«Conocen bien el sistema y están bien», dice Zidane. La buena forma de los dos es clave para el Real Madrid, que empieza el Mundial contra el débil Al Jazira. En la final espera el Gremio.

Una de las imágenes que pasó inadvertida en la final de la Champions de la pasada temporada en Cardiff fue el cambio de Kroos. El casi siempre sereno alemán se marchó feliz, con el partido ya resuelto para el Madrid, y cuando salió del campo cerró los puños y tensó los brazos, en señal de victoria, de rabia y de felicidad. El alemán reconoció el lunes, en las redes sociales, que esa final contra la Juve, junto a la del Mundial de Río, es uno de sus mejores recuerdos deportivos. En Cardiff, junto a Modric, firmó uno de sus mejores partidos y por tanto uno de los mejores del conjunto blanco, porque de ellos depende, en gran parte, el juego de los de Zidane. «Conocen bien el sistema y están muy bien. El medio del campo es muy importante para nuestra posesión del balón y queremos seguir como lo estamos haciendo últimamente», explicaba ayer el entrenador francés. Al Madrid le han faltado goles, es verdad, pero durante algunos partidos también ha tenido un problema de juego: el balón no circulaba como debía por el centro del campo. Es decir, que las dos bases del campeón de Europa: la puntería de Cristiano Ronaldo y la facilidad para jugar de Kroos y Modric, se habían diluido. Cuando volvieron a la vez, contra el Sevilla, el sábado, el Madrid fue un tornado.

El plan de este primer trimestre de temporada era ganar los títulos que se iban a poner en juego: las dos Supercopas en agosto y el Mundialito que empieza hoy (18:00 h / TVE). Ha habido un pequeño bajón en la Liga, pero el grupo llega en su mejor forma para sumar el quinto título de 2017 y cerrar así un año histórico para la entidad blanca: «Llegamos muy bien y es lo importante. Hemos estudiado al rival, como siempre, pero lo importante es lo que vamos a hacer nosotros», continuaba ayer Zidane.

Lo que haga el Madrid es lo que hagan Modric y Kroos. Frente al Sevilla, el conjunto blanco dio 643 pases, 128 fueron de sus centrocampistas, que ese día, sin Casemiro detrás de ellos, jugaron en paralelo delante de la defensa. No es una opción que maneje mucho Zidane porque necesita a Casemiro muchos días y porque tiene que encajar también a Isco.

El partido de hoy, además, puede servir para hacer pruebas o dar descansos en espera de la final frente al Gremio (ganó 1-0 al Pachuca en la prórroga), ya que el Al Jazira está varios pasos por debajo. «Las diferencias técnicas entre el Al Jazira y el Madrid son muy grandes, seamos realistas», asegura su técnico, Ten Cate.