Opinión
El Atlético muestra su carácter antes de la Champions
Griezmann es un ejemplo a todos los niveles para sus compañeros
Ni la presión por la arriesgada situación en la Liga ni el hecho de que el partido se disputase entre la ida y la vuelta de la eliminatoria de Champions ni siquiera el hecho de que el Girona se adelantase en el minuto cuatro gracias a la única ocasión que tuvo... El Atlético no se descompuso ante la revelación del campeonato en el Metropolitano y consiguió dar la vuelta a un partido complicado. Lo hizo ante un rival al que no le habían remontado en todo el año.
El resultado ante el Girona no es casualidad y hubo varios motivos para que el Atlético terminara llevándose los tres puntos. Hubo un cambio de sistema con el que Simeone detuvo la sangría que estaba sufriendo el equipo a la espalda de Molina. Se volvió al 1-5-3-2 habitual. Otra clave fue la inesperada, pero tremendamente eficaz presión a la salida de balón del Girona al comienzo del segundo tiempo. Una pérdida fue lo que generó el 3-1.
Parece evidente que, mientras el físico lo permita, los rojiblancos hacen daño a su rival cuando aprietan en campo contrario y sufren cuando retroceden líneas y ceden el balón al rival. Se hizo evidente frente al Dortmund y ocurrió lo mismo ante el tercero de la competición doméstica.
Otra clave que ayuda a que el Metropolitano sea terreno hostil para cualquier rival es el nivel que volvió a demostrar Griezmann. Cuando el futbolista francés esta de dulce, el equipo lo nota y mucho. Es un jugador distinto, que sabe dar al equipo rojiblanco lo que necesita en cada momento y que trabaja defensivamente mucho más que cualquier jugador de su nivel. Griezmann es generoso en el esfuerzo y con el balón y su capacidad de sacrificio es un ejemplo para todos los compañeros que tienen menos calidad y menos dinero en la cuenta corriente que él. Con Griezmann a buen nivel, las posibilidades de pasar a semifinales de Champions crecen. En Dortmund se avecina un partido no apto para cardiacos, se sufrirá de lo lindo, pero nadie dijo que estar entre los cuatro mejores equipos de Europa fuera a ser fácil.