Farah, la pesadilla africana

Mo Farah no recordaba lo que era correr un 10.000 desde la final olímpica de Londres en la que conquistó el oro. Un año después de haber probado en el 1.500, con récord de Europa incluido, en los 5.000, en la media maratón y de citarse con Bolt en una carrera benéfica de 600 metros, volvió a correr los diez kilómetros para proclamarse campeón del mundo y vengarse de la derrota sufrida hace dos años en Daegu. El británico de origen somalí dejó hacer a la manada de africanos, que se empeñó en dominar la carrera hasta que él quiso, hasta los dos últimos kilómetros. No les sirvió de nada. Keniatas, etíopes, ruandeses, eritreos... A todos los superó Farah con una última vuelta de locura. Fueron sólo 54 segundos para detener el crono en 27:21.71. El etíope Jeilán fue plata con 27:22.23 y el keniano Paul Kipngetich Tanui, bronce con 27:22.61.

Farah es el único atleta que puede discutir en Moscú los focos a Bolt. En su primera cita corrió más de media carrera tapado. Se limitó a observar. Cuando los africanos tomaron el mando desde la primera vuelta pusieron a todo el grupo en fila india. Con un pelotón de 35 atletas ocupando más de media recta, Farah se instaló en la cola sin inmutarse. Se dejó ver pasado el segundo kilómetro, pero volvió a retirarse. Los etíopes, que parecieron tramar en plena carrera una especie de plan colectivo que no fructificó, fueron incapaces de endurecer lo suficiente la final. Tiraron ellos, los kenianos... Dio igual. El ritmo no era lo suficientemente duro como para desgastar al de Mogadiscio. A falta de tres vueltas, Farah volvió a tomar la cabeza de un grupo de diez unidades. El tirón le dejó con tres africanos y el estadounidense Rupp, el único blanco de grupo.

En ese escenario la única resolución posible era la victoria del doble campeón olímpico. Su final es más propio de un atleta de «milqui» que de un fondista. Su nuevo récord de Europa, 3:28.81, es la mejor prueba. El ritmo que marcó después del toque de campana, la última. A diferencia de lo que sucedió hace dos años, Jailán no consiguió darle caza, aunque en la contrarrecta el etíope casi se situó a su altura. Fue un esfuerzo inútil. El mejor atleta europeo de los dos últimos años ya tiene su primer oro en Moscú.