lo más cercano a jugar la final de un Mundial es contarla.

Ha probado todo, pero cuando era pequeño ¿tenía claro que quería hacer radio?

Yo creo que soy radiero. Y si alguien me ve en televisión haciendo Directo Gol o en la época de Futboleros o antes en Minuto y Resultado, la tele que hago yo es muy radiera. Y la radio que hago yo es muy televisera, con el cebo, con espérate un momento..., cosas cortas, he llevado la escaleta de la tele a la radio y he llevado el ritmo de la radio a la tele. El orden de la tele lo he llevado a la radio. La radio es mucho más desordenada que la tele y mis programas son muy pautados, excepto en la retransmisión porque la narración es lo que está pasando. Y me lo he pasado muy bien recordando porque he tenido la suerte de estar en todos los medios, he estado en LaSexta, en el grupo Atresmedia, he estado en Mediaset, he estado en La Razón, en Público, en Gol, en Marca, en 13, en diferentes ideologías, y tengo anécdotas de muchísimos personajes, de Ferreras, de Manolo Lama, de Pedrerol, cómo debutó Sara Carbonero, cómo eran las narraciones de Andrés Montes... La etapa de LaSexta fue muy divertida.

Con el añadido de participar de algo que está naciendo.

Me ha pasado varias veces. Estuve en el nacimiento de LaSexta, estuve en el nacimiento de Marca TV como director y en el nacimiento de Gol como presentador. Los tres eran nuevos proyectos y eso en los primeros años hasta que se asienta y hasta que se posiciona. En la tele es muy importante posicionar y una vez que se asienta no se toca. Y cuesta porque hay monstruos como Teledeporte o como El Chiringuito, que ya están asentados. Con Gol yo creo que lo acabamos consiguiendo y era muy complicado y con Marca TV, también. Ahora que estamos en Navidad recordaba que hicimos las campanadas con Lara Álvarez en el Benito Villamarín y cada campanada era un gol de España, ahora que se recuerda mucho el12-1. Pues nos fuimos al Benito Villamarín, se hacían cosas originales, yo me lo pasé muy bien. Y mucha gente dirá ¿Lara Álvarez venía de Deportes? Pues sí. Y ahí piensas Jordi Évole, Andreu Buenafuente, Carlos Francino, Angels Barceló, Esteban Urreiztieta... Todos estos son periodistas prestigiosos que antes han pasado por Deportes.

Para alguien que lo que quería era hablar por un micrófono ¿cómo fue dirigir un canal como Marca TV?

Yo en el primer momento no me creía preparado para dirigir un canal porque me pilló con 33 años. Lo que pasa es que le pongo mucha pasión a todo y muchas horas. Fui una esponja y me rodeé de gente muy valiosa. Los jefes allí eran José Miguel Contreras, que era productor ejecutivo de LaSexta y director de Globomedia, Antonio García Ferreras, era gente que sabía ya de televisión. Y yo no tenía ni idea de televisión, pero decía «esto mola y voy a ver de qué va esto» y de ahí nace saber qué son los cebos para irte a publicidad, cómo funcionan los bloques de publicidad, cómo hacer que un programa crezca, qué es lo más interesante, dejar de lado algo que no interesa. Y para eso me sirvió de aprendizaje Minuto y Resultado. Cuando hice ese programa hubo una situación muy curiosa porque yo le pregunté a José Miguel Contreras «¿esto de Minuto y Resultado, qué es por García?» y me dijo «No, hombre, no. Este nombre lo hemos puesto porque va a durar un minuto cuando veamos el primer resultado». Que yo dije «menuda historia, me pone un programa para que fracase». Y luego estuvo cuatro años en antena con Patxi Alonso, con Gica [Craioveanu], con Kiko. La etapa de LaSexta fue muy divertida, yo lo pasé muy bien.

«En la tele tienes que entretener, es una pelea por la audiencia porque si no te ven, te echan»

Ha probado todo, ¿qué le queda por hacer., hacia dónde se dirige?

Yo tengo un lema en los últimos años con el periodismo deportivo, que es «no quedarte quieto, no volverte loco». Ahora estoy explorando las redes sociales, con Instagram, con TikTok, a ver qué hacen, para divertirme un poco, pero utilizando siempre los canales tradicionales. No voy a dejar Gol ni voy a dejar Marca ni voy a dejar Radio Marca para meterme en el mundo del Twitch. Pero al contrario tampoco. No voy a pasar de Twitch ni de TikTok, voy a ver qué pasa ahí qué hacen con un público nuevo. Tenía el reto de escribir un libro y ya lo he escrito. No lo sé, probablemente estar en un plano de menos batalla. Llevo muchos años, son muchas horas de vuelo en radio y en televisión, pero es que disfruto con lo que hago. Y el que disfruta con lo que hace no tiene un día libre porque no lo necesita.

El libro es muy Felipe del Campo. Está radiada y televisada cada página.

El libro al final son 17,90. Se lee muy rápido y para los más jóvenes va a aparecer gente como Miguel Quintana o Josep Pedrerol y para la gente más veterana va a ver cómo fue la guerra de De la Morena con García, o cómo eran las narraciones de Andrés Montes o los Manolos. Yo estuve hace poco en la Facultad dando una charla a gente de primero, de 18 años, y la gente no conocía a los Manolos. Eso me provocó una sensación de veteranía o de vejez que dije a la gente habrá que explicarle quiénes son los Manolos. Yo los comparaba con Terence Hill y Bud Spencer. Terence Hill era el guaperas, que era amable, y Bud Spencer, que era el que repartía.

¿Cómo consigue hablar bien de casi todo el mundo?

En la primera página digo que el que espere puñaladas que no lo lea y mucha gente dirá «paso», Estamos acostumbrados al estercolero de las redes y del insulto y de la crítica. Y creo que era el momento de hablar bien de la profesión. Creo que no se ha hecho libro tan apasionado de la profesión y creo que es un relato de entusiasmo con tu oficio. Por ejemplo un actor lo hace y a la gente no le parece mal. Y es que a mí me encanta. A mí me pagan por algo que disfruto haciéndolo. Me lo paso muy bien. Y disfruto haciendo una columna o haciendo una crónica o haciendo de reportero o en el palco. He disfrutado en todas las facetas de esta profesión, que es maravillosa. Y sobre todo les digo a los chavales que quieren ser periodistas deportivos que no cejen en el empeño, que no les quiten la ilusión.

Le cuesta perder la sonrisa, pero en el libro la pierde cuando habla de asuntos personales.

La he perdido varias veces. En lo profesional me pareció un fastidio y una mala suerte el cierre de Marca TV, del que no tuvo la culpa nadie porque fue una sentencia judicial que dijo que había que eliminar canales de la TDT, como ocurrió con Mediaset y con Atresmedia y Unidad Editorial, que tenía cuatro, tuvo que quedarse con los dos alquilados, con Discovery y con Trece y tuvo que eliminar Veo y Marca TV. Eso fue un desgarro profesional importante. El fallecimiento de Andrés Montes y el de Dani Montesinos. Andrés Montes era una persona con muchos achaques, un poco mayor ya, aunque ahora que lo pienso más o menos tendría mi edad, pero Dani era un chaval de 25 años. Y en lo personal te hace crecer el proceso, te divorcias, no puedes estar con la familia en Nochebuena, en Nochevieja, no llegas a tiempo al nacimiento de tu hijo. Yo estuve a punto de no llegar al nacimiento de mi hijo. Al final haces una reflexión y yo creo que compensa.

«Si no hubiera sido por mi padre no me hubiera dedicado a esto o por lo menos no con tanta pasión»

¿El libro es un homenaje a su padre, que no pudo disfrutar de su carrera como periodista deportivo?

Yo creo que sin mi padre no hubiera sido periodista deportivo. Hay dos formas de verlo, la botella medio vacía es que no disfrutó de lo que he hecho. En el último año podía pensar que yo iba a dedicarme a esto, pero tenía 17 o 18 años, no había ni empezado la carrera cuando falleció. Y la botella medio llena es que él estaba todo el día enganchado a la tele, a la radio, a la prensa. Devoraba el Marca, devoraba el As, cualquier retransmisión deportiva. Y yo creo que sin ese soniquete que escuchaba desde pequeño no hubiera sido periodista deportivo. Y si no hubiera sido por mi padre lo más seguro es que no me hubiera dedicado a esto o no lo hubiera hecho con tanta pasión.

¿Tiene que ser un espectáculo el periodismo deportivo en televisión?

Tiene que ser una pelea por la audiencia, porque si no te ven te quitan. La tele tiene un componente de entretenimiento más que de espectáculo, tienes que intentar entretener, no ser sesudo, que te entre por los ojos. En televisión en abierto una información sesuda no funcionaría, de hecho creo que hay pocos programas sesudos en abierto que hayan funcionado.

En el libro mezcla los clásicos, el bufandeo y el panenkismo. ¿Caben todos?

Caben todos. Aquí cabemos todos. Estoy convencido. Creo que puedes estar en una tertulia donde estén Quintana, Aitor Lagunas y Roberto Gómez, pueden estar Alberto Edjogo y Juanma Rodríguez. Perfectamente. Además, yo creo que Juanma Rodríguez y Roberto Gómez si bajasen una marcha podrían analizar un partido de fútbol en sistema y creo que Alberto Edjogo y Aitor Lagunas si bajan una marcha también pueden ir a temas más banales. Y lo han hecho. Cabemos todos. Yo no excluyo a nadie. Y luego es que hay un montón de periodismo deportivo, está el de la tele, el de la radio, el de la prensa, el de las narraciones, el de los magazines, el de los programas nocturnos... Muchísimo.

Portada de «Buenas noches y buenos goles»Editorial Base

¿Qué historia del libro le llama más la atención?

Susana Guasch ve en directo la muerte de Antonio Puerta. Sara Carbonero conoce a Iker Casillas porque la ve en los informativos de LaSexta. Si Sara Carbonero no hubiera debutado en los informativos de LaSexta probablemente Iker no se hubiera fijado en Sara. Eso está claro. La fichamos para Minuto y Resultado, vimos que funcionaba, LaSexta hacía el mediodía y hubo un momento en que dijo vamos a pelear la noche en el «prime time» y cogió a Patxi Alonso, que hacía el Minuto y Resultado, lo puso por la noche, me puso a mí a dirigir ese programa, y buscábamos una pareja. Creíamos que Sara podía funcionar y a las dos semanas ya tenía una oferta de Mediaset. Y yo creo que Iker conoce a Sara por la tele. Es una historia muy bonita del periodismo deportivo porque Iker conoce a Sara a través del periodismo deportivo y le da un beso en Sudáfrica a través del periodismo deportivo porque ella era reportera y él era el capitán. Sin el periodismo deportivo esa pareja no hubiera existido. Luego haber estado con Pepe [Domingo Castaño] un mes antes de su fallecimiento, que nos reunió a comer a mí, a Parrado, que fíjate ha resucitado. Cuando Gallardo me lo dijo no me esperaba que iba a fichar a Parrado, y ahí está, hecho un tiktoker. En Sevilla han pasado cosas, la famosa entrevista en el palco con el busto de Lopera, que va de un lado a otro y Del Nido se niega a hacer la entrevista con el busto detrás y tuvo que intervenir el alcalde de Sevilla, Monteseirín. Es un recopilatorio de un montón de anécdotas y la gente se va a entretener porque hay cierta dosis de cotilleo.

¿Tiene algún personaje favorito?

Yo creo que Andrés, por personaje. Fueron tres años que parecíamos un grupo de rock. Éramos Montes, Salinas, Valdano, Kiko, Susana [Guasch] y yo en el palco. Fue tal la irrupción que tikitaka se puso en la Rae por Montes. Jugón, nadie hablaba de jugón. Luego lo pilló Relaño y ya lo metió en el As, pero tikitaka es de Montes.

¿Lo ha escrito todo de memoria?

Hay un truco. Yo cada último día de mes, hago un balance de mes. No puedo excederme de un folio por mes y al final del año tengo 12. Desde los 18 años lo voy haciendo. A veces anoto la fecha, pero no siempre. Y si no me acuerdo de algo voy al año y ya está.