Pekín
Un heredero para Contador
Valverde y Purito, que completaron el podio en 2012, aspiran a sucederle. Nibali y Samuel, sus rivales
La Toja- Contador aparece en la memoria cuando se busca al ganador de la pasada edición de la Vuelta. Aquella exhibición en Fuente Dé, un ataque cuando nadie lo esperaba antes del final más «blandito» de todos los que acababan en cuesta, le dio el triunfo en Madrid. Pero allí, en Cibeles, a su lado Valverde y Purito lamentaban la oportunidad perdida. Porque fueron ellos los principales animadores de la carrera, pero aunque estaban en mejor forma que Alberto, no pudieron con él. «Vengo a luchar por lo más alto del podio», advirtió ayer el líder de Movistar. Ya ganó la carrera en 2009 y quiere repetir. Luce el número uno, que le señala como el mejor clasificado de los que disputaron la Vuelta el año pasado y como el principal favorito. «Mis sensaciones son buenas. Acabé bastante entero el Tour y he descansado bien desde entonces», asegura. Al Tour llegaba como el líder de su equipo, pero una avería que le hizo perder demasiados minutos le convirtió en el mejor gregario de Nairo Quintana, su compañero, que sólo fue superado por Chris Froome.
Valverde es uno de los grandes favoritos. Purito es el otro. Sus carreras han sido paralelas, dos estilos de ganar muy parecidos, pequeños y explosivos, esprinters en la alta montaña. Los dos son los ciclistas más en forma del pelotón español esta temporada y Purito ha mejorado mucho en la pelea contra el reloj, como demostró en el Tour y en la pasada edición de la Vuelta. Este año sólo hay una etapa contra el crono, la de Tarazona, y su cabeza ya no se rinde antes de empezar, como le sucedió en 2010, cuando se dejó el alma en la contrarreloj de Peñafiel. Aquella Vuelta la ganó Nibali, que viene ahora de imponerse en el Giro. El italiano es el principal rival de los españoles, un corredor fuerte en cualquier terreno, al que sólo le falta vencer en el Tour para imponerse en las tres grandes.
Pero Nibali tendrá que luchar contra los españoles y contra el recorrido, once finales en alto, algunos de ellos cortos y explosivos, como el de Valdepeñas de Jaén, que repite. «Hay algunos corredores a los que les vienen muy bien estos finales», explica Javier Guillén, el director de la carrera. Y cuando dice eso, piensa en Purito y Valverde, los animadores de la carrera. Y también en Samuel Sánchez, que llega como el líder de Euskaltel en el último año de la formación vasca. Euskaltel desaparece sin haber ganado una gran vuelta y Samuel quiere que el homenaje llegue en la última grande del equipo del maillot naranja. Suyos han sido los mayores éxitos del equipo, aquella medalla de oro de Pekín y el maillot de la montaña en el Tour 2012. Y la Vuelta, este año, está volcada en los homenajes.
Homenajea a las víctimas del accidente de tren de Santiago y también al Tour por su centenario. Lo hace con la etapa que termina en Peyragoudes, en suelo francés. «Ahí conseguí una victoria muy importante en el Tour del año pasado. Los tres últimos puertos son los mismos y los que han metido antes también son muy exigentes. Para mí, desde luego, será la etapa reina, aunque también se puede llegar al Angliru con todo por decidir», recuerda Valverde. Pero aquella etapa en el Tour la ganó escapado y cuando ya estaba desahuciado para la general. Aquí llega como favorito para heredar el trono de Contador.
De Estafeta a una mejillonera
Desde que Javier Guillén dirige la Vuelta, se ha esforzado por innovar en los recorridos y por buscar otras maneras de llamar la atención y que la carrera sea más atractiva para el espectador. Se estrenó en la Vuelta que nació en Holanda, en 2009, con la primera contrarreloj en el circuito de Assen, la catedral del automovilismo. Después llegó el recorrido nocturno por Sevilla para combatir el calor y para convertir la «crono» por equipos en un gran espectáculo visual, en directo y por televisión. Un recorrido nocturno que «inspiró» al Tour para cerrar la edición de su centenario. El año pasado hizo que los corredores revivieran parte del recorrido de los encierros de San Fermín, con un «paseo» por la calle Estafeta que desembocaba en la plaza de Toros. Para esta edición, la novedad es que la carrera comienza en el mar, en una batea, la típica mejillonera en la que se gana la vida buena parte de los habitantes de las Rías Bajas. La Vuelta a España no sólo quiere acercarse de esta manera a uno de los elementos clásicos del paisaje de esta zona de Galicia. La intención es también, reconocer el trabajo de muchos hombres y mujeres de Galicia.
Por las víctimas de Angrois
La marcha cicloturista que iba servir como festejo promocional de la Vuelta en su salida de las Rías Bajas se ha convertido en un ejercicio solidario con el título de «Pedaladas para el recuerdo», para apoyar a los damnificados por el accidente de tren de Santiago. Participaron antiguas estrellas, como Pedro Delgado o Escartín. Una marcha de 127 kilómetros, con salida en Vilanova de Arousa y llegada al Monte Lobeira, cuya inscripción iba a costar 20 euros, pero que fue gratuita.