La relación de Fernando Alonso con la escudería McLaren es una historia de amor-odio que no parece tener visos de terminar bien, es decir, con éxito. Ahora regresa con el equipo inglés para disputar por tercera vez las 500 Millas de Indianápolis, aunque lo hace con una asociación reciente con otra estructura americana con experiencia en esta competición.

Según Alonso, la lealtad a los colores de McLaren fue un argumento determinante para fichar de nuevo por el equipo para intentar conseguir la Triple Corona. En McLaren, Alonso vivió uno de sus peores momentos de su carrera deportiva cuando en 2007 rozó la consecución del tercer título de campeón del mundo de F-1 tras la batalla con Lewis Hamilton. A su vuelta al equipo, en 2015, el fracaso de Honda le llevó a protagonizar uno de los momentos más pobres de su trayectoria en la Fórmula Uno. El pasado año el equipo montó una estructura para que Alonso corriera en Indy500 y el resultado fue la no clasificación para la carrera dos semanas antes.

Ahora vuelve a McLaren después de que le hayan cerrado las puertas de la F-1 y que, incluso, haya dejado su papel de embajador de la escudería.