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El toreo se revela contra la censura

Madrid acogió la presentación del nuevo Premio Nacional de Tauromaquia impulsado por el Senado, nueve CCAA y la FTL
Isabel Díaz Ayuso, rodeada de El Juli y autoridades políticas
La Razón

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En la Real Casa de Correos de Madrid, con la solemnidad de las grandes citas y el aire de resistencia de las mejores gestas, se ha presentado el nuevo Premio Nacional de Tauromaquia. Un acto que ha sido algo más que la recuperación de un galardón: ha sido una declaración de principios, un grito en defensa de la cultura y de la libertad. Isabel Díaz Ayuso, anfitriona y protagonista de la jornada, lo ha dicho sin rodeos: “La ofensiva contra la tauromaquia es un ataque ideológico a la libertad, el arte y la Fiesta en España e Hispanoamérica”. Y su mensaje ha sido claro: la tauromaquia no se rinde. 
A su lado, el presidente del Senado, Pedro Rollán, el torero Julián López “El Juli”, último galardonado con el premio antes de su supresión, y Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia. Todos con un propósito común: demostrar que la tauromaquia es parte esencial del patrimonio cultural de España y que ninguna ideología puede borrar siglos de historia con un decreto ministerial. Porque eso es lo que intentó el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, cuando en mayo de 2024 eliminó el Premio Nacional de Tauromaquia con la misma ligereza con la que otros firman un informe. Un ataque que desató una reacción inmediata.
Lo que hoy se ha celebrado no es solo la recuperación del premio, sino la confirmación de que la Fiesta sigue en pie, a pesar de las embestidas políticas. “Si pudieran, cancelarían a Picasso y a Goya; a Manolete y a Belmonte; a Ortega y a la Argentinita; a Lorca y a Hemingway; a Orson Welles y a Joaquín Sabina”, ha afirmado Ayuso con contundencia. “Pero no vamos a permitir que nos roben nuestra historia”. Y no está sola. A la convocatoria del galardón se han sumado el Senado, nueve comunidades autónomas –Madrid, Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón y Cantabria– y la Fundación Toro de Lidia.
El 11 de febrero, en Toledo, se reunirá el jurado para decidir quién será el galardonado en esta edición, y la entrega se celebrará en el Senado en una fecha aún por determinar. Se mantendrá la dotación de 30.000 euros, la misma que antes de su supresión. Pero más allá del dinero, lo que se reivindica con este premio es el derecho a preservar una tradición que forma parte del ADN cultural de España.
Julián López “El Juli”, torero de enorme trayectoria y voz autorizada en el toreo, lo ha expresado con brillantez: “Se suele decir que los toros no son ni de derechas ni de izquierdas, y no es verdad. Los toros son de derechas y de izquierdas. Porque los toros son del pueblo, de todo el pueblo, y ahí reside su grandeza, su relevancia y también su carácter indestructible”. Una frase que es casi un manifiesto.
Porque esa es la clave de todo: la tauromaquia no pertenece a una ideología, ni a un partido, ni a una clase social. Es un arte popular, una expresión cultural con raíces profundas, una manifestación que ha inspirado a escritores, pintores, músicos y cineastas de todo el mundo. Es, en definitiva, una pieza fundamental del patrimonio español, protegida por la Constitución y respaldada por la Ley 18/2013, que obliga a los poderes públicos a garantizar su promoción y conservación.
Por eso, la supresión del premio por parte del Ministerio de Cultura fue vista como un ataque no solo al toreo, sino a la libertad. Como bien ha recordado Victorino Martín, “frente a la tristeza censora que algunos pretenden imponer, hoy aquí celebramos que la cultura en libertad se impone”. Y eso es lo que representa este premio: la cultura en libertad.
El acto ha concluido con una exhibición de toreo de salón a cargo de los alumnos de la Escuela Taurina José Cubero “Yiyo”, como símbolo de futuro, de continuidad, de la certeza de que la tauromaquia seguirá viva mientras haya quien la defienda.
Porque si algo ha quedado claro hoy es que, como ha dicho Ayuso, “quienes intentan arrebatar la libertad y la prosperidad siempre coinciden en atentar contra lo profundamente español”. Pero la Fiesta sigue en pie. Y no se rinde.