Sevilla
Cara a cara: ¿Es el Barça un equipo vulgar sin Messi?
No jugaría la Champions League; por Alfredo Duro
Por mucho que quieras disimularlo, Carme, las pruebas que demuestran la vulgaridad del Barça sin Messi vienen del barcelonismo más militante. Empezando por su entrenador, que ante la posibilidad de salir goleado de Sevilla no dudó en tirar de su único comodín para evitar el ridículo. Porque sólo ese convencimiento puede justificar que Valverde no haga rotaciones con el argentino. Él es el primero que sabe de la brutal «Messidependencia» que tiene y, muy a su pesar, se ve obligado a que Messi aparezca hasta en los días de descanso. Si además le echas un vistazo a las crónicas de tus amigos de la prensa barcelonista, lo de vulgar te parecerá hasta generoso.
Fichajes. ¿Dónde estaban, mientras el Sevilla bailaba al Barcelona, los trescientos cincuenta millones que costaron Coutinho, Paulinho y Dembélé, Carme? ¡Sonrojándote! Mientras los fichajes que han llevado al mercado al absurdo deambulaban tú estabas gritando como una posesa que Messi saliera. Messi o el suicidio futbolístico. Ésta es la única ecuación viendo la falta de recursos del Barça para sacudirse del vendaval de ocasiones del contrario. La estampa definitiva para entender que, sin Messi, este equipo difícilmente se clasificaría para la Champions.
Fracaso europeo. No tardaremos mucho en volver a comprobar en Europa la fragilidad del Barça. Cuando los rivales no sean hermanitas de la caridad ante la portería ni Messi podrá evitar otro desastre continental. Hazme caso y reconoce que el espejo del Madrid, capaz de golear sin Cristiano y ganar partidos con el empuje de jóvenes talentos como Asensio y Lucas Vázquez, es un tesoro que envidias. La diferencia de modelos es abismal y por eso lo son las Copas de Europa ganadas. Estáis jugando con fuego y Messi es vuestro único bombero. Así es imposible que lo vuestro no acabe en incendio.
Leo es mejor con Iniesta, Busi y Piqué; port Carme Barceló
Hablar de vulgaridad cuando el Barça es el equipo más regular, invicto en Liga y Champions y único que puede aspirar a un triplete me suena a mal perder. O a envidia, querido Duro. Tener o no tener a Messi marca la diferencia, es obvio, pero un equipo también hace grande al más grande. No tienes mejor ejemplo que esa selección albiceleste en la que con y sin Leo sigue siendo difícil que llegue lejos. ¿Por qué? Precisamente por eso, porque hablamos de juego colectivo, de once señores que arman –como dirían en Argentina– un conjunto. A Messi, en el FC Barcelona, le han acompañado y acompañan muchos nombres propios que llevan Eurocopas y Mundiales a sus espaldas. ¿Te los recuerdo? Sigue leyendo, querido...
Columna vertebral. Dejo a un lado a Luis Suárez, a Sergi Roberto, a Coutinho, a Umtiti o a Rakitic. Fíjate bien a los que aparto de la lista, por los que darían media vida casi todos los clubes del mundo. Sigo. A Messi le rodea la columna vertebral de tu querida selección española, apreciado Alfredo, y debes sumar a Ter Stegen, al que le espera el Trofeo Zamora casi con toda seguridad. ¿Te atreves a llamar vulgar a un equipo con Iniesta, Busquets, Piqué, Jordi Alba más el resto de los mencionados? ¡Qué osadía!
Tener o no tener. Reconozco que el Sevilla hizo un gran partido. Pero le faltó dar la estocada. Demasiadas oportunidades desaprovechadas ante un equipo que acusó el «virus FIFA», que pensó más en la Roma que en la Liga (lógico cuando tienes semejante colchón de puntos) y que sabes que en cualquier momento despierta y te destroza. Nueve remontadas y 40 «palos» llevan los de Valverde. Figúrate. Sus peores 88 minutos los juegan en el Pizjuán y en 60 segundos te destrozan. Con Messi, sí. Con su calidad y su orgullo. Es lo que tiene ser el mejor jugador del mundo con ADN culé: que marcas la diferencia.
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