Tania Ciffer: "Ver mi obra en un lugar tan icónico como Times Square fue emocionante"
La artista dejó atrás su carrera en el mundo del marketing para dedicarse completamente a la pintura, su verdadera pasión. Gracias a su éxito en redes sociales sus obras están conquistando el mundo
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Tania Ciffer siempre tuvo claro que su verdadera pasión era la pintura, aunque su camino profesional inicial estuviera ligado al marketing. Desde muy pequeña, se dedicó a aprender de manera autodidacta, perfeccionando una habilidad que más tarde le abriría las puertas en el desafiante mundo del arte. Hoy, Tania es una artista reconocida, con lista de espera de varios meses y una de sus obras se ha proyectado en las emblemáticas pantallas de Times Square, un logro que refleja su crecimiento y dedicación.
Tras haber sido madre recientemente no ha perdido el entusiasmo por su trabajo. Se considera afortunada de poder dedicarse a lo que le apasiona y eso se percibe desde el primer momento al hablar con ella. Esa energía positiva también queda plasmada en cada una de sus pinturas.
¿De dónde te viene tu pasión por el arte? ¿Cómo aprendiste a pintar?
Mi pasión por el arte tiene raíces profundas en mi infancia. Crecí en Vigo, rodeada por el mar y montaña, un entorno natural que siempre me pareció mágico. Recuerdo que de niña podía pasar horas pintando y observando cómo cambiaban los colores con la luz del día, y eso despertó en mí un amor por el color y la textura que nunca se apagó.
Comencé a pintar de manera autodidacta. Fue un proceso muy íntimo, de exploración constante, probando diferentes técnicas y materiales. Siempre he considerado que el arte viene del alma, de una conexión personal con lo que te rodea. La pasión que tengo hoy es la misma que tenía de niña, pero con una visión más madura y estructurada.
¿Siempre te has dedicado al mundo de la pintura?
Antes de dedicarme al arte de manera profesional, trabajé en el mundo del marketing. Era un trabajo que disfrutaba, en un puesto de responsabilidad y muy cercano a la creatividad, pero sentía que algo faltaba, por eso al volver a casa pintar era mi refugio, mi forma de expresarme y desconectar del día a día y poco a poco lo fui profesionalizando.
Hubo un momento clave en mi vida, con una lista de espera para tener obra mía, en el que decidí dar el salto. Me pregunté: “¿Qué pasaría si me dedicara completamente a esta pasión?”. Fue una decisión valiente, pero no me arrepiento. El arte me ha permitido no solo ser fiel a mí misma, sino también conectar con personas de todo el mundo a través de mis obras.
¿Cuál es tu artista favorito?
Admiro profundamente a los impresionistas, de hecho, mi forma de crear, de entender la luz, los colores, las texturas está íntimamente ligada a este movimiento artístico. Me encanta Berthe Morisot y Claude Monet. Cada uno tiene una forma única de jugar con la luz, y esa magia ha sido una gran influencia para mí.
Pero también me emocionan artistas de otros movimientos como Georgia O’Keeffe o Sorolla. Sin embargo, creo que mi mayor inspiración está en el día a día, en las historias de mis clientes, en mis propias vivencias y sentimientos, que vinculo fuertemente con el entorno natural. Más allá de los artistas que admiro, creo que la creatividad está en todas partes; solo hay que saber mirarla.
¿Cómo empiezas a tener tanto éxito hasta el punto de que una de tus obras apareciera en Times Square?
Mi camino ha sido una combinación de trabajo constante y pasión. Al principio, decidí compartir mis obras en redes sociales y fue increíble ver cómo comenzaban a resonar en la gente y comenzaba a tener lista de espera. Además, esta decisión me llevó a oportunidades más grandes, y profesionales del arte comenzaron a interesarse en mi obra, realizando exposiciones nacionales e internacionales.
Lo de Times Square fue un sueño hecho realidad de la mano de una galería italiana con la que ya había trabajado años antes. Ver mi obra en un lugar tan icónico fue emocionante, no solo por la visibilidad, sino porque sentí que representaba una validación a años de trabajo y dedicación. Fue un recordatorio de que cuando persigues lo que amas con autenticidad, las puertas se abren de maneras inesperadas.
¿Las redes sociales juegan un papel importante en tu profesión?
Sin duda, las redes sociales son una herramienta clave en mi carrera. Me han permitido conectar con personas de todo el mundo, compartir mi proceso creativo y dar a conocer mi trabajo a una audiencia global. También han democratizado el acceso al arte, permitiendo que personas que quizá nunca visitarían una galería puedan descubrir mi obra. Aun me fascina y agradezco diariamente el cariño recibido por toda mi comunidad.
¿Cómo ha evolucionado tu trabajo desde que empezaste?
Cuando empecé, mis obras eran más intuitivas y experimentales. Con el tiempo, he perfeccionado mi técnica y he incorporado nuevos elementos, como minerales naturales y metales preciosos, que añaden textura y brillo a mis pinturas. También he desarrollado una mayor sensibilidad hacia la luz y cómo interactúa con los materiales.
Hoy, mis obras no solo son visuales, sino que también buscan de forma orgánica transmitir emociones y experiencias. Cada pincelada tiene una intención, y cada detalle está pensado para evocar algo único en quien la observa. Es una evolución constante, y me emociona ver hacia dónde me lleva.
¿Cómo se puede realizar un pedido? Tengo entendido que tienes hasta lista de espera…
Sí, actualmente tengo una lista de espera que se extiende varios meses, algo que agradezco profundamente porque refleja la confianza que las personas tienen en mi trabajo.
El proceso de pedido es muy personalizado. Me gusta hablar directamente con cada cliente para entender qué busca, qué emociones quiere transmitir la obra, y cómo encajará en su espacio. Este intercambio es esencial para que cada pieza sea única y especial.
Ellos contactan directamente a través de mi Instagram @taniaciffer y ahí comienza todo el proceso.
Tus obras son personalizadas, ¿Cómo haces para acertar con el cliente?
El secreto está en la comunicación. Dedico mucho tiempo a entender a cada cliente: su personalidad, sus gustos, el ambiente en el que quieren colocar la obra. También pido referencias de colores, imágenes o incluso palabras que les inspiren. Todo esto me ayuda a crear algo que no solo sea estéticamente bonito, sino que también tenga un significado personal para ellos. Cuando creo una pieza, lleva mucho de mi alma, pero busco también que mis clientes se sientan reflejados en ella, ya que ese “Tania Ciffer” los va a acompañar siempre en sus hogares.
Además, algo que me emociona profundamente es que muchas personas me eligen para crear obras que marcan momentos especiales en sus vidas o la de sus seres queridos. Mis cuadros muchas veces son regalos únicos para bodas, aniversarios, nacimientos y otros eventos importantes. Saber que mi trabajo forma parte de esos recuerdos tan íntimos es un privilegio indescriptible. Cada vez que un cliente me dice que la obra simboliza algo tan significativo, siento una enorme responsabilidad y una gran gratitud.
Esos momentos me recuerdan por qué amo lo que hago: el arte no es solo algo que se mira, sino algo que se siente, que conecta y que perdura a lo largo del tiempo.
¿Proyectos de futuro?
Siempre estoy buscando o me encuentran nuevas formas de desafiarme y expandir mi creatividad. Este 2025 me emociona y también 2026 donde ya tengo algún proyecto cerrado. Pero soy de las que prefieren centrarse en el presente y disfrutarlo al máximo. Aunque una vez se acercan las fechas de los proyectos, aquellos que me siguen son los primeros en saberlo.
Recientemente has sido mamá… ¿Cómo haces para compaginar tu trabajo con la maternidad?
Ser madre es una experiencia transformadora, y aunque va a ser un reto compaginarlo con mi trabajo, también está siendo una fuente increíble de inspiración. He aprendido a gestionar mejor mi tiempo, pero también a permitirme momentos de pausa y reflexión.
Mi bebé me ha enseñado a ver el mundo con nuevos ojos y eso se refleja en mi arte. Creo que la maternidad me ha dado una sensibilidad nueva y un entendimiento más profundo de las emociones, algo que intento plasmar en cada obra. Al final, mi obra es un reflejo de mi misma, de mis sentimientos y esta nueva etapa está llena de luz.