MotoGP
MotoGP: el récord negativo para España desde que no está Marc Márquez
Desde 2007 no se llegaba a la séptima carrera del Mundial sin al menos un triunfo de un piloto español en la categoría reina
Es el año de lo imposible en MotoGP. Aquello más inesperado sucede y no todo es culpa del coronavirus. También se debe a la ausencia del patrón, que desde casa se muerde las uñas los domingos y se recupera de la fractura del húmero derecho el resto de la semana. Sin él, no hay jerarquías y sucede que en seis carreras ya hay cinco ganadores distintos y cuatro de ellos bautizándose en la categoría reina.
En Misano ganó Morbidelli, el último de los que hasta ahora no habían pisado la gloria y la han conocido aprovechando el vacío de poder. El italiano arrasó en el circuito Marco Simoncelli y se unió a una lista de primerizos en la que ya estaban Miguel Oliveira, Fabio Quartararo y Brad Binder. Y, además, otro que lo consigue con una moto satélite, es decir, una versión un poco menos mejorada que las de fábrica, que por el contrario, sufren más de lo esperado.
La Yamaha de Viñales, que es «full equipe» no llevó a Maverick más allá del sexto puesto, otra decepción y ésta, encima, partiendo desde la «pole». Se supone que es el mejor español por detrás de Márquez y que ya tendría que haber ganado alguna carrera. Pero no. Y esas dudas suyas hacen que el motociclismo español esté viviendo una sequía desconocida en la categoría reina en los últimos tiempos.
Ya se han arrancado las seis primeras hojas del calendario 2020 y no hay ni rastro de triunfos españoles en MotoGP, algo que no se producía desde 2007, cuando Pedrosa necesitó llegar hasta la décima carrera para imponerse en Sachsenring, uno de sus circuitos preferidos. Desde entonces han pasado trece temporadas en las que los españoles ganaban de manera frecuente, y antes del sexto fin de semana el himno nacional ya había sonado a eso de las tres de la tarde.
En los últimos años ha sido Marc Márquez el que se ha encargado principalmente de regar ese jardín, aunque también con la ayuda de Viñales o Lorenzo. Precisamente el mallorquín era la referencia antes de que el «93» llegase a la categoría reina como un auténtico huracán. Fueron los años de sus primeros títulos en los que dominaba con cierta solvencia. Y un poquito más hacia el comienzo de siglo, Pedrosa le echaba una mano.
Pero ahora, con Marc de baja por lesión, no hay nadie que consiga dar ese paso definitivo y, aunque hay muchos pilotos con opciones, de momento las victorias se las reparten Francia, con las dos de Quartararo en Jerez; Italia, con las de Dovizioso y Morbidelli; Portugal, que alucinó con el éxito de Oliveira; y Suráfrica, que no se creía lo de Brad Binder.
Mientras, una potencia como España, mira envidiosa. Viñales y su irregularidad son la mayor decepción, porque se suponía que tenía que luchar por el Mundial. Y todavía está a tiempo, más por la falta de un dominador claro que por sus méritos, pero bueno, una vez que pase el tiempo, el campeón de 2020 será eso, el rey en este año, y se olvidarán las circunstancias. Esto demuestra que Márquez es la medida de todas las cosas y no por casualidad es el que acumula más minutos de radio y televisión y más páginas de prensa.
Sin él, España no gana, y Honda, seguramente la fábrica más poderosa del Mundial, se convierte prácticamente en invisible. Para evitar que eso ocurra HRC ha movido ficha para 2021 con el fichaje de Pol Espargaró. Resulta, que por fin los japoneses se han dado cuenta de que Marc es humano y que algún día se terminará, como ha pasado con otros grandes campeones. Para eso queda mucho, y no tanto para que Márquez vuelva y lo haga ganando carreras.
Mientras, la cantera española saca pecho con Joan Mir, tercero ayer tras «merendarse» al mismísimo Rossi y a Rins en la última vuelta. Sólo tiene 23 años y potencial de sobra para ser importante en el Mundial. Sin darse cuenta es cuarto de un campeonato que encabeza Dovi, a pesar de su octavo puesto ayer, y que no domina nadie. Quartararo ha entrado en crisis y Valentino, que en otros tiempos ya sería casi campeón, se ve incapaz de frenar a la chiquillería. Pero ojo, nada es descartable.