Víctor Claver (Valencia, 1988) sólo ha jugado cuatro minutos en tres de los 37 partidos que han disputado sus Blazers, pero sigue trabajando y no se rinde.

–¿Cómo se maneja llevar casi dos meses sin jugar?

–No es una situación agradable, evidentemente, pero bueno, intento centrarme en trabajar día a día y en estar preparado para cuando me toque jugar y hacerlo bien.

–¿Se imaginaba algo así en su segundo año en la NBA?

–Para mí ha sido una sorpresa no tener minutos. Suelen decir que el segundo año es más difícil que el primero y han hecho una plantilla más larga, han venido jugadores veteranos y el técnico está contando por el momento más con ellos. Es difícil que haya cambios en un equipo cuando las cosas van bien. De momento estamos ganando y jugando bien y las cosas seguirán igual.

–¿Qué le dice el cuerpo técnico?

–Intentan darme confianza. Con el entrenador tengo buen trato y puedo acudir a él sin ningún problema si necesito algo. Me hace más fácil el día a día y los entrenamientos. Lo único en lo que puedo pensar es en que la temporada es muy larga, llevamos unos 40 partidos y son 82. Queda mucho y no hay que hundirse, porque en cualquier momento pueden cambiar las cosas.

–¿Cómo le argumentan su sitio en el equipo?

–Hay otros jugadores que al principio estaban mejor que yo y es una opinión muy respetable. No hay que darle más vueltas. Hay más en la misma situación que yo, apenas juegan, y también son muy válidos y podrían estar participando en cualquier otro equipo.

–¿Es más duro todavía al ver al grupo tan arriba en la clasificación?

–Siento una mezcla de alegría y rabia. Alegría porque el equipo está bien y rabia porque me gustaría participar y vivirlo en la pista. Pero estamos en buena dinámica y el objetivo ahora no es que empecemos a perder, sino que yo pueda encontrar un hueco.

–¿Cómo se hace de largo el día a día?

–Yo estoy 24 horas con el equipo, en este sentido no hay ningún cambio. Lo único es que en los partidos ahora somos 14 jugadores y sólo puede haber 13 en la lista de activos y de momento soy yo el inactivo. Cuando llegan los partidos, en lugar de ponerme el chándal me pongo la chaqueta.

–¿Está triste?

–Como cualquier jugador que no participa. La sensación es que necesito jugar, estoy animado, me entreno cada día dando lo mejor, pero esperando el momento de tener minutos y recuperar las sensaciones de jugar un partido importante.

–¿Se ha parado a pensar que en los Lakers, por ejemplo, sería titular?

–Es un poco una lotería. Hay equipos que están sufriendo lesiones y jugadores jóvenes que están teniendo oportunidades. Nosotros estamos todos bien y vamos segundos. Mi objetivo es estar preparado y no pensar en lo que ha pasado estas semanas, sino en lo que puede venir.

–¿Ha hablado con los españoles que estuvieron en Portland?

–Con Sergio y Rudy no he hablado demasiado. Con Marc, Ricky, Calderón y Pau lo he hecho más y me dicen lo que todo el mundo: que tenga paciencia, que esto es muy largo. Así que no me queda otra.

–¿Se ha puesto algún límite?

–No pienso en lo que puede pasar, pienso en el ahora y en aprovechar lo que tengo, ya que, aunque no juegue, estoy en uno de los mejores equipos de la NBA y la forma de trabajar aquí me va a beneficiar para el futuro. No miro a lo que va a pasar más adelante.

–¿Su sueño de la NBA sigue en pie?

–Esta oportunidad es única y no me voy a venir abajo por no tener minutos. Todo esto me va a servir, pase lo que pase. Es lo que quiero hacer y soy un privilegiado de poder elegir dónde quiero estar. Mi plan es aprovechar esto y veremos lo que pasa.

–¿Ve al equipo en la final de la NBA?

–Al principio decían que estábamos teniendo suerte y que no aguantaríamos, pero ya hemos demostrado que no es suerte. Queremos estar en «playoffs» y llegar lejos. No digo a ganar, porque es difícil, pero sí en los «playoffs».

–¿Se ha imaginado ya jugando las eliminatorias por el título?

–De momento no, queda muy lejos todavía.