Alejandro Valverde recibió un homenaje antes del comienzo de la etapa. Una estatua reciclada con vidrio reciclado por Ecovidrio, uno de los patrocinadores de la Vuelta que sirve como reconocimiento antes de su despedida como ciclista. Porque la última jornada de la carrera iba a ser también la última etapa que disputara el corredor murciano en la carrera española.

Se retira al final de temporada, con 42 años, después de participar en Lombardía, pero la Vuelta siempre ha sido su carrera favorita, desde que debutó en ella hace 20 años. En su estreno en 2002 tuvo que abandonar, pero después ha regresado quince veces más.

Ganó la carrera en 2009 y ha ocupado todos los puestos entre los cinco primeros. Ha sido segundo en tres ocasiones y tercero en otras tres. Y sólo en dos de las Vueltas que ha acabado ha terminado fuera de los diez primeros. Esta ha sido la segunda vez; la primera fue en 2016, cuando el equipo Movistar decidió que sus piernas eran más necesarias en el Giro y en el Tour. Pero llegado el momento no renunció a participar en la carrera española, que siempre le ha divertido más que entrenar.

Además del triunfo en 2009, ha conseguido once etapas y tiene el récord de triunfos en la clasificación del maillot verde de la regularidad, que ha conseguido en cuatro ocasiones, igualado con Sean Kelly y con Laurent Jalabert.

En su última participación en la Vuelta no ha sido demasiado visible. Su labor ha sido otra, ayudar a Enric Mas y ganar puntos para el equipo con su decimotercer puesto. Se escapó en la penúltima etapa, camino de Navacerrada. Un ataque por delante para esperar a Enric Mas en su búsqueda del maillot rojo, pero ninguno de los dos tuvo éxito.

«Creo que tenemos que estar contentos. Me quedo con todo el cariño del público, con lo que he disfrutado de esta última Vuelta», explicaba Alejandro.

Cada salida y cada llegada han sido una muestra de cariño constante de la afición. También de su equipo, el Movistar, que cambió el color de su maillot y lo personalizó con las grandes victorias de Valverde para homenajearlo en su despedida.

La última etapa fue un homenaje constante para él. Homenaje compartido con Vincenzo Nibali en la salida en Las Rozas, donde el pelotón les hizo un pasillo a los dos. Después, en el primer paso por la meta de Madrid se descolgó del pelotón para recibir en solitario el cariño y admiración de los aficionados. Para acabar, subió al podio rodeado por todo su equipo y vestido con el maillot oro de ganador de la Vuelta. El fue el último ganador que lució el maillot de ese color antes de cambiar al rojo. Siempre el último de una especie Alejandro Valverde.