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Santiago Gil: “Para aficionarse a los toros, como a la ópera, se necesita una formación”

El castellonense usa el arte como válvula de escape y expresión de libertad
Santiago Gil: “Para aficionarse a los toros, como a la ópera, se necesita una formación”
Santiago Gil: “Para aficionarse a los toros, como a la ópera, se necesita una formación”Mónica BareaLa Razón
La Razón

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Santiago Gil nació en Castellón hace 43 años, es un ciudadano trabajador que dedica su vida actual a la enfermería y a preparar la llegada de su primer hijo. Sin embargo, su sensibilidad por el arte le diferencia los demás. Aunque dice que es su manera de pasar el tiempo libre, realmente usa la pintura para dar rienda suelta a su talento y a su afición por los toros.
¿Qué fue primero? ¿Su vocación por la salud, su afición por los toros o la pintura?
No lo sé. Un poco todo a la vez. En el Levante hay mucha afición al toro en la calle. De pequeño iba a las calles y, algunas veces, también iba a la plaza con mi familia. Todo era muy natural, incluso podíamos ver cómo los carniceros despiezaban las reses, y todo ese conjunto de circunstancias me motivó a estudiar veterinaria en Barcelona. Sin embargo, allí, a lo mejor porque no tenía contacto con el toro o porque comencé a trabajar en un centro hospitalario, reorienté mi carrera hacia la enfermería. Luego, encontré que un compañero muy aficionado a las corridas de toros y comenzó a explicarme todo lo que pasaba dentro de la plaza, porque los toros, como la ópera, es un gusto desarrollado, tienes que formarte para que te empiecen a gustar.
Continúe.
Al principio me gustó mucho Morante de la Puebla, luego te van gustando otros toreros. Volviendo a la ópera, te puede conquistar “La Traviata”, pero luego te van deslumbrando otras cosas, en este caso, otros toreros. Así me he hecho aficionado y ya he ido a ver los toros en Madrid, Sevilla en Domingo de Resurrección.
¿Y la pintura?
Mi madre pinta un poco y me transmitió ese amor por el arte. Siembre he dibujado, gané algunos concursos de dibujo de pequeño en Castellón, aunque nunca fue nada serio. Hacía retratos de familiares como regalo, por ejemplo. Después he participado en algunos concursos de pintura rápida y, por cuestiones técnicas, me incliné por la acuarela y se me dio bien. En cuestión de un año ya le tenía cogido el aire, me ayudó la base del dibujo, pero no me terminaban de convencer los motivos de paisaje urbano de los concursos y se me ocurrió pintar a José Tomás. Cuando vi el resultado me sorprendí, más que por lo bien que hubiera podido quedar, por lo bien que me sentí haciéndolo. Si eres pintor y también eres aficionado, lo disfrutas el doble.
¿Hay que ser aficionado para pintar de toros?
No, un pintor normal te puede hacer una obra con temática taurina preciosa, muy académica, puede poner más énfasis en la luz o en la composición geométrica, por ejemplo, y hacer un gran cuadro, pero el que es aficionado busca transmitir un significado más profundo, quizás encuentra más relevantes otros detalles, la posición de la pierna de salida del muletazo o la cercanía del toro con el torero, en fin, quiere enseñar la emoción que le pudo producir el instante que reproduce y eso es muy difícil. Sólo los grandes lo logran. Sigo mucho la obra de Diego Ramos, que para mí es el más importante y el que mejor transmite lo que es el toreo con su obra.
Fue novillero.
Mira, eso no lo sabía. Pues entonces todo tiene sentido.
¿Qué quiere transmitir con su obra?
Sería muy pretencioso pensar que puedo conseguir algo tan difícil, pero siento que descubrí lo que me gusta hacer, lo que me motiva pintar y creo que no se me da mal. Empecé con toros y toreros, por separado, me impresiona la fuerza y el poder de ambos, pero por algún motivo, vi que lo que más llega a la gente son las caras de los toreros, que son muy expresivas, dicen muchísimas cosas, así que últimamente me estoy centrando en ello, aunque hacer retratos de gran formato, que es lo que me gusta, es complicado porque un mínimo desliz con la acuarela y se pierde el gesto, el rostro cambia y no reconoces al personaje o no te dice nada.
Decía Picasso que “un pintor es un hombre que pinta lo que vende. Un artista, en cambio, es un hombre que vende lo que pinta”. ¿Se considera pintor o artista?
De momento soy solo un enfermero que aprovecha su tiempo libre para pintar lo que le gusta. Ahora lo hago por distracción, porque lo disfruto y me relaja. Le dedico el tiempo que no estoy de turno en el hospital. Pero no te niego que, si el arte me diera para vivir, nada me gustaría más que dedicarme de lleno a la pintura.
¿Ha pensado en pintar otros motivos más comerciales?
Lo he hecho, como te comenté, cuando empecé hice mucho paisaje urbano en los concursos, pero ahora que he encontrado un camino con el que me siento pleno. He pensado en otros motivos, siempre relacionados con cosas que me gustan, pero ahora mismo creo que pintar otra cosa que no sienta sería como traicionarme un poco.