¿Qué ha sido lo más importante de la pasada semana de San Isidro?
A pesar de que no se han concedido muchos trofeos, en el recuerdo quedan el sólido paso de Perera, la reafirmación de Guillermo Hermoso en el adiós de su padre y la revelación de Juan de Castilla
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Con la maciza actuación de Román durante el inicio del ciclo en el recuerdo, hemos pasado la primera semana completa de festejos de la Feria de San Isidro. Bien es verdad que no han sido tardes de muchos trofeos, pero también es cierto que se han vivido hechos importantes en la arena venteña durante estas jornadas, en las que se alcanzaron hasta tres llenos de "No hay billetes", los días 16, 17 y 18 de mayo, además de otras excelentes entras las demás tardes.
Pero más allá del triunfo en la taquilla, hay que reseñar la primera Puerta Grande de este serial, la que se produjo el sábado 18, con el rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza saliendo a hombros de la plaza tras cortar dos orejas al sexto toro de la tarde, en una actuación vibrante y magistral, con la ayuda de un soberbio "Berlín". Un caballo que también fue usado en los respectivos turnos de su padre, Pablo Hermoso de Mendoza, quien dijo adiós al público madrileño tras cortar una oreja gracias a una faena elegante, pausada y templada al cuarto. Tanto él, ovacionado con fuerza al salir al ruedo a hacer su último paseíllo en este ruedo, como Léa Vicens, vieron truncadas sus posibilidades de un triunfo mayor por el mal uso del rejón defintivo, pues los toros de Capea y Carmen Lorenzo tuvieron un gran juego.
De hecho, fueron los únicos que no decepcionaron durante toda la semana, en la que los ejemplares de Montelato, El Parralejo, Victoriano del Río, La Quinta y la legendaria Miura no terminaron de romper a embestir con la calidad y bravura que se esperaba de ellos, en términos generales.
No obstante, con los de El Parralejo y La Quinta, cumpló Miguel Ángel Perera su doble compromiso isidril y no de cualquier manera. A pesar de no ocupar los focos del protagonismo en sus 20 años de alternativa y de ser tratado con frialdad por los tendidos venteños, el torero extremeño firmó una feria realmente impecable. Comprometido con sus lidias, poderoso, si vender la dificultad que enfrentó con sus lotes y completamente capaz y dispuesto, Miguel Ángel dejó el listón del toreo profundo muy en alto, aún sin recibir trofeos.
El trofeo, porque sólo se cortó uno a pie en estos seis días de toros, lo paseó un Tomás Rufo cada vez más hecho y asentado. El toledano, además, sufrió una violenta voltereta del toro de Victoriano del Río del que obtuvo el premio, tras una actuación muy coreada por el público y siempre a más. Otro de los toreros destacados de la semana ha sido Emilio de Justo, quién al día siguiente del percance de Rufo también sufrió una aparatosa voltereta, tras la que su faena ganó en emotividiad, frescura y mucha emoción. Labor que rozó el trofeo que perdió por la espada, pero que le valió una vuelta al ruedo en reconocimiento a su actitud.
Junto a ellos, hay un nombre que se alza como la primera gran revelación de este San Isidro, el de Juan de Castilla. La afición madrileña supo reconocer la gesta del colombiano al asumir con un compromiso intachable su doble actuación el domingo 19, primero en un Concurso de Ganaderías matinal en Vic-Fezensac -en el que cortó una oreja entre el barrizal en que se vonvirtió la plaza por la fuerte lluvia-, y despues superar no pocos obstáculos para llegar puntual a su cita con la corrida de Miura en Las Ventas, lote al que estuvo a punto de cortarle una oreja a base de inteligencia, generosidad, capacidad y torería. Sin trofeos, el colombiano ganó enteros de cara a su temporada.
Y otro nombre a tener en cuenta es el del novillero Samuel Navalón, quien demostró el martes 14 que tiene condiciones de sobra para funcionar en esto si los animales le respetan.