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Hípica

"Barefoot" o cuando los mejores caballos del mundo ganan descalzos

Los caballos sin herraduras se han convertido en mucho más que una tendencia en los últimos años. La reciente Copa del Mundo en Riad es la última prueba

Julien Epaillard y "Dubai de Cedre", subcampeones de la Copa del Mundo de Salto Chacco Marketing

El movimiento "barefoot" en en el mundo hípico, también conocido como "caballo descalzo" o "sin herraduras" se ha convertido en un fenómeno en los últimos años. Para entender su esencia y todo lo que conlleva es fundamental ir más allá de la simple ausencia de herraduras. El "barefoot" implica una filosofía integral que busca emular el estado natural del casco del caballo y permitir que funcione como lo haría sin la intervención humana. Se busca volver al origen para optimizar resultados.

El "barefoot" tiene tantos adeptos como detractores. Los que se suman a esta tendencia defienden que se mejora la salud del casco, se mejora de la postura y el movimiento, hay mayor sensibilidad y propiocepción además de una conexión con el medio natural del caballo. La mejora de la salud del casco se traduce en que se vuelve más fuerte, más flexible, más resistente y genera una mejor circulación sanguínea. Esto se debe a que el estímulo natural del suelo promueve un crecimiento y desarrollo más sano. Al no estar constreñido por las herraduras, el caballo puede moverse con mayor naturalidad y fluidez. Esto mejora la biomecánica y la propiocepción del animal, lo que a su vez reduce el riesgo de lesiones.

Los cascos descalzos permiten al caballo sentir mejor el terreno que pisa, lo que aumenta su capacidad de respuesta y equilibrio. El "barefoot" permite al caballo tener una conexión más profunda con su entorno natural además de un impacto positivo en su bienestar mental y emocional.

Con el caballo descalzo es fundamental que el jinete cuide mucho los terrenos que pisa. El pasado Campeonato de Europa se disputó en hierba y Henrik von Eckermann, reciente ganador de la final de la Copa del Mundo y número 1 del ranking internacional de Salto de Obstáculos, no llevó a "King Edward", su primer espada, porque se negaba a ponerle herraduras, ya que es feliz y vuela sin ellas. En hierba, los caballos llevan ramplones, que son como los tacos del fútbol, para evitar que puedan resbalar.

El mejor caballo del mundo va descalzo y su jinete se niega a herrarlo, pero esta filosofía también tiene una serie de desventajas. Está el periodo de adaptación, no es una opción para todos los caballos y es imprescindible el seguimiento de un profesional. El caballo descalzo requiere adaptación y cuidados incluso mayores que el que lleva herraduras.

El proceso de adaptación puede variar de semanas a meses o incluso un año. Requiere paciencia y atención por parte del propietario, no es simplemente quitar las herraduras.

Apostar por el "barefoot" no es una decisión que pueda tomarse a la ligera. Hay que evaluar las necesidades específicas del caballo, su edad, estado de salud, tipo de actividad y el entorno en el que vive.

El "barefoot" no es una moda pasajera, es una filosofía de cuidado del casco. Los tres triunfadores del Salto de Obstáculos en Riad, los tres que hicieron pódium en la final de la Copa del Mundo, iban descalzos. Mariano Martínez Bastida, el representante español, también se ha sumado a esta técnica.

John Whitaker opinó hace unos meses sobre la cuestión, ya que ha dejado de herrar a sus caballos. "No encajan totalmente en nuestro sistema", comentó Whitaker, manteniendo la creencia de que los caballos sin herrar tienen más dificultades tanto para adaptarse a diferentes tipos de suelos como para subir al camión.

"Un caballo en ''barefoot'' tiene que desgastar su casco como lo haría normalmente, es decir, viviendo en libertad", apunta Eduardo Gutiérrez, podólogo equino, a LA RAZÓN. "Yo recomiendo hacer la transición en momentos específicos por ejemplo, cuando termina el frío y comienza la primavera. De esta forma, el equino se puede ir habituando a estar en el campo o en prado si nunca lo ha estado antes", afirma Gutiérrez.

"Quitar las herraduras es sólo el primer paso, pero no queda ahí. Se debe recortar los cascos durante el proceso de adaptación del animal a esta filosofía. Lo normal es que tarden en adaptarse entre 4 y 6 meses, pero eso dependerá de la raza y calidad del casco", comenta. "Durante el proceso, la alimentación es muy importante. En ocasiones, es necesario aportar al caballo un plus en su dieta aportándole suplementos a base de minerales y vitaminas. Y es muy importante tener sentido común. A lo que me refiero es que, si vas a realizar rutas largas o de varios días se deberá ayudar al casco del caballo mediante el uso de botas para cascos u otro tipo de protección de manera circunstancial", añade.