Puerta grande en Valladolid al valor de Fernando Adrián, con gran faena de Perera

Puso cara la tarde y la feria Miguel Ángel Perera en el toro que abría plaza, un Bañuelos burraco de impecable presencia como sus hermanos. Desde que se abrió de capa dejó a las claras sus intenciones el de Puebla de Prior, lanceando a cámara lenta por delantales, de extraordinario ajuste el quite por chicuelinas y tafalleras. Bregó con suavidad Curro Javier, desmonterándose con los palos Javier Ambel. En la superficie de una baldosa Perera cuajó por el derecho a un excelente ¿Tunecino¿ que la tomaba con clase, nobleza, repetición y recorrido. Rotundo, macizo Perera lo cuajó a placer, sin sufrir delante de la cara del toro. Al natural bajó algo la intensidad, menos claro resultó este pitón, aunque le sobró metraje al conjunto desafortunado con los aceros y se cerró una puerta grande a golpe cantado. Con el cuarto, un animal más exigente, que se desplazaba pero no se iba de la muleta en el remate Perera le bajó los humos bajándole la mano. Tapó defectos, pues al final del muletazo el animal soltaba la cara. Faena sorda, primando la capacidad y la técnica sobre la brillantez. Abrochó la faena con una luquecinas a las que le faltaron limpieza.

Joselito Adame tiró de oficio y solvencia en una faena cerebral a un toro que dio muchos problemas en banderillas pero que en la muleta repitió. Eso sí todo en la periferia se lo hizo Adame, tan pulcro como falto de apreturas. Acelerado, sin reposo, en su recibo al quinto, un castaño con seria expresión y cuajo, peleó con mal estilo en varas, queriéndose quitar el palo en su encuentro con el caballo. Esforzado el torero mexicano, se puso al natural, con un toro sin clase y deslucido, excesivos los enganchones. Volvió a la diestra, derrochó voluntad Adame en una labor vulgar.

Ya en esos momentos corría como la pólvora la confirmación de la baja de Roca Rey en el cartel más esperado con los Victorinos, junto a El Juli y Emilio de Justo.

Fernando Adrián recibió al tercero con dos faroles de rodillas. Sin ninguna renuncia Adrián abrió el trasteo mayestático con ayudados. Disposición y valor a prueba de bombas, con un buen toro, envarado y forzado por momentos, resultaron excesivos los paseos entre tanda y tanda. Llegó mucho al tendido, rotundo en algunos pasajes sobre la diestra toreando muy por abajo, pegándose un auténtico arrimón en el tramo final con los circulares invertidos, literalmente entre los pitones. Se echó de rodillas en la apertura de faena Adrián en el sexto, con un cambiado por la espalda. Se lo dejó venir en la larga distancia, encajada la planta, para ligarlo por la diestra. Exigente el animal, hacía amago de pararse a mitad del muletazo. Acortó distancias el madrileño, dejándole la muleta puesta en la cara. Tirando de la embestida del animal, importante dimensión. Abrochó la faena con unas bernadinas antes de dejar un letal estocada.

Jueves 7 de septiembre. Plaza de toros de Valladolid. Segunda de feria. Se ha registrado un tercio de entrada en tarde de bochorno.

Se han lidiado toros de Antonio Bañuelos muy bien presentados, por encima de lo que se acostumbra a ver en esta plaza, de juego desigual, excelente el primero con mucha clase, nobleza y recorrido, se movió el segundo, repitió el tercero, deslucido el cuarto, complicado el quinto y exigente el sexto.

Miguel Ángel Perera, de azul azafata y oro: pinchazo, mete y saca, dos descabellos (ovación tras aviso); y estocada caída (oreja).

Joselito Adame, de nazareno y oro: estocada recibiendo caída tras pinchazo (ovación); y estocada desprendida (ovación).

Fernando Adrián, de blanco y oro: dos pinchazos y estocada tendida (ovación tras aviso); y estocada tendida y trasera (dos orejas).

Incidencias: Buena lidia de Curro Javier y se desmonteró Javier Ambel en el primero de la tarde.