Salvajada

“La oreja de Holyfield sabe a culo”. El mordisco de Tyson cumple 25 años

Ahora Tyson vende gominolas de cannabis con la forma del trozo amputado a su rival

Mike Tyson
Mike TysonMike TysonMike Tyson

Hace 25 años Mike Tyson sufría su tercera derrota como boxeador profesional, la segunda ante Evander Holyfield, pero aquel día, el 28 de junio de 1997, pasó a la historia por otra razón, por el mordisco con el que Tyson arrancó un trozo de oreja a su rival. Holyfield le había arrebatado el cinturón de campeón del mundo en la versión de la Asociación Mundial de Boxeo en noviembre del año anterior. Discurría el tercer asalto de la revancha entre los dos mejores pesos pesados del momento cuando Tyson se enajenó y agredió al campeón.

Le mordió y le seccionó un trozo de oreja, pero no fue descalificado de manera inmediata. Le sancionaron con dos puntos y la pelea continuó hasta que Tyson lanzó otro bocado, ahora sobre la oreja sana de Holyfield. Fue entonces cuando se detuvo la pelea y se produjo la descalificación.

En aquel momento Tyson culpó a las drogas de su reacción. “Solo pensaba en las drogas. Creía que era Dios, me sentía como Dios. No pensaba en el boxeo cuando lo mordí. No me preocupaba el boxeo. Está mal lo que hice, muy mal. Me volví loco”, aseguraba hace un par de años en una entrevista con el diario británico “The Guardian”.

Pero su discurso ha cambiado con los años. “Si hace lo mismo que estaba haciendo le volvería a morder. Le mordí porque quería matarlo. Estaba realmente enfadado porque me golpeó la cabeza. Me sacó de mi plan para la pelea”, aseguraba hace apenas unas semanas.

Y dio alguna explicación más. seguramente innecesaria, sobre lo que sintió al masticar la oreja de Holyfield. Mientras mordisqueaba una de las gominolas de cannabis que ahora vende, aseguraba: “Sabe mejor que la oreja de Holyfield. La oreja de Holyfield sabe a culo”.

Holyfield, sin embargo, no parece guardar rencor y se muestra agradecido con Tyson por aquel mordisco. “Me dio la oportunidad de practicar el perdón. Cuando alguien entra en tu casa tú no piensas en cómo puedes entrar en la suya”, dice.

Años después volvieron a reunirse en un anuncio en el que Tyson aparecía en casa de Holyfield para reconciliarse y entregarle el trozo de oreja que le había arrancado, pero la realidad es que aquellos centímetros de oreja se perdieron en el caos de aquel día.

Por aquel combate Tyson recibió 30 millones de dólares. 35 cobró Holyfield. Pero los dos tienen en común haberse arruinado después de percibir bolsas millonarias durante gran parte de su carrera. Ahora, Tyson triunfa como empresario de las versiones legales del cannabis. La estrella de su negocio son las gominolas con forma de oreja que bautizó con el nombre de “Mike Bite”, el mordisco de Mike. Holyfield se gana la vida con lo que le pagan por sus apariciones en público y culpa a toda la gente que le rodeaba de haberle robado. Pero ha aprendido, asegura. “Era tonto, pero ya no lo soy “, dice.